Este es el sentir de Ricardo Pat y de Alejandro “Paxux” Escalante, uno siendo el coordinador de Metalmorfosis y el otro el líder de Rockultura, respectivamente.
En el marco de la plática sobre la historia del Rock en Yucatán, en la que ambos participaron y que sirvió como preámbulo al homenaje por su trayectoria que se brindó al músico Erick Flota en el teatro Armando Manzanero, los dos expresaron con vehemencia que existe una abundante cantidad de bandas y de músicos en nuestro estado, pero que no se está acudiendo a verlos y, por lo tanto, el esfuerzo que todos ponen languidece y, en muchas ocasiones, se extingue.
Alejandro “Paxux” Escalante, bajista y líder de la banda “Viento Negro”, fue claro al decir que “los yucatecos no hemos sido consumidores de nuestro propio rock”.
“El rock hecho en Yucatán sabe diferente”, indicó, “cada uno pone parte de su alma en su interpretación, pero hay algo que hace que toquemos diferente a otras bandas en el país”.
“En los tiempos en los que organizamos los Encuentros de Rock Yucateco, llegamos a tener 60 bandas inscritas, tocando un tema para poder darle cabida a todos; y lo impresionante fue recibir solicitudes de participación de bandas que venían desde lugares como el Distrito Federal, Puebla e incluso una banda se tomó la molestia de costear todos sus gastos tan solo para interpretar una rola, ellos venían de Tijuana”.
“Consumamos música y apoyemos a nuestros artistas. Eso nos ha fallado. Tenemos músicos de todo tipo que interpretan a un muy alto nivel y es claro que existe un movimiento importante con el rock. No se puede tapar el sol con un dedo”, concluyó.
Por su parte, Ricardo Pat, quien también es el vocalista de la banda Antología Rock Band, hizo eco de las palabras del Paxux. “Provengo del Sur profundo”, dijo, “y no teníamos inconveniente en trasladarnos desde ahí hasta el norte para asistir a las tocadas, hasta que organizamos las nuestras, pero notamos que no asisten sino los de siempre a nuestros eventos. Imagínense que, por esta razón, artistas tan profesionales como Erick Flota ni siquiera reciben la oportunidad de tocar en lugares que actualmente utilizan música para acompañar sus actividades con la excusa de que no es el tipo de música que tenían en mente. En otros casos, lo que se le paga a los artistas es tan ridículamente poco que, en vez de fortalecer las carreras artísticas y que entonces puedan vivir de su lirismo y arte, los músicos deben buscar otra actividad para ganarse el pan”.
“Apoyemos al talento local”, finalizó.
Gerardo Saviola