Poesía
Rosy Murillo
Jamás volvimos a bailar bajo la lluvia de la tormenta que inundó por un largo tiempo nuestras vidas.
No volví a verme en tus ojos claros…
Ni escuchar un te quiero...
Sola en la obscuridad de la noche, intento visualizarte, y en mi mente imagino que también tu extrañas esas lluvias que mojaban nuestros rostros. Reíamos como unos chiquillos, tomados de la mano brincábamos por los charcos que se habían formado.
Tú, con la más fina delicadeza, tomabas tu pañuelo y limpiabas las gotas que caían y resbalaban por mis mejillas, confundiéndose con las lágrimas que brotaban por la inminente despedida que ya se aproximaba sin poder evitarla.
Nos dijimos adiós y quisimos detener el tiempo, pero era alargar más la agonía.
Ahora sólo logro recordar el tono del brillo de tus ojos y el final de un gran amor.