Lucha Libre
ALFONSO HIRAM GARCÍA ACOSTA
Conocí a Lutteroth en el Campo Deportivo 18 de marzo en la Col. Lindavista. La amistad me unía a ese emprendedor hombre que dedicó su vida a la promoción de la lucha libre. Los domingos por la tarde asistía con mi padre, Alfonso García, a ver las luchas siendo yo un niño de 5 años en 1941.
Lutteroth construyó su primera arena en lo que fue después la Arena México y posteriormente la Arena Coliseo; se quedó en la alforja de los recuerdos la cristalización de una Arena para 40,000 aficionados al deporte de Pancracio, cuando Neguib Simón inició la Ciudad de los Deportes, abarcando la Plaza México, el coso taurino más grande del mundo, y el Estadio Olímpico, pero eso lo narro en otra historia sobre el árabe yucateco Neguib Simón.
Salvador Lutteroth González es considerado «El Padre de la Lucha Libre Mexicana», pues fue gracias a él que el deporte espectáculo se instauró en nuestro país. En México se dieron funciones esporádicas de pancracio desde la década de los 20, pero ninguna empresa pudo consolidarse. El 21 de septiembre de 1933 es un día especial, Salvador Lutteroth hacía su debut como promotor en la Arena Modelo, justo donde hoy está la Arena México, el cartel era encabezado por gladiadores de la talla de Yaqui Joe, Ciclón Mackey y Bobby Sampson. A partir de entonces, la vida de Don Salvador y la lucha libre quedaron unidas, fue el creador de la Empresa Mexicana de Lucha Libre, hoy CMLL, que desde entonces da funciones de manera ininterrumpida, construyó la Arena Coliseo y posteriormente la México.
Fue el impulsor de luchadores como el Santo, Blue Demon y la mayoría de las estrellas de la época de oro de la lucha libre. Su familia aún conserva la empresa, que presume ya 88 años de existencia, la más longeva del continente americano.
Grabé en mi mente esas funciones de la 18 de Marzo, con luchadores como Chef Red Eagle; Dientes Hernández, que luchaba descalzo; Gardenia Davis y los dos hermanos Bonales que tenían cerrajerías en el D. F. Otras estrellas fueron el Black Guzmán, el Gori Guerrero. En ese entonces no sabía que me convertiría en luchador profesional y, lo mejor, que lucharía en la Ciudad de México, en las Arenas Escandón, Tacubaya y Coliseo -nunca luché en la México-, haciendo pareja con un luchador que conocí en el Circo Teatro Yucateco, el Sheik Maralá. Yo luchaba como artemarcialista -en esa época era practicante de Judo; así que la dupla entre el libanés y el japonés -yo era Lugui Shima- se dio y nos acoplamos. Cuando por trabajo estaba en la Ciudad de México, visitamos a Lutteroth y nos promovió para la Coliseo y arenas menores. Maralá siguió como réferi para luchas mayores.
Lutteroth, antiguo miembro del Ejercito de Álvaro Obregón en la Revolución Mexicana, fue invitado en 1929 por unos amigos a una función de Lucha Libre en El Paso, Texas, y de inmediato le vio a este deporte un potencial de triunfar en un México que se modernizaba. En nuestra Patria, en México, también se festeja el “Día Nacional de la Lucha Libre”, uno de los deportes más interesantes y conocidos en México. Hay 52 promotores en nuestro país (profesionales e indie) que se encargan de la difusión a través de nuestro territorio.
Con más de 90 años de haberse fundado, la “Empresa Mexicana de Lucha Libre,”, “AMLL”, hoy “CMLL”, es la empresa más antigua que existe en el mundo dedicada a la promoción de este deporte, contando con recintos dedicados exclusivamente como son la Arena México, Arena Coliseo, Arena Puebla. El Consejo, con sede en la Ciudad de México, sigue en manos de la familia Lutteroth.
Una de las grandes cualidades del CMLL es el peso de su historia, una muy rica epopeya que ya ha sobrepasado las nueve décadas, llena de anécdotas, sucesos, y enormes batallas sobre el ring que se han grabado en la memoria de millones de aficionados y/o practicantes del pancracio mexicano.
En mi caso y el de mis compañeros de ring en los años cincuenta, fueron la Empresa de Gonzalo Solís en el Circo Teatro Yucateco, o las empresas menores del Distrito federal.
A mediados de la década de 1940, la base de fanáticos de la EMLL creció tanto que Lutteroth planteó crear más arenas, con la finalidad de llegar a más gente. No sería hasta la aparición de la televisión, una década después, que el padre de la lucha libre mexicana decidiera transmitir su lucha en todo el país, produciendo una explosión de popularidad para el deporte jamás vista. De hecho, en esos años, El Santo se convirtió rápidamente en una de las celebridades nacionales más populares de México. A mediados de esa misma década, Lutteroth comenzó a ceder el control de la EMLL a su hijo Salvador «Chavo» Lutteroth II, debido a su avanzada edad, comenzando así una nueva etapa en la lucha libre mexicana. Finalmente, unos años después, el famoso promotor de lucha libre dejó este mundo un 5 de septiembre de 1987, a los 90 años, cediendo por completo el cargo del CMLL a su hijo. Actualmente la familia Lutteroth continúa manteniendo el legado del Padre de la Lucha Libre Mexicana a través del pago-por-evento “Homenaje a Dos Leyendas” en el que se honra a él y a un luchador diferente retirado o fallecido cada año.
En nuestra Mérida anualmente el Comité Organizador celebra el Día del luchador, con una ceremonia luctuosa para los fallecidos, y para los sobrevivientes un homenaje con almuerzo y mariachi. He asistido: se pasa lista de los fallecidos -que son muchos-. De los de mi época, creo que solo quedamos dos: Eduardo Pinkus, en Campeche, e Hiram García en Mérida.
En el 2022 se me entregó una placa metálica de Reconocimiento como pionero de Lucha libre en Yucatán en los años cincuenta. Dice a la letra: Se otorga el Presente Reconocimiento a Lugui Shima por su destacada actuación en el desarrollo de la Lucha libre en Yucatán y el Sureste de México”. Mérida, Yucatán, 24 de junio del 2022,” Con firmas y logotipos de las agrupaciones que lo otorgan. Gracias, Freddy Ríos Urcelay, por tu trabajo de organización para ese día.
Estas líneas me llevaron por la Ciudad de México, a mi niñez y a Don Salvador Lutteroth con mi padre, Alfonso García, platicando en la 18 de Marzo, convertida en arena de Lucha Libre. El deporte me impactó y fue mi deporte profesional en mi vida juvenil.
Recuerdo a mis compañeros del ring, en el Circo Teatro Yucateco; mis experiencias en el Distrito Federal, donde nunca soñé que sería parte en algún programa de Lucha. Cuando viajábamos a Tizimín con El Santo o Blue Demon, el promotor Gonzalo “Fayo” Solís manejando, conviviendo maestros y noveles luchadores del patio. Trabajamos en Batallas Campales con lo más selecto que enviaba don Salvador Lutteroth a nuestro Mayab cálido.
Todas estas experiencias se mantienen en mi memoria, a veces imprecisa por el paso del tiempo. Recuerdo el cariño de mi padre, Alfonso García, que siempre apoyó mis inclinaciones deportivas y culturales. Mi madre, aunque no le agradaba mucho este deporte en lo particular, nunca puso trabas para que no dejara de hacer lo que decidiera. Mi futuro fue deportivo, musical y literario, incluyendo mis estudios Universitarios y de postgrado. Abur.
Fuente
https://www.cancha.com/el-padre-de-la-lucha-libre-en-mexico/ar1927210