Rey- Dios José Jacinto Uc de los Santos Kan Ek Chichán Moctezuma
ENTREVISTA EN RADIO FÓRMULA SOBRE ESTE LIBRO INÉDITO
Por edgar rodríguez cimé
Cuando Jazmín Gaspar -abogada y enlace en Mérida de la revista Proceso, con quien acordé la venta en su tienda de ejemplares de Culturas Juveniles en el Mayab y No tengo tiempo de cambiar mi vida– escuchó que recién concluí el relato “Rey-Dios José Jacinto Uc de los Santos Kan Ek Chichán Moctezuma”, amablemente me invitó a una entrevista el sábado 26 de agosto de 2017, a las 10:00 horas, para platicar sobre los detalles en su programa en Radio Fórmula.
Le adelanté que la historia es un “trancazo literario” dado que, a diferencia de los otros dos “Canekes”: de Ermilo Abreu Gómez y de Roldán Peniche Barrera, que carecieron de datos verídicos de la época por no contarse con las fuentes originales resguardadas en Europa, mi libro se basa en la información extraída por los investigadores del Centro de Investigación y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) en el Archivo General de las Indias, en Sevilla, España, donde los frailes franciscanos enviaban los informes de lo ocurrido en Yucatán.
La serie de libros sobre la Historia de Yucatán editada por el CIESAS, sobre todo La encarnación de la profecía Canek en Cisteil que incluye la reconstrucción de hechos de la gesta de Cisteil sobre nuevos datos verídicos obtenidos de los seguidores de Kan Ek detenidos y juzgados luego de la derrota, permitió redactar un relato sobre la gesta histórica de Kan Ek desde una cosmovisión maya yucateca.
Una de las principales aportaciones de estos libros sobre la Historia de Yucatán es dejar claro el escenario donde se desarrolló: una zona controlada por los dzules y una amplia “región libre”, a partir de Sotuta, Maní, Cochúa y Cupul que empataba con las tierras altas del Petén guatemalteco, adonde acudían los fugitivos escapados del control de los “blancos”.
Otro de los “tesoros” desenterrados por los investigadores del CIESAS fue que la organización social maya permitida por los españoles para un mejor control político, la “República de Indios” que compaginaba con la “Provincia de Yucatán” controlada por los dzules, permitió la “hibernación” del pensamiento maya ancestral: la cosmovisión del tiempo cíclico, así como la existencia de “profecías katúnicas” que vaticinaban el regreso de un Hombre-Dios para liberar al pueblo maya de la bota del invasor.
Asimismo, la información obtenida en las fuentes originales dejó muy clara la existencia previa de otros “Canekes” rebeldes que, partiendo de las profecías que auguraban el retorno de un Hombre-Dios liberador, habían intentado anteriormente rebeliones que terminaron en derrotas efímeras: del ah kin Uzuctaay al Batab don Juan Yam.
En este escenario, la información de la serie de libros deja muy clara la formación intercultural de Jacinto Uc, por encima de mayas y españoles de la época, quien para empezar formaba parte de la nobleza maya en la “República de Indios” en la cofradía de Jesús de Nazareno, en Campechuelo, en la Villa de Campeche, hablaba dos idiomas: maya y castellano, y había aprendido tanto de su cultura materna como de la cultura criolla, al grado de manejar con soltura lo mismo las profecías katúnicas o la medicina tradicional, que los pasajes de la Biblia católica.
Asimismo, se define la naturaleza de la rebelión: la situación socioeconómica atentando contra los derechos del pueblo maya dominado y debilitando el poder de las élites nativas, pero basado en un sustento cultural: el tiempo cíclico maya que da pie a las profecías katúnicas que anuncian el regreso de un Hombre-Dios libertador.
Otro elemento de peso aportado por los datos del CIESAS es la magnitud de la rebelión, que abarcó tanto a pueblos de la zona controlada como de la región libre, lo cual es muestra de la aceptación de la convocatoria a la guerra contra los dzules por parte de la población maya; se habló de 2,500 a 3,000 rebeldes nativos reunidos en esos breves días en Cisteil.
Finalmente, la interpretación del CIESAS en los resultados de esta gesta es muy ilustradora pues, considerando el “motor cultural maya” de esta lucha armada, a pesar de la derrota militar resulta un triunfo haber conseguido la permanencia y continuidad del pensamiento cíclico que siguió alimentando la rebeldía nativa que casi 100 años después explotaría en la llamada “Guerra de Castas” de 1847 a 1901.
edgarrodriguezcime@yahoo.com.mx
colectivo cultural “Felipa Poot Tzuc”