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Zaida del Río, misterios y magia en su pintura

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Atisbando Cuba

ALFONSO HIRAM GARCÍA ACOSTA

En mis visitas a la Antilla Mayor he tenido la oportunidad de asistir a museos, galerías y convivir con algunos artistas plásticos de la isla, como  en la oriental ciudad de Guantánamo, donde conviví con los jóvenes artistas de la Asociación “Hermanos Saiz”, que presidía el ahora reconocido pintor Rogelio Martínez Zapata.

Agradezco a la Dirección Provincial de Cultura y a su director Carlos Hernández (+), quien me cedió la  Galería de la Ciudad de Guantánamo, para montar una exposición de pinturas y grabados que llevé, para el Festival Internacional de Tríos “Cantares de América “.

Di una plática sobre el “Muralismo en México”, y en ese Taller me entregaron una credencial de Socio Honorario –pues es para jóvenes pintores– y los visité en todas las ocasiones que estuve en la parte más oriental de la Isla.

En Baracoa, junto con Alejandro Hartman, Cronista Vitalicio de la Ciudad Primada, visité el taller de grabado donde se hacen la mayor parte de las reproducciones de la obra de Portocarrero.

En La Habana, acompañado de Ramón Rodríguez, tuve las puertas abiertas para convivir entre muchos artistas cubanos.

En Sancti Spíritus, en su Festival Provincial de tríos y en los festejos de los CDR –Comités de Defensa Revolucionaria–, conocí a Lichi, joven y talentosa dibujante y pintora. Frente a mi PC tengo una “Cafetera Castillo” obra que me fue donada y autografiada por la artista, más un óleo con temática de la techumbre de tejas de la ciudad del Yayabo.

El Yayabo canta con olor a teja / el gonce oxidado nos narra su queja. Poema AHGA, Sancti Spíritus 1994.

Conviví y visité los Talleres de reproducción de la obra de Portocarrero, donde descubrí a esta mujer que es una ejecutora de importantes obras de arte donde se expresa la identidad cubana, con un soplo universal.

Zaida del Río se ha consolidado entre los artistas cubanos más importantes de la llamada «Generación de los 70» y actualmente exhibe una obra sólida que la identifica y distingue.

Como expositora cubana, ha mostrado su quehacer en reconocidas galerías y espacios de Estados Unidos, Puerto Rico, Polonia, Dinamarca, Rumania, Noruega, Colombia, Checoslovaquia, Yugoslavia, Canadá, Holanda, Suecia, España, Venezuela, Argelia y Japón, entre otros países. Asimismo, ha participado en todas las ediciones de la Bienal de La Habana.

Zaida del Río se ha consolidado entre los artistas cubanos más importantes de la llamada Generación de los 70.

Desde niña, Zaida sintió una gran inclinación hacia todo lo que estuviera relacionado con el mundo artístico. Así, llega a la Escuela Nacional de Arte luego de graduarse de la Escuela Provincial de Artes Plásticas de Cienfuegos, en 1971. Cuenta que, al descubrir la vida en la capital y conocer todo el fenómeno cultural de esos años, se abrió ante ella  un mundo nuevo.

Es graduada del Instituto Superior de Artes y de la Escuela de Bellas Artes de París, experiencia que le permitió “adentrarse en otras culturas y otras vivencias”.

En 1978, gracias a una exposición personal de dibujos, llega la obra de Zaida por vez primera al Museo de Bellas Artes, unos de los más importantes y prestigiosos en Cuba. Su labor artística ha llegado a ser reconocida en la Bienal de Tenri Tenri (Japón) y en la de El Cairo (Egipto).

Zaida y sus obras.

En reiteradas ocasiones, Zaida del Río ha afirmado que las diferentes culturas la han nutrido, y cualquier sitio que visita alimenta su espíritu. Su obra se caracteriza por representar el cuerpo humano; aunque, tan versátil como es, ha incursionado en otras técnicas, dándole así un giro a su carrera y sorprendiendo a todo su público.

Sus creaciones dependen del estado de ánimo y del conocimiento que va adquiriendo. Así, dentro de sus producciones resaltan varias etapas. La inicial, muy campestre y bucólica; luego la mujer y el caballo, fundidos en un solo cuerpo. Más tarde llegaron los personajes circenses, un tributo personal a La Comedia del Arte.

Posteriormente los signos zodiacales, el tarot, las religiones de origen africano, las piedras preciosas y semipreciosas, las flores de Bach, la energía piramidal, el cristianismo, los cuerpos tatuados, los objetos pintados, los retratos de mujeres de la historia, los pavos reales, la danza hindú y el Budismo.

Una artista versátil.

Hay, sin embargo, una figura que es recurrente: la mujer-pájaro, como ha sido nombrada, la que ha llevado al lienzo, la escultura y el performance.

Zaida del Río cuenta que le causa felicidad ver cómo, con el paso de los años, La Habana Vieja ha ido evolucionando, y se siente como una parte importante del proyecto y de toda la vida cultural que ahí acontece. Por ello escogió el lugar para crear su estudio-taller que, según ella, le ha cambiado la vida.

Más adelante intentaré escribir de otros artistas visuales cubanos que son un ejemplo de buena técnica, disciplina y profesionalismo pictórico como Armando Menocal, el pintor de la Revolución; o Wilfredo Lam, uno de los pintores cubanos mejor cotizados, y Ernesto Domecq Gómez- Lubián, de la nueva generación, egresado de la Escuela de San Alejandro, a quien acompañé en la pubertad con un maestro cercano a la casa, para prepararlo para su examen de admisión en esta prestigiosa escuela en los años 90. He visto su trabajo de gran formato sobre el transporte y material bélico a lápiz, que le valió que lo becaran en la Europa Central, para seguir produciendo. Ahora sé que se encuentra en Perú, como Director de una Galería de Arte. Conservo en mi casa uno de sus trabajos de 100 x 70 cm,  a lápiz, que me obsequió en en el 2014.

Fuentes

https://www.todocuba.org/zaida-del-rio-misterios-y-magia-de-una-controversial-pintora-cubana/

Archivo AHGA.

Dibujo a Lápiz de Ernesto Domecq, en el salón de casa en Paseo y 15 de El Vedado. Archivo AHGA.
Antiguo puerto.

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