Comencemos por dejar bien en claro que Joe Hill nunca ha necesitado apoyarse en el nombre de su muy famoso padre: sus méritos, junto con sus éxitos, son suyos únicamente. Es más, nunca quiso que así fuera y de ahí el seudónimo que ha utilizado en sus libros “El Traje del muerto”, “Cuernos”, “Fantasmas del Siglo XX” y “NOS4A2”. Tal vez decidió llamarse Joe Hill bajo el influjo de la idea que tuvo su padre, que eligió llamarse Richard Bachman para ver si podía ser exitoso sin utilizar su nombre verdadero, y porque los temas que abordó en esos libros de Bachman se salían de los cánones que ya había establecido.
Sin embargo, no deja de ser curioso que los temas que elija sean muy similares a los que escribe su padre: horror, fantasía, sexo. En su descargo, debemos tomar en cuenta que no podemos decir que alguien inventa nuevos géneros, o aborda temas novedosos, cada vez que escribe. Es por ello que la pregunta que me hago es si escribir sobre estos temas es algo genético, y si Joe está siguiendo los pasos de su padre.
Para aquellos que aún no lo supieran, Joe Hill es el segundo hijo de Stephen King – uno de los más prolíficos autores de todos los tiempos y un personaje muy cercano a mi corazón –, y escribe muy bien, para acabar pronto. Su nombre verdadero es Joseph Hillstrom King, de aquí tomó lo de “Joe Hill”.
Este libro, que luego se volvió una película estelarizada por Daniel Radcliffe – el mismísimo Harry Potter –, nos presenta la vida de Ignatius Perrish quien, después de una noche de excesos alcohólicos que no consigue recordar, despierta con un par de cuernos en la frente. No, no se trata una alusión del autor a la infidelidad porque, de hecho, Ig fue acusado de la violación y muerte de la novia de lo acompañó toda su joven vida y, por ello, fue enjuiciado aunque, debido a que no se encontró más que evidencia circunstancial, fue liberado.
Molesto e incapaz de explicarse por qué le sucedió a él (algo que, siguiendo las recomendaciones de su padre, el autor no se toma la molestia de explicarnos), lo interesante de esos cuernos es que todo aquel que los nota en él no les da importancia, para luego confesarle a Ig sus secretos y deseos más escondidos y retorcidos. Así, se entera de que su familia no lo quiere porque lo consideran culpable del crimen, de que no tiene amigos por la misma razón, pero también se entera de lo que sucedió con su novia Merrin.
Con un lenguaje muy directo, Joe Hill nos presenta trozos de la vida de Ig y de los protagonistas, y los entrelaza con el presente, con el plan de venganza que ha emprendido para castigar a quien le arrebató a su amada. También agrega elementos fantásticos en la historia, que son explicados antes del desenlace, y que siento que tal vez no eran necesarios. El interés va creciendo con cada pieza de información que descubre Ig y con la aceptación de su condición. Resulta muy ameno el “uso” que le da a sus poderes y así medir el alcance de los poderes que parecen poseer los cuernos, y también lo son las historias del personaje “malo” del libro.
En resumen, “Cuernos” es una muy entretenida opción de lectura que nos demuestra que el autor definitivamente no necesita del nombre o de la fama de su papá para ser exitoso. Si bien creció junto a uno de los mejores, Joe Hill tiene su propia voz, y suena fuerte.
Gerardo Saviola
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