Construyendo Sonrisas
Contrariamente a lo que se piensa, cuando los pintores de la llamada “Ruptura” decidieron apartarse de los ideales promovidos por los muralistas –en particular David Alfaro Siqueiros, al considerar que el ámbito de la pintura no podía servir para ilustrar la “lucha de clases” a la manera de un panfleto propagandístico–, no querían decir que los artistas debían de rechazar cualquier tipo de compromiso social.
Planteaban simplemente que las preocupaciones artísticas, de naturaleza estética, son esencialmente distintas al campo de la acción social, que pertenece al ámbito de la ética.
Si bien el artista Jorge “Roy” Sobrino no forma parte de la llamada Ruptura, sin duda tiene afinidad con este espíritu, ya que su pintura no obedece más que a imperativos internos en los que se reconocen movimientos espontáneos que expresan estados emocionales que mucho tienen que ver con la alegría y profusión del mundo tropical, que es el suyo, un mundo en que la creatividad se explaya con la facilidad en que prolifera la vegetación en la península yucateca.
Más allá del movimiento mexicano de la “Ruptura”, volver a captar las fuerzas primordiales que se encuentran en el origen de la creación artística es lo que llevó a los expresionistas alemanes, a principios del siglo XX, a adoptar una forma de pintar que recuperara el espíritu propio de la infancia de la humanidad, fuere considerada como un fenómeno colectivo o individual.
Es posible que proyectar de esa manera un deseo de espontaneidad ajeno a la excesiva racionalización que se vivía en Europa a principio de siglo XX no haya sido más que una ilusión fomentada por el deseo milenario de regresar a una “Edad de oro” perdida.
No obstante, está claro que en esta búsqueda los expresionistas lograron entrar en contacto con las raíces mismas de la creatividad.
Hay en Roy Sobrino una afinidad con esta actitud, que no sólo se manifiesta en su pintura: lo ha llevado igualmente a preocuparse por despertar y canalizar en los niños y jóvenes de capacidades diferentes la fuente creativa de la que se encuentran naturalmente dotados.
Es probablemente por esta razón que, desde hace ya quince años, ha dedicado una parte importante de sus energías a promover y a participar como docente en un programa educativo cuyo título –Bajo la luz de su alma– dice mucho de su propósito y espíritu. A través de este proyecto, nos dice el artista: “Se han editado tres agendas de arte con las obras pictóricas de los niños de ‘Construyendo sonrisas’, se han presentado exposiciones en casi todos los museos, centros culturales y galerías privadas de Mérida.”
Es de celebrarse que este compromiso con la sociedad lo haya llevado ahora a ser seleccionado como protagonista de un documental sobre su actividad en el ámbito social cuyo título es Arte Universal.
En efecto, acaba de concluir la filmación de este cortometraje que competirá en el concurso internacional de Cinespace-NASA, bajo el auspicio de la NASA y la Houston Arts Society (HCAS).
El director es Carlos Villanueva Castillo, la fotografía es de Mario Morales Rubí, mientras que Ricardo Pat Pech forma parte de la producción.
Según nota del propio Carlos Villanueva, representante en América Latina de Cine-Space NASA, los resultados del concurso se darán a conocer en octubre del 2023. En caso de ser premiado, el cortometraje se exhibirá en la gala de premiación en Houston, Texas, el 14 de noviembre del 2023. Además, los documentales finalistas se proyectarán en “festivales de cine en Estados Unidos, escuelas, bibliotecas, museos, en Nasa T.V. y a bordo de la estación espacial internacional.”
Enhorabuena a Roy Sobrino, a la fundación “Construyendo sonrisas A.C.”, a los niños y jóvenes participantes, así como al equipo de CineSpace por este importante esfuerzo destinado a beneficiar a la juventud yucateca, proporcionándole una oportunidad de ejercer su talento artístico.
ESTEBAN GARCÍA BROSSEAU