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T’Ho La Mérida Ancestral – XI

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Mérida

III. PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO MUNICIPAL:

T’HÓ, LA MÉRIDA ANCESTRAL

Continúa…

 

  1. Urbanismo y Patrón de Asentamiento

Los segundos edificios que en esta tierra son más principales y antiguos -tanto que no se tiene memoria de sus fundadores-, son los de T’Hó.

-Fray Diego de Landa (Siglo XVI)

La planificación urbana de Mérida, a partir de su fundación, usó como cantera para las nuevas construcciones la piedra caliza de los edificios mayas Federico de Waldeck, en su Viaje pintoresco y arqueológico a la Provincia Yucatán, entre 1834 y 1836, observaba que “todas las casas de Mérida han sido construidas con los restos de las pirámides vecinas” y señalaba que “la mayor parte de los antiguos edificios, cuyos restos se ven todavía, son incesantemente menoscabados por los habitantes de los alrededores”. Un siglo después, en 1951, el arquitecto Leopoldo Tommasi, en su obra La ciudad de ayer, de hoy y de mañana, conceptualiza a Ichcanzihó (T’Hó) como un “sobrio” y ejemplar “conjunto urbanístico”, con una “correcta distribución de plazas y edificios, cómoda en la habitación, suntuosa en sus palacios y magnifica en sus templos”. De acuerdo con esa imagen, el arquitecto elaboró planos de la antigua T’Hó. Aunque su trabajo ha recibido duras críticas por los datos en que se basa, vale la pena señalar que sus planos son un meritorio intento aislado por visualizar lo que fue el desarrollo de T’Hó. Con el auxilio de datos más precisos vale la pena hacer un nuevo intento de aproximarnos al antiguo núcleo maya, de manera que las generaciones actuales podamos echarle un vistazo a la importante ciudad ancestral que yace en las entrañas de la Mérida de Yucatán.

En cuanto a T’Hó, su urbanismo no es fácil de entender, porque los arquitectos mayas encontraron una solución propia y acorde con su tecnología al problema del hábitat humano de su tiempo. El mismo concepto de ciudad entre los mayas era muy distinto al que ahora conocemos.

Los datos proporcionados hasta el momento por la arqueología señalan una ocupación permanente de la Provincia de Chakán en distintos momentos de la historia maya antigua. En el Parque Recreativo de Oriente, el sitio de Chen Hó nos muestra espacios y sistemas constructivos desde el siglo IV d.C. antigüedad que en la Península sólo encontramos en raras ocasiones, y ampliaciones posteriores de los estilos de los grandes edificios de Izamal, ya a finales del siglo V d.C. Estos conjuntos muestran espacios que indican ya una complejidad en la organización social y familiar desde los siglos IV o V d. C.

En otros trabajos de salvamento las estructuras han presentado características más semejantes al desarrollo que, a partir del siglo VI y VII y hasta fines del siglo X d.C., se encuentra en los grandes centros del Puuc, como Uxmal o Kabah por ejemplo. Por otro lado, la cerámica más frecuente en la superficie del terreno marca también una importante ocupación durante los siglos que precedieron a la conquista, cuando Mayapán en la Provincia de Sotuta era otro importante centro rector en el norte peninsular.

El carácter disperso del asentamiento maya observable en los 87 sitios arqueológicos localizados en el municipio de Mérida es muestra de esa prolongada y extensa ocupación en la región. Por lo general los conjuntos que todavía perduran el municipio de Mérida se encuentran formando plazas, y en otros casos se trata de estructuras aisladas que se han salvado milagrosamente del crecimiento de la ciudad. El registro y mapeo de los restos arqueológicos de Mérida nos aproximará a las pautas urbanísticas de la antigüedad y nos mostrará una serie de variables relacionadas con el dinámico proceso histórico de sus más antiguos habitantes. El estudio de la extensión urbana del antiguo asentamiento refleja características de la forma de vida y de la organización social, política y económica de la antigua comunidad.

Sobran pruebas de que T’Hó, y los sitios satélite, nos legaron magníficos edificios, fruto de un esfuerzo ingente: aunque muchos de ellos se han perdido para siempre, otros, cubiertos de tierra y escombro, han podido resistir a todo tipo de vicisitudes políticas e históricas.

La escala urbana debe estar de acuerdo con la escala cultural; salvar, estudiar y desplegar en público la profundidad histórica de Mérida permite aproximarnos a ese cometido.

Proteger lo que queda de esa parte sustancial e insustituible del patrimonio cultural permitirá que podamos vivir en el futuro, vecinos y visitantes, el encanto pleno de la historia maya de Mérida. En los pueblos de Yucatán la gente sigue nombrando a T’Hó cuando se refiere a Mérida “Coox T’Hó (Vamos a Mérida)”, dicen los mayas yucatecos y vienen a su capital.

Josep Ligorred Perramon

FIN.

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