Editorial
En las épocas juveniles, hace muchos ayeres, los devoradores de historias dábamos seguimiento semanal a una revista gráfica en la que el héroe era un personaje con turbante, un héroe que abrevó en la filosofía hindú y al que su creador dio el nombre de Kalimán.
Ahora, en nuestros tiempos de madurez, vale la pena rememorar el continuo mensaje que Kalimán dirigía a su personaje acompañante, Solín, las palabras que moderaban los ímpetus del jovencito para no incurrir en errores fatales: “Serenidad y paciencia”.
Esos mismos términos son aplicables ahora a la desesperación, ansiedad y temores que la pandemia en curso ocasiona. Esas juiciosas palabras, Serenidad y paciencia, deben estar presentes cada día en la mente de todos los ciudadanos del mundo.
Se vive en condiciones de aislamiento, se convive en hacinamientos familiares inusuales, en los que la reclusión motiva fricciones, angustias y preocupaciones de toda índole.
Nuestra segregación social voluntaria, la sana distancia recomendada por las autoridades y acatada por nosotros, están acordadas para evitar males mayores de no mantenerse un orden y una regulación acatada por todos.
Los seres humanos nos hemos mantenido históricamente en comunidades de miles o millones de personas que intercambian bienes y servicios entre ellas. Lo hemos logrado en libertad plena. Sucede ahora que en la Naturaleza, el medio ambiente, un virus mortal nos agrede y amenaza.
Ante ello, la solidaridad debe convocarnos a la adopción de medidas de ajuste, duras de aceptar y aplicar, pero imprescindibles para cerrar el paso a consecuencias mayores.
Serenidad y paciencia. Reunidos, no aislados. La reflexión debe prevalecer dando una respuesta razonada y total a una pandemia que habrá de finalizar su presencia en un plazo que está en nosotros se reduzca o prolongue.
Serenidad y paciencia son esenciales para responder en unidad a una situación que a todos afecta y preocupa.
La raza humana ha prevalecido por su inteligencia; de su estancia en la Tierra ahora incursiona al espacio con éxito.
Estamos en el tiempo adecuado para asumir nuevas responsabilidades.
Hagámoslo. Eso se espera de nosotros: Serenidad y paciencia.