Remembranza
ALFONSO HIRAM GARCÍA ACOSTA
Al revisar el Diario del Sureste de hoy –septiembre 3 del 2021–, llamó mi atención el Editorial titulado “Yucatán en Marcha”.
Lo leí cuidadosamente y luego otra vez en voz alta, situándome en tiempo y época a lo que describe su autor editorialista como la agrupación estudiantil periodística más importante de la mitad de los años cincuenta en la Universidad Nacional del Sureste: la APEY (Asociación Periodística Estudiantil Yucateca), de la cual fui socio fundador. Mis poemas se publicaron en “El Preparatoriano” en la sección “Lira Poética”; al mismo tiempo, se abrió la Página Universitaria del Diario del Sureste, siendo su director el dramaturgo yucateco Wilberto Cantón. En su primer número se publicó a nivel peninsular mi primer poema: “Por un Ideal”.
Por lo anterior, mis recuerdos se volcaron a mi época estudiantil en nuestra Alma Mater, la Universidad Nacional del Sureste, ahora Universidad Autónoma de Yucatán.
Nuestro editorialista dice: “Nuestra generación universitaria de la segunda mitad del siglo anterior aportó una gran capacidad de trabajo en favor de nuestra tierra yucateca. Jóvenes políticos, estudiantes, periodistas juveniles, visionarios clasemedieros y jóvenes procedentes de todos los municipios del Estado, de diversas clases sociales, coincidentes en las aulas del Alma Mater, convivieron, se formaron y actuaron en favor de nuestro Yucatán.”
Efectivamente, tuvimos compañeros del interior del estado y estados vecinos, todos unidos al sentimiento unido de una península con etnia maya. La gama de maestros con pensamientos filosóficos diferentes nos permitía abrevar conocimientos filosóficos y literarios; la tribuna periodística nos permitía expresar sentimientos, clases, y utopías en la prensa de nuestros días juveniles.
Nuestro editorialista toca una fibra especial: nuestro compañero Don Víctor Cervera Pacheco, que como Gobernador del Estado otorgó la Autonomía Universitaria a nuestra Alma Mater.
¡Qué tiempos aquellos de un despertar cultural y político! Recuerdo que en el auditorio Cepeda Peraza un mismo día hubo dos elecciones: de Consejero Alumno de la preparatoria (competimos Juan Lara Martínez y el que escribe Hiram García), y posteriormente se hizo la elección del Primer Círculo Estudiantil Preparatoriano, participando Víctor Cervera Pacheco y Jesús Viana Andueza, ganando Cervera Pacheco. La primera embajadora de ese Círculo fue una prima mía, Wilma Sansores Acosta, y se le entregó la banda y corona simbólica en el Club “Los Tulipanes”, con baile, orquesta y séquito de damas y chambelanes. No recuerdo el nombre de la orquesta que animó ese baile estudiantil, una muestra del poder de organización del compañero Víctor Cervera como líder estudiantil.
Manuel Cepeda Peraza abrió la puerta al Instituto Literario en 1922, donde estudió mi padre, después de que Felipe Carrillo Puerto lo creó. Nos graduamos bajo la rectoría del Dr. Eduardo Urzaiz Rodríguez, luego profesionistas con Francisco Repetto Milán.
“Las iniciales de los apellidos registrados históricamente en la vida de nuestra Alma Mater nos recordarán a los tres actores principales de su origen y evolución: CP de Carrillo Puerto, de Cepeda Peraza y Cervera Pacheco. Tres grandes personajes cuyas efigies se integran al mensaje histórico contenido en el mural del Salón de Sesiones del H. Consejo Universitario, original del creador yucateco Manuel Lizama Salazar.”
Me gustaría añadir otro CP a los tres mencionados: a Luis Alvarado Alonzo, CP por ser Contador Público de la primera generación de la Universidad de Yucatán. Si no tiene la carrera política de los tres anteriores, la tiene como literato y promotor cultural a lo largo y ancho de su vida. Como periodista y administrador, me consta su eficacia en todos los cargos que le fueron encomendados por el Municipio de Mérida, en la Cultura y las Artes por el Gobierno del Estado, así como su incansable labor al continuar con un grupo de jóvenes periodistas que rescataron, cual Ave Fénix, al Diario del Sureste, resurgiendo como pilar informativo virtual.
Rememoro como despedida a Luis Felipe Ortiz Martínez, declamador, poeta, con su sencillez de “Oso”, el mejor declamador de la obra de Nicolás Guillén; a Pedro Ojeda, ingeniero de ferrocarriles; a Roberto Peniche Aguilar, Director de Obras Públicas; a Luis Jorge Vargas y Vargas, periodista deportivo y de sociales; a Ermilo G. Cantón, quien falleció siendo estudiante; a José Adonay Cetina Sierra, educador y trabajador cultural; a Carlos Duarte Montes de Oca, magnífico poeta y dramaturgo; a Efraín González Rosado, destacado abogado; a Raúl Cáceres Carenzo, poeta laureado a nivel nacional; a Juan José Morales Barbosa, Premio de Periodismo Cultural que, junto con Luis Alvarado Alonzo y el que escribe Hiram García, han recibido la Medalla y Constancia “Oswaldo Baqueiro López”, en el Día de la Libertad de Prensa, otorgada por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, el Gobierno del Estado de Yucatán, la Secretaría de la Cultura y las Artes de Yucatán.
Cada uno de los nombrados dejamos semillas en los campos en que nos desarrollamos profesionalmente, con pruebas culturales en teatro, literatura, periodismo, y desarrollo profesional en Contaduría, Ingeniería, Medicina, Abogacía, Matemáticas, y Artes. Por lo anterior creo que es acertado considerarnos como “Una Generación trascendente comprometida con Yucatán”.
Me despido como decía mi padre: Sic Semper, Misión Cumplida, los frutos de nuestras semillas ya dieron fruto. Gracias.
Abajo: Luis Alvarado Alonzo, galardonado recientemente con la Medalla “Oswaldo Baqueiro López”, foto de la medalla recibida y Alfonso Hiram García Acosta, segundo recipiendario de la Medalla al Periodismo Cultural en el salón del Consejo Universitario en el Edificio Central de la UADY.