Editorial
En nuestro país, México, enfervorecidos gritamos vivas el 15 de septiembre de cada año, al pie de los edificios públicos mientras escuchamos a los modernos guías de la patria en un festejo nostálgico por quienes participaron originalmente en tales luchas al precio de sus vidas.
Cientos de eventos, música, fuegos de artificio y el ondear de la bandera nacional se hacen notar por toda la geografía patria.
No importa quién presida las ceremonias: en ese día, por igual, el gobernante en turno con ejercicio más deplorable y el cumplidor responsable de sus funciones oficiales reciben el aplauso público.
“VIVAN LOS HÉROES QUE NOS DIERON PATRIA Y LIBERTAD”. Esta frase desde luego excluye a los millares de funcionarios que han usado el cargo recibido no para servir, sino para servirse.
Por millones se acumulan las carencias, injusticias, desempleo, pobreza, enfermedades, abusos, explotación y discriminaciones sobre mexicanos que sobreviven en la dureza de una existencia que no tiene para cuándo terminar. Es más, nuestra población crece desorbitadamente.
Las “casas de cartón” saltan de la denuncia musical a la triste realidad. La cinematografía de “Nosotros los pobres” se ve rebasada por la realidad actual de los niños descalzos, en situación de calle, llenos de tristeza sus ojos apagados. La oferta de los partidos políticos aún apuntada en muros ofrece maravillas que no asoman en tales zonas de miseria.
La TV, la radio, las comunicaciones son desconocidas en esos lugares donde la angustia borra las sonrisas de los rostros.
Cada niño que nace trae como herencia, por la mala administración de los gobiernos, compromisos ajenos: Desde que abre los ojos ya es responsable de una parte de onerosa deuda pública surgida por lo general de malos manejos de pésimos gobiernos.
A estas generaciones que no se perciben, que son un problema oculto, invisible, para los políticos oportunistas, se les pretende cancelar la esperanza de una vida nueva.
En las cúpulas, los viejos intereses rechazan y bloquean las decisiones correctivas o juegan al ajedrez político en un esfuerzo político por restaurar sus privilegios.
¿HABRÁ UN FUTURO CERCANO PARA GRITAR LOS DÍAS 15 DE SEPTIEMBRE “VIVA MÉXICO”?