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Sergio Velásquez y el color como alegría

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Artes Plásticas

Sergio Velásquez, artista plástico nicaragüense, muestra en su obra a la mujer en la sociedad como un ser monumental. En este sentido, su arte cumple una función social, reflejando una imagen que se va configurando desde las características propias del erotismo: formas, redondez y voluptuosidad de la mujer.

A la muestra de Velásquez se suma el uso de colores vivos y frescos, evidenciando esa mezcla del mestizaje en sus pinturas. Este ha sido su aporte a la plástica nicaragüense.

En exclusiva para el Diario del Sureste de México, entrevisto a este gran artista nicaragüense.

¿Qué elementos refleja su obra?

Dentro de mi obra hay un tema principal: la belleza de la mujer; la mujer con todo lo que tiene que ver: lo que hace, cómo influye este ser en nuestras vidas, dentro de la sociedad, en el ambiente familiar. La mujer para mí es un pilar fundamental.

También hay otros elementos dentro de mi pintura: la bella de la naturaleza que tenemos en este país, los lagos, volcanes y todos los recursos naturales.

Me gusta la mujer latinoamericana como tema; la mezcla de lo que trajo la Conquista española en su momento y su fusión con lo indígena; lo que se llama mestizaje, que ahora se reconoce como belleza latinoamericana. La raíz nuestra ahí está, la mujer nuestra está presente.

El color para mí es alegría, somos seres de luz.

Otro aspecto que reflejan esos rostros es la tristeza como la continuación de la vida, a través de la fuerza que tiene la mujer, sin perder esa parte erótica de la mujer, esa redondez que tiene en su pecho, en sus nalgas. Inclusive cuando está embarazada es una belleza. Voy creando una estructura de acuerdo a mi visón personal.

¿Por qué su obra es considerada monumental?

Parte de la investigación. Inicialmente esa era la idea: hacer una obra que partiera del ser monumental. Comencé a investigar y llegué a la conclusión de que Policleto hace la medida de las proporciones del cuerpo, en ese momento son 7 cabezas las que él saca para las proporciones del cuerpo. Hay diferentes medidas. Entonces lo proporciono a eso, para que realmente se sienta ese ser de manera gigante, monumental, que se sienta esa fuerza, que no pase desapercibida, que no pierda esa belleza. Así comenzó también la parte popular, las “gorditas”.

¿Existe alguna referencia en su obra?

En cuanto a la obra, hay ciertas referencias: Rubens, en su época pinta la gordura porque era algo atractivo; después tenemos a Botero, que pinta mujeres voluptuosas, y su pintura es una sátira de manera mordaz a la parte social, a la parte del poder. En mi caso, es la búsqueda que debe hacer el ser humano de la belleza de cada parte del cuerpo y su expresión; tanto de alegría, como sufrimiento. Es un homenaje a la mujer, que con toda su fuerza nos hace transitar un camino digno.

¿Qué reconocimiento han tenido sus obras?

He estado en Centroamérica, en Panamá, en Honduras, en El Salvador; en todo México, Guatemala, Colombia; en Estados Unidos, en una cantidad de ciudades de ese país. Eso es una distinción grande: representar obras que reflejan Latinoamérica.

¿Qué admira de México?

México es un país vasto en cultura con el que me identifico. Estando en México, siento que estoy en Nicaragua. Admiro su capacidad de ser un pueblo con mucha cultura.

El color es lo que le da identidad a uno; después de visitar Guatemala y México, y ver ese colorido fuerte, dije: “Yo soy eso”. Por mis venas corre sangre indígena.

¿Cuál es su opinión del arte en Nicaragua?

Creo que hay un semillero grande, aunque hay que ofrecer mayores incentivo.

La cultura es el rostro de nuestro país. Aquí no hay problema en cuanto a la parte creativa; lo que necesitamos es mayor promoción. A través del arte se han medido las civilizaciones. 

RAFAEL QUINTANA

rafa3007quinta@gmail.com

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