Literatura – Desde Nicaragua
Rafael Quintana
Deyri Isai Mena Selva, más conocido como Siryed Avles, es originario de Masaya, municipio de Nicaragua. Nacido el 7 de septiembre de 2006, desde pequeño ha sido un apasionado del arte en todas sus formas. Lector empedernido y difusor del arte, su curiosidad lo ha llevado a conocer nuestras raíces y cómo el arte ha evolucionado a través de los siglos.
“Encontrábame yo en el salón de clases. Tenía pocos días de haber cumplido mis trece cuando se acercó un compañero y me dijo: «Un día diré con el mayor de los orgullos en mi pecho: ‘Yo estudié con él’, porque escritores habrá muchos, pero Siryed solo uno.»
“Para mí fue especial, porque fue la primera persona en creer totalmente en mi talento; también me permitió saber que había niños que me veían y se sentían inspirados para ser cada día mejor. Jamás lo olvidaré, tienen un lugar especial en mis recuerdos.”
Autodidacta, artístico y resiliente, tres palabras que describen a este joven talentoso que nos comparte en esta amena entrevista detalles de su recorrido por el maravilloso mundo de las letras.
“No puedo sino recalcar que todo sueño es posible teniendo en claro la meta; somos capaces de lograr todo aquello que nos propongamos.”
¿Cuál es su pasatiempo favorito?
Podría decir que aprender, siempre estoy aprendiendo algo nuevo. Es por ello que me he dado el tiempo de estudiar una gran diversidad de cosas que van desde la grafología, filología, lenguaje corporal, oratoria, botánica. e incluso idiomas.
La historia inicia con el talento y dedicación. Cuéntenos su historia de éxito…
Desde niño he sido un apasionado por el arte. A los trece años gané un Premio Nacional, lo cual me permitió publicar mi primer poemario. A los dieciséis años fui invitado para representar a mi país en una Conferencia Internacional en la ciudad de Estambul (Turquía). Después de esto he tenido el placer de interactuar con embajadores de diferentes naciones.
Asimismo, he sido parte de muchos recitales, conferencias y exposiciones. Puedo decir que, a pesar de mi corta edad, he logrado muchas cosas; pero, sobre todo, que me convertí en un ejemplo para aquellos jóvenes que persiguen sus sueños.
¿Qué escritores de México, Nicaragua y del extranjero admira?
De mi tierra es innegable mi admiración y respeto total a nuestro eterno príncipe Rubén Darío. También me gustaría mencionar a otro connacional de esa misma época menos conocido, pero de un enorme talento: Santiago Argüello.
Por el hermano pueblo mexicano desde pequeño he sentido una gran admiración, pues tiene grandes poetas, desde la época del rey Nezahualcóyotl, guerrero y erudito; la docta Sor Juana, que es una de mis mayores influencias literarias; y el romántico Manuel Acuña.
Si me preguntases por escritores extranjeros podría mencionarte a muchos. Ahora mismo te puedo nombrar a Leandro Fernández de Moratín, José Martí, José Ángel Buesa, Federico García Lorca, Gabriel García Márquez, y un poco más clásicos a Lope de Vega, Juan de Mestanza, don Miguel de Cervantes, Ausiàs March, Juan de Dueñas, Garcilaso de la Vega, Boscán, el marqués de Santillana, Pushkin, Tólstoi, Dostoyevski, Ziryab, Wallada, Louise Labé, François Villon, Julio Verne, John Keats, Charles Baudelaire, Dante Alighieri, Omar Kayyam, Safo de Lesbos, Alceo.
¿Qué lo motivó a escribir y leer?
A leer me motivó la curiosidad, y a escribir, la lectura. Considero que un escritor, antes que escritor, debe ser un lector para enriquecerse del conocimiento que se nos ha legado y descubrir las diferentes formas que toma nuestra lengua. La mente de aquel que lee es muy diferente del que jamás lo hace. Además, debemos tener en claro cómo la literatura ha evolucionado a través de los siglos para llegar al punto en que estamos hoy.
¿Sus libros están dirigidos al público en general?
El arte, en general, ha sido una forma de comunicación, de expresar lo que soy y lo que siento. En este punto me gustaría resaltar una frase de Rubén Darío: «Yo no soy un poeta para muchedumbre. Pero sé que indefectiblemente tengo que ir a ellas». Mi predilección por los clásicos me ha llevado a seguir su tradición. No obstante, me gustaría que esto no fuera una brecha, sino una oportunidad para enriquecernos y descubrir a fondo la belleza de la Literatura para poder explorar, realmente, todas sus posibilidades.
¿Qué aportan sus libros?
El aporte de mi obra es conectar lo clásico con lo moderno para engrandecer nuestra lengua. El mismo Rubén Darío llegó a afirmar que había explorado no solamente el campo de poéticas extranjeras, sino también los cancioneros antiguos, la obra ya completa, ya fragmentaria, de los primitivos de la poesía española, en los cuales encontré riqueza de expresión y de gracia que en vano se buscarán en harto celebrados autores de siglos más cercanos. A todo esto, he agregado un espíritu de modernidad con el cual me compenetraba en mis incursiones políglotas y cosmopolitas. Quiero seguir la tradición que él mismo nos legó hace un siglo y ser un renovador de nuestra literatura, marcar un antes y un después. Sea, pues, mi trabajo una antorcha para los nuevos escritores. No pretendo que me imiten, sino que sean mejores que yo.
¿Cuál considera su aporte al mundo literario de Nicaragua?
Mi mayor aporte ha sido convertirme en un modelo para muchos, demostrando que no hay barreras que nos detengan si de verdad soñamos algo. Ser un ejemplo de superación es uno de mis grandes orgullos, a la vez una de las cosas que más deseo compartir para que cada vez más jóvenes persigan sus sueños literarios.
Muchas veces hay personas con un talento excepcional que por miedo prefieren guardarlo para sí. La idea del rechazo y la presión de ser aceptados en este espacio artístico los detiene. Yo quiero romper las cadenas que los atan y derribar los muros que los detienen. Que sea este mi aporte: inspirar y animar a todos esos talentos que se ocultan por miedo y por la idea de que no llegarán lejos… El cielo nos espera para brillar por todo lo alto.
¿Qué nivel de reconocimiento ha alcanzado su trabajo?
A los trece años gané un Premio Nacional que me permitió publicar mi primer poemario. Posteriormente, también fui parte de diversos concursos en los cuales gané el primer lugar. Esto me llevó a poco a poco darme a conocer el extranjero, donde he sido reconocido y premiado.
De mismo modo he presentado mi obra a nivel nacional e incluso frente a extranjeros. Todo esto es solo parte del camino, pues pretendo poner el nombre de mi país por todo lo alto con mi lucha constante.
¿Qué opina de los nuevos talentos de Nicaragua?
Nicaragua es un país con un enorme potencial literario, no en vano se ha llegado a considerar el «país con más poetas per cápita». Creo que muchos jóvenes con talento van emergiendo, y eso es bueno. Tenemos la oportunidad perfecta para promover el Arte y dar el acompañamiento necesario. Es el momento idóneo para mostrar al mundo la calidad de la nueva literatura de nuestra nación.
Gracias por su enorme aporte al desarrollo cultural de Nicaragua. Para finalizar, ¿cuál es el mensaje a los jóvenes que quieren participar en carreras como la suya?
Mi mensaje para esos jóvenes y para la juventud en general es que, si tienen un sueño, luchen por él. Cuando algo se desea verdaderamente con el corazón y se tiene los ojos puestos en las estrellas, se logrará.
El camino es largo, pero cada paso que demos, por más pequeño que parezca, nos acerca más a nuestra meta.
Nosotros somos fuerza de cambio y ejemplo para las nuevas generaciones. Podemos lograrlo, siempre teniendo claro de dónde venimos y quiénes somos.
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