Si Tienes Mujer, Ponte Alerta
Yo, si tengo mujer, es gracias a que lo tomo con humorismo. ¡Tantas cosas se dicen de ellas! Fíjense que el irrespeto por la naturaleza ha afectado la supervivencia de varios seres, y entre los más amenazados está la hembra de la especie humana.
Como yo solo tengo un ejemplar en casa, lo mantengo con mucho celo y dedicación, pero en realidad es ella la que me mantiene a mí. Por lo tanto, por una cuestión de auto supervivencia, lanzo la campaña “¡Salvemos a las mujeres!”
Tomen unos pocos conocimientos sobre la fisiología de la feminidad, con el fin de que preservemos los raros y preciosos ejemplares que todavía quedan.
Primer paso: El hábitat. La mujer no puede vivir en cautiverio; si está enjaulada, huirá o morirá por dentro. No hay cadenas que las aten, y las que son sometidas a las jaulas pierden su DNA. Usted jamás tendrá la posesión sobre una mujer; lo que la va a atar a usted es una línea frágil que necesita ser reforzada diariamente.
El segundo paso es darle una alimentación correcta, pues nadie vive de la brisa y ella vive de cariño. Déselo en abundancia, es cosa de hombre, y si ella no lo recibe de usted lo buscará en otro. Besos matinales y un “yo te amo” al desayuno las mantiene bellas, vivas y perfumadas durante todo el día. Un abrazo diario es como el agua para los helechos. No la dejes deshidratarse; por lo menos una vez al mes, salir. Obligatorio servirle un plato especial.
El tercer paso se llama “flores” y también forman parte del menú: la que no las recibe se marchita rápidamente y adquiere rasgos masculinos como la brusquedad y el trato áspero.
El siguiente paso será respetar su naturaleza, pues no soporta la tensión premenstrual en la que ellas lloran por cualquier cosa, les gusta hablar de cómo les fue en el día, discutir sobre la relación. Si quiere vivir con una mujer, prepárese para eso.
Punto número 5: No restrinja su vanidad, pues es propio de la mujer hidratar las mechas, pintarse las uñas, echarse labial, estar todo un día en el salón de belleza, coleccionar aretes, comprarse muchos zapatos y bolsos, pasar horas escogiendo ropas en un Centro Comercial. Comprenda todo esto y apóyela.
Punto número 6: El cerebro femenino no es un rito. Por inseguridad, la mayoría de los hombres prefieren no creer en la existencia del cerebro femenino, y por ello buscan aquellas que fingen no tenerlo, aunque algunas realmente lo jubilaron. Entonces, ¡aguante! Mujer sin cerebro no es mujer, sino simplemente un objeto decorativo. Si usted está cansado de coleccionar estatuillas, intente relacionarse con una mujer. Algunas le mostrarán que tienen más materia gris que usted. No tengo hijos varones, pero nietos, nieta y bisnietas, todas inteligentes y cultas como sus madres, profesionistas, escritoras, poetas, pintoras y cultas. No les huya, aprenda con ellas y crezca…y no se preocupe. Al contrario de lo que ocurre con los hombres, la inteligencia no funciona como repelente para las mujeres.
Punto 7: No haga sombra sobre ella. Si usted quiere ser un gran hombre, tenga una mujer a su lado, no detrás y, de esa forma, cuando ella brille, usted se bronceará. En cambio, si ella esta atrás, usted se puede llevar una patada en el trasero.
Punto número 8: Acepte. Las mujeres también tienen luz propia y no dependen de nosotros para brillar. El hombre sabio aumenta los potenciales de su compañera y los utiliza para motivar los propios. Sabe que, preservando y cultivando a la mujer, él estará salvándose a sí mismo.
Amigo, si usted piensa que la mujer es demasiado costosa… vuélvase gay, pues solo tiene mujer quien pueda tomarla con humor.
ALFONSO HIRAM GARCÍA ACOSTA