Letras
XIX
Las prisas de Fox
12 de diciembre de 1998
El Gobernador de Guanajuato Vicente Fox Quesada tiene prisa. Mucha prisa por llegar a Los Pinos y también tiene planes, muchos planes para salvar a México, pero empezando con los banqueros, con los dueños de los capitales perdidos, por las operaciones fraudulentas que se pretenden cargar al presupuesto público, para reponer los faltantes.
En los últimos días ha venido publicando en distintos periódicos del país, desplegados y artículos sobre las soluciones que propone al delicado asunto del FOBAPROA que ha polarizado la atención pública y sobre todo de los partidos políticos.
Como cuadro importante del PAN y aspirante declarado a la candidatura del mismo para contender por la Presidencia de la República en las próximas elecciones del año 2000, ha iniciado anticipadamente su campaña, ofreciendo en forma pública sus opiniones y puntos de vista sobre los problemas nacionales.
El tema central de sus actuales propuestas gira alrededor de lo que ha venido llamando “rescate financiero”, eufemismo con el que se pretende encubrir el vocablo preciso de subsidio a los bancos, técnicamente en quiebra por sus operaciones controvertidas que rayan en el campo de lo delictivo.
Analizar en forma pública los grandes problemas nacionales tiene indiscutibles ventajas. Permite conocer puntos de vista distintos y razonamientos que pueden llevar a mejores soluciones. En este sentido los partidos políticos de oposición pueden hacer positivas contribuciones a la Nación y al sistema democrático. Toda confrontación de ideas, expuestas en forma respetuosa, significa avance y desarrollo político.
Nos dice el señor Fox que URGEN RESPUESTAS A LOS MEXICANOS y señala que el tiempo se agota y los problemas se acumulan. Advierte que cada día que pasa sin que se solucione el FOBAPROA se pierden oportunidades, se pierden empleos, se incrementan los rezagos y crecen los costos para la sociedad.
Afirma que llegó el momento de resolver el FOBAPROA. Se lanza al ruedo y exclama que llegó el momento de la verdad y la responsabilidad. Llegó el momento de anteponer el bien de México a cualquier otro interés.
Apunta que los consensos fundamentales, según él, ya están dados y los enumera: compartir la carga del FOBAPROA equitativa y justamente; apoyar a los pequeños ahorradores y deudores; castigar a los culpables; y formar una nueva institución para garantizar el ahorro de los mexicanos.
Soy uno de los millones de mexicanos que no estamos de acuerdo con las opiniones del señor FOX y que deseamos también darle respuestas.
En primer término, es conveniente hacer algunas precisiones. El partido político al que pertenece, el PAN, es corresponsable de la situación que vive el país, puesto que precisamente su proyecto político y su programa de reformas económicas, fueron adoptadas y puestas en vigor por los gobiernos de los dos últimos sexenios, con los resultados a la vista, de marginación, pobreza extrema y miseria en millones de compatriotas, revirtiendo los principios y metas de la Revolución Social Mexicana, contenidos en la Constitución de 1917, ya reformada en sus artículos más trascendentes.
Asimismo, el PAN ha sido un aliado del Gobierno en las votaciones decisivas para mantener el proyecto económico neoliberal y las medidas drásticas implantadas, como, por ejemplo, el aumento del IVA.
De haber sido otro el resultado de las últimas votaciones en las pasadas elecciones presidenciales y de haber favorecido el voto mayoritario al PAN, la situación económica del país sería absolutamente la misma o peor, puesto que el detonante de la crisis ha sido el modelo económico, independientemente, además o a pesar, de quienes lo instrumentaron.
Con los partidos políticos minoritarios llamados de oposición, suele suceder lo que ocurre con los jóvenes de hace cincuenta años, siguen hablando de sí como si aún fuesen jóvenes. Lo mismo ocurre con los dirigentes políticos. Se siguen llamando de oposición aún cuando ya estén en el poder y por tanto en donde gobiernan, ya no pueden ser de oposición.
De ninguna manera puede ser justo ni mucho menos equitativo compartir la carga del FOBAPROA, como propone el señor Fox, puesto que los bolsillos del pueblo mexicano no tienen por qué pagar un quebranto del cual son ajenos.
En una sociedad democrática, en una economía libre de mercado, se gana y se pierde, si los señores banqueros fueron a la quiebra, los mexicanos progresistas, los que pensamos en el pueblo, no vemos la razón de salvar a unos cuantos. La caridad tiene que comenzar por abajo, con los más pobres y desamparados. Los ricos se defienden solos. Rescatemos primero los precios de la tortilla y del frijol.
Reza el refrán que cuando el rico empobrece tiene más que cuando el pobre enriquece.
Confunde en sus señalamientos el señor Fox a los pequeños ahorradores con los deudores. Aquí hay dos cosas distintas. La única forma de fomentar el ahorro es con una economía sana y con salarios suficientes para generar remanentes. Sin capacidad de compra, no hay ventas, no hay mercado interno, no se movilizan los capitales y se paraliza la producción. Mucho menos puede, entonces, existir ahorro. Actualmente el pueblo vive más que al día, al día siguiente.
Cuando los ricos empresarios quiebran acuden al Gobierno, lo que equivale decir al pueblo mexicano. Los banqueros quieren dinero para salvar sus bancos. De esta misma forma muchas empresas pasaron a manos del Estado Mexicano en años anteriores. Para evitar su quiebra y conservar las fuentes de producción y de empleo, el Gobierno compró lo que se llegó a conocer como empresas paraestatales, en donde había desde hoteles y restaurantes hasta salas cinematográficas. Independientemente de posiciones ideológicas, si el Gobierno entrega dinero a los bancos, debe ser a cambio de éstos. Volver a comprarlos para que sirvan al desarrollo nacional.
Castigar culpables no es el cometido de los partidos políticos. Esta acción compete a las autoridades judiciales competentes.
Reorientar el proyecto económico del país es el desafío de este momento. Alcanzar consensos entre todas las fuerzas económicas y políticas, entre el capital y el trabajo, para hallar soluciones conjuntas a los grandes problemas.
El señor Fox dice que en 1999 Guanajuato verá crecer su economía en un 5% y ofrece la creación de cincuenta mil empleos. Ojalá se hagan realidad sus sueños.
El camino que se ha impuesto como meta el señor Fox, parte de Guanajuato, donde la vida como el salario mínimo no valen nada, hasta llegar a México City con stopover en Los Pinos y destino final en Washington. La nueva ruta de la Independencia, pero al revés. La verdadera ruta de la dependencia.
Luis F. Peraza Lizarraga
Continuará la próxima semana…