Letras
Adán Echeverría
Ausencias
Entré a casa sin hacer ruido.
Al pisar el interior, la luz iluminó mi cara.
Era mi padre.
Cerré los oídos para que los murciélagos de su enojo no lograran sangrarme. Sentí los dardos de su voz sobre el cuello.
Giré sin encontrarlo.
Recordé su muerte.
La soledad seguía en mi costado.
Del dadaísmo del diablo
Dobla
dóblame
dóblate doblégalos
que los diablos débiles
digan de la directriz del día
los dédalos deseosos de dátiles
doscientos querubines díscolos
derrumban sus derechos desgastados
de verdad dicen que sus dioses
dialogan entre durmientes dromedarios
y al despertar dulcísimo
dantescos demonios despiden a Dadá.
Permanencia
Quédate donde haya sonrisas,
donde se planten árboles y corran los ríos,
donde se beba café y se platique hasta la madrugada,
donde las personas sepan tu nombre
y al escucharlo te pongas alegre.