Finalmente llegó a nuestras manos Sermons of the Sinner, de la banda KK Priest, maravilla que cautivará los corazones de los amantes del mejor metal clásico producido en este planeta. Tras escucharlo llegarán a dos conclusiones innegables: la primera es que varias canciones tienen mucho del sonido de Judas Priest, lo que es completamente lógico pues la lideran K.K. Downing y Tim Ripper Owens, ambos ex integrantes de la célebre banda británica; la segunda es que el contenido demuestra que estamos antes una banda perfectamente coordinada y con muchísimo empaque. A.J. Mills (guitarra), Tony Newton (bajo) y Sean Elg (batería) no son simples músicos de relleno, sino piezas importantes en el engranaje final.
‘Incarnation’ no es más que un intro hablado para dar arranque a la caña con ‘Hellfire Thunderbolt’, vaya pedazo de tema, con riffs afilados, muy en el estilo de Judas Priest, referencia imposible no relacionar, sobre todo por la explosiva voz de Ripper Owens que demuestra que su garganta está en plena forma.
‘Sermons of the Sinner’, con su velocidad y cambios de ritmo, es lo mejor pieza del disco, un tema con fuerza, riffs candentes, una base rítmica demoledora y la poderosa voz de Ripper Owens por encima, complementando un tsunami metálico que no por nada da título al álbum debut. Los sermones del pecador predican el metal por la tierra para sanarnos a todos los fieles oyentes de este género.
Sin respiro, el cuarto tema –Sacerdote y el Diablo– rinde agradecimientos a los fans que hablan español en el planeta. Un rola contundente que nuevamente sorprende por la calidad de voz de Mr. Tim Owens que llega a ser desgarradora, un excelente trabajo de batería y, por supuesto, los inagotables riffs que parecen demostrar el ‘hambre’ que K.K. tenía por volver a la escena, desplegando lo que mejor sabe hacer.
‘Rise your Fist’ es de los temas que cuentan con su correspondiente video y sin duda será de los himnos que formarán parte permanente de sus conciertos, ideal para los retornos a escena tras concluir las presentaciones con ese coro pegajoso: “Levanta tu puño por tus hermanos del metal en cualquier parte del mundo”. El estribillo está perfectamente sincronizado con los coros; las guitarras dobladas en estudio se escuchan realmente bestiales.
Como su nombre lo indica, ‘Brothers of the Road’ es perfecto para escuchar en ruta, carretera, en auto, motocicleta o incluso bicicleta (jajaja): “Las ruedas de acero están rodando, los motores rugen quemando la autopista, nuestra adrenalina se dispara, guerreros de la carretera se unen pensando en el metal con todas sus fuerzas…”
‘Metal Through and Through’ baja un poco los decibeles con un inicio lento… pero no nos engañemos: este es un disco de metal en toda la regla y no podía faltar una rola heavy y densa donde el bajo y la batería machacan el ritmo para dar paso en la segunda parte a una variedad de escalas y punteos que retornan al arpegiado y la voz de Ripper, acompañado de una guitarra acústica para cerrar de manera emotiva.
‘Wild and Free’ recuerda horrores a Judas (es un elogio, no una crítica) en velocidad, riffs, solos de guitarra, contundencia y voz. Bien podría haber formado parte de las sesiones de ‘Jugulator’ o ‘Demolition’.
‘Hail of the Priest’ conserva la alta velocidad, imprimiendo gran intensidad a las guitarras de K.K. Downing y A.J. Mills con el poder de la base rítmica y los matices de Ripper y toda la marca de la casa, haciéndonos pensar que con otro vocalista este disco no hubiera cuajado de manera tan efectiva.
‘Return of the Sentinel’ parece rendir tributo a ‘Sentinel’ del disco ‘Defenders of the Faith’ de Judas Priest (¿por qué diablos no?). Habla de un extraño personaje que administra justicia y muerte, percatándose de su propia mortalidad. Es un tema de metal profundo dividido en dos partes: una más pesada y otra más lenta y armónica que incluye guitarras acústicas y la cautivadora voz de Ripper, creando un final muy digno para un disco que cumple con creces su cometido de deleitar los oídos más exigentes.
¡Larga vida a KK´S PRIEST!
RICARDO PAT