Artes Plásticas – Desde Nicaragua
“En una ocasión me rechazaron una obra comisionada. Eso me causó un perjuicio como artista, estuve desmoralizado durante varios días. Como ‘autocastigo’, coloqué la obra en el centro de mi sala para observarla a diario. Al cabo de una o dos semanas tomé el lienzo para hacerle algunos ¨ajustes¨ y me despertó una voracidad artística que no podía parar. Cuando finalicé la segunda etapa de la obra, decidí publicarla y se vendió 24 minutos después. Al pasar dos horas tenía otros varios mensajes con ofertas y solicitudes, uno de ellos del cliente que la había rechazado en primera instancia, pensando que era una obra nueva. Esto me quedó como lección para nunca más trabajar algo por cumplir: el Arte es lo más serio en la vida y me debo a él”.
En Rodolfo Peña, el Arte emerge como un impulso por expresar sus ideas de forma gráfica. Desde su infancia participó en diferentes concursos de pintura, habiendo ganado a los once años un reconocimiento en un concurso organizado por la UNFPA (Fondo de Población de las Naciones Unidas).
Rodolfo Peña cuenta con una herencia cultural proveniente de su abuelo: el poeta, novelista, cuentista y pintor Fernando Silva Espinoza, cuya obra literaria y plástica es reconocida mundialmente.
En esta entrevista para Diario del Sureste de México, Rodolfo señala que mezcla algunos elementos figurativos con la abstracción, prevaleciendo las formas de peces, flores, plantas, espectros humanos, casas, iglesias y figuras geométricas, entre otras cosas que el artista traza con colores vivos en su máxima expresión.
Rodolfo, coméntenos, ¿de dónde le nace la inspiración?
Crecí en un ambiente artístico por mi abuelo Fernando Silva (escritor, poeta, cuentista, pintor nicaragüense) con quien compartí muchos años de niñez y adolescencia. Para mí el arte era algo normal, era el día a día. Crecí viendo a muchos artistas nicaragüenses y extranjeros que llegaban a visitarlo; también era muy común acompañarlo a diferentes eventos culturales y/o exposiciones que se hacían en su honor, presentaciones de sus libros, anécdotas que nos contaba a todos sus nietos.
De mi propia inspiración, te puedo decir que todo nace de un fuerte brote de creatividad que como artista tengo que materializar en el momento; si no, lo voy pensando durante un tiempo hasta que logro exteriorizarlo. Además, soy una persona muy visual, muy dada a las formas, a los colores. Me van inspirando pequeños detalles que pasan en mi vida, cosas que veo.
Para resumir, la inspiración nace de muchas cosas, situaciones, momentos, formas y sentimientos. No es una sola fórmula, ni siempre lo mismo.
¿Cómo definiría su Estilo?
Definitivamente mi base es la abstracción, pero también tengo un vínculo con la figura porque soy admirador de movimientos como el art brut, el arte primitivo, el naif, entre otros que, aunque dejan una libre interpretación de la realidad, con cierta sensibilidad infantil son muy identificables, figurativamente hablando. A veces pinto como lo hiciera un niño en su libro para colorear para sentirme más libre y alejado del realismo. Aún así, pienso que lo abstracto es lo principal en mi obra.
¿Qué temáticas aborda en sus obras?
No hay una sola temática. Muchas veces puede ser algo alusivo a la naturaleza; otras veces explosiones de colores que pueden representar un sentimiento.
Díganos, ¿cuál es su mayor reto al estar frente a un lienzo?
No soy de preparar bocetos, pero claramente siempre tengo una visión inicial de la obra que voy componiendo o mermando conforme avanzo frente al lienzo. Mi mayor reto es sentirme satisfecho al finalizar, y esto tiene que ver con si logré lo que tenía en mente; incluso habiendo cambiado cosas, me siento igualmente satisfecho.
¿Qué nivel de reconocimiento ha adquirido su trabajo?
Tengo poco tiempo de estar en el medio artístico, empecé a darme a conocer en el año 2018. Sin embargo, en estos cuatro años he vendido alrededor de 300 obras de gran formato (desde 1.5 mts hasta de 3.5 mts de anchura) a diferentes coleccionistas privados en Nicaragua y fuera del país. También he trabajado con algunos curadores de arte y diseñadores de interiores, y dos o tres galerías que me han apoyado.
¿Qué artistas de México admira?
¡¡Uff, muchos!! México es un país inmensamente cultural y me cuesta trabajo pensar en otro país que lo supere en arte y cultura.
De los artistas vivos me gustan mucho Bosco Sodi, Damian Ortega, Teresa Margolles; y de los que ya no viven creo que es muy difícil no enamorarse de la Epopeya del pueblo mexicano de Diego Rivera, también me gustan Saturnino Herrán, Rufino Tamayo y Frida Kahlo por supuesto.
Rodolfo, ¿cómo se ve en el futuro?
A futuro me veo como un referente del arte contemporáneo nicaragüense. Muchos coleccionistas me han dicho que ven en mi obra cosas diferentes a lo que comúnmente encuentran; eso me da pauta para continuar y ser más agresivo, a no dudar.
A su parecer, ¿cómo está el arte en Nicaragua?
Nicaragua, siempre ha sido un país de arte. Naturalmente, muchos nicaragüenses somos artistas porque vivimos una realidad ¨macondiana¨ que a veces puede ser cruel y otras veces romántica. Esa combinación es perfecta para el arte.
Actualmente hay una explosión de artistas emergentes que tenemos propuestas innovadoras y disruptivas, que vamos por un camino pedregoso, pero a su vez muy bonito y que en su momento tomaron grandes maestros de la plástica nicaragüense como Peñalba, Canales, Saenz, Morales, entre otros. La explosión es tan fuerte que me atrevo a decir que he visto algunos artistas plásticos mayores que están queriendo sumarse, saliéndose de su zona de confort.
Adicional a eso, las galerías y fundaciones tienen un mayor desarrollo y vínculo con mercados internacionales, lo cual abrirá puertas a muchos artistas emergentes que estamos iniciando nuevos movimientos.
¿Cuál ha sido su aporte al Arte en Nicaragua?
Todavía es temprano para hablar de aporte, solo puedo decir que estoy agradecido con Dios y la vida que me ha dado un talento y capacidad para poder plasmar todo lo que tengo en un lienzo. A partir de esto, los pequeños reconocimientos, comentarios, remuneraciones y buenos deseos que han tenido conmigo diferentes coleccionistas, galerías e institutos de arte me llenan de gozo y deseos de querer continuar.
¿Cuál es su mensaje para los jóvenes amantes del arte?
No tengan temor en romper paradigmas. El talento no es tan valioso sin la práctica continua.
RAFAEL QUINTANA