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O la vida es sueño
ALFONSO HIRAM GARCÍA ACOSTA
Es difícil encontrar la huella que deja el sueño.
Nos lleva a cuestionar la difícil apariencia
de un conocimiento real y su aplicación en ciencia;
la antigua filosofía –presocrática primero- irrumpe,
poniendo Platón en disputa la idea del conocimiento
y que lo que tenemos por realidad no es como se funda.
Eso me hace cavilar sobre lo que conocemos
como una realidad más profunda o un onírico mundo.
Escribir esta historia con sentido literario
hace hurgar en la memoria para no confundir
la vigilia con el sueño, y la posibilidad de hablar
de este panorama onírico, transportando ideales
literarios en posibilidades reales, dentro de la realidad;
no son cuestiones diferentes -realidad y sueño-,
pero nos lleva a complejas situaciones, dualidad
sin saber que un extraño a uno mismo, como dueño,
puede controlarnos en sentimiento y capacidad.
Relajación, descanso, te envuelve el éter del sueño
donde nos pueden señalar que alguien extraño
a uno mismo pudiese controlar, capacidades, pensamiento,
como si estuvieras soñando dentro de tu propio sueño.
¿Difícil de analizar? Retomo esta duda que supera
a la filosofía y que ahora invade a la literatura con empeño.
Que a autores, grandes genios. Indagan sobre la función
del sueño: Shakespeare, Calderón de la Barca, Quevedo,
y Cervantes, nos inundaron sus textos, con excelente visión
la narrativa del sueño, y al hombre frente a los sueños.
En este ensayo que es libre, que no es el sueño que soñé
para estar a la par en “Voz de Tinta”, solamente agregaré
que este tópico onírico, recurrente literario en la poesía,
me hace reflexionar quiénes son los mejores escritores
de lengua no castellana que describen el “sueño”,
tarea nunca fácil, ya que la palabra “sueño”, es a porfía,
estimular ambiciones, aspiraciones del hombre y, por otro,
como un consiente freudiano, es el deseo de dormir:
y solo está derrotado aquel que deja de soñar en vida.
Selección de escritores con otra lengua para los que “El Sueño” fue su referente:
Empecemos con John Donne. En El sueño (1635), un poema barroco del siglo XVII, se plasma un escenario donde alguien es despertado por la misma persona con la que había estado soñando. En los versos se puede apreciar una mezcla del recuerdo y la razón del yo poético que pinta uno de los escenarios menos conocidos del literato inglés. En su composición, el yo intenta seducir a una mujer que finalmente yace ya en la misma cama.
William Blake escribió Un sueño, poema que fue publicado en el libro de 1789 Songs of Innocence. Este poema refiere la visión del yo poético a través de tres insectos (una hormiga, un escarabajo y una luciérnaga). En el “Emmet’’, la hormiga, confiesa que ha perdido a sus hijos, y la luciérnaga se ofrece para darle la luz a su camino durante la noche, para que esta pueda recuperarlos.
¿Quién no recuerda el poema Un sueño dentro de un sueño? Y es que Edgar Allan Poe nos dejó un texto en el que se plantea la imposibilidad de separar la realidad de la ilusión. Nos dice “Todo lo que vemos o parecemos / no es más que un sueño dentro de un sueño” para hacernos reflexionar sobre la fragilidad y la fugacidad del todo, pero no es sino el efecto de esta cuestión lo que tiene un efecto duradero.
A mi mente viene, desde luego, un poema de Walt Whitman titulado Soñé en un sueño, en el que precisamente desde su nombre combina las dos principales concepciones del término. Y es que el escritor “soñaba” con un lugar utópico, y esto quedó reflejado en un poema donde describe una ciudad perfecta.
El poema Soñé contigo para despertar de Christina Rossetti es un soneto dirigido al amante del yo poético, donde se plasma la perfección del mundo de los sueños y la realidad imperfecta del mundo tras despertar. Se trata de uno de los más bonitos sonetos de la época victoriana, donde se resaltan el amor y la fantasía.
Emily Dickinson tiene un poema poco conocido llamado Soñamos, es bueno que estemos soñando. En este, la poetisa hace un contraste entre los sueños y el dolor del mundo real fuera de estos. Críticos han señalado que la guerra civil en los Estados unidos pudo haber alimentado esta visión de la vida, vivida mejor dentro de los sueños, para alejarse de una realidad violenta.
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