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XXVI
TODA LA FRUTA
Y YO te vi en la feria, yo te sentí en la feria,
danzando en mí como un endecasílabo,
y en la vasta escudilla del poema
y ante el espejo del escalofrío.
Y yo te vi en la feria
-fruta de Dios con carne de mujer,
ángel espiritual con alma de muñeca-
toda tú, todo yo, y toda eléctrica
en los ojos y en el estremecerse.
Eres toda la fruta y eres toda la feria
de las frutas danzando en el poema;
y todo el árbol eres en la línea
elemental de la conciencia.
Tibieza de la luz
diluida en tus piernas.
Y todo el efusivo quebrarse de la forma,
y hasta ahora en la madurez toda la esencia
emocionada de la melodía
frutal de tus caderas.
Cuando te vi en la feria te adelanté la mano,
y tu mano que en Shakespeare he admirado,
cogió todo el racimo de las uvas
dilapidando el cesto de las fresas
y apretando el color de las manzanas
con la amistad genuina de las peras.
Gusté en tu boca un jugo de guanábana
y yo te di en mi boca todo el oro
de las naranjas.
El rubí danzarino de la granada
goteó en tu belleza.
Y yo bebí, a lo último,
en el camino de tu cabellera,
la algazara triunfal de la feria.
Clemente López Trujillo
Continuará la próxima semana…