Editorial
Los afortunados poseedores de casas a orillas de las playas de Yucatán cumplieron con la regla social de ocuparlas en este período, mezcla de religioso y profano, en el que se planea con días de anticipación lo que las familias harán en este tiempo de asueto.
Las actuales condiciones de convivencia y resguardo acompañan las medidas de sanas distancias y las determinaciones oficiales preventivas de nuevos contagios.
No puede negarse que las restricciones pesan severamente en el ánimo de los ciudadanos, las limitantes que imponen los tiempos de pandemia están plenamente justificadas por las circunstancias.
Nuestra sociedad, aun a disgusto, conviene con nuestras autoridades en que: Prevenir es mejor que lamentar.
Así es que, con sumo cuidado, acatando las disposiciones oficiales, las familias yucatecas han ido preparando sus viviendas costeras para pasar en ellas una corta temporada. Ya se están trasladando a ellas desde estos días.
El cumplimiento de las obligaciones religiosas de la Semana Mayor, según la Biblia, y los tiempos de descanso y relajamiento se darán la mano de nuevo en los días de la siguiente semana.
En “Diario del Sureste” nuestro compromiso semanal no se verá afectado gracias a un esfuerzo adicional de nuestros colaboradores, a quienes mucho le agradecemos. Aplaudimos su profesionalismo y solidaridad.
A nuestros lectores semanales deseamos Felices Pascuas de Resurrección.
