TENEMOS LA OPORTUNIDAD DE RECUPERAR LOS ECOSISTEMAS
¡AMEMOS AL MUNDO!
JORGE FRIAS CASTILLO
MAYO 2020 — La Tierra y sus ecosistemas nos han proporcionado vida y sustento cuan larga ha sido la existencia del Hombre, por lo que es imperante un estado de armonía con la Naturaleza a fin de alcanzar un nivel balanceado entre las necesidades económicas, sociales y ambientales. La declaración de Río de Janeiro, en 1992, promovía estos principios, como parte del desarrollo de una conciencia ambiental en todo el planeta.
Hace una semana celebramos el Día de la Tierra en medio de una cuarentena mundial, enfrentando los embates de un virus que ha sacudido a todos los países, poniendo a prueba sus capacidades hospitalarias y económicas. A pesar de todos estos obstáculos, debemos celebrar a la Tierra y contribuir, aunque fuera de la manera más singular, como plantar un árbol en nuestra colonia, cuidar el agua, ser limpios, reorganizar la basura y reciclarla en lugar de ver montones de basura al lado de las carreteras.
Es necesario conseguir triunfos en favor de la Naturaleza, no permitir más crecimiento desordenado en la ciudad de Mérida con más edificios grandes en zonas conurbadas que afectan el control climático; más leyes que prohíban la emisión de contaminantes; control de la pesca, para evitar la degradación de especies en peligro de extinción y cuidar la vida en el mar ya que, por consecuencia, se prolongaría la vida en la Tierra.
Basta mirar el mapa de la República Mexicana para comprender que nuestro país es bendecido por la Naturaleza, con litorales rodeados de diferentes océanos, mares con montañas de una riqueza eco sistemática, con muchas salidas a ríos y mares, lo que le da un área propicia para actividades económicas y marítimas, fronteras naturales, bosques coníferos y selvas subtropicales.
Toda esta geología nos ha convertido también en una patria con historia, costumbres antro-socio-políticas, gastronomía, y un gran provecho de la Tierra que ha heredado al mundo el tomate, el cacao, el chile, el cilantro, el tequila agave, el henequén y multiplicidad de especies y especias, además de una población que ha aportado artistas inspirados en la naturaleza, el indigenismo, la ciencia, diplomáticos y sinnúmero de valores humanos.
Casi toda la extensión de México está en contacto con el mar, sus litorales alcanzan cerca de diez mil kilómetros con playas suaves, violentas, rocosas, bahías interiores, etc., creando una geografía que constituye una maravilla en la parte sur de la américa septentrional.
Todo ello, conjuntado con la meseta central, los valles, los desiertos, las cordilleras, significa una gran riqueza o, como mencionara Don Hernán de Alvarado, “TEZOZOMOC”, cronista del siglo XVI en la poesía náhuatl e historiador indígena: Somos el más antiguo jardín botánico del mundo.
En las plantaciones de Huaxtepec se dan el cacao, los rosales, el Yoloxóchitl, el cacahuaxóchitl, huacalxúchitl, tlixóchitl, y el mecaxóchitl, que fueron ordenados por Moctezuma, al menos el más antiguo de México, y que se concibió en Atlixco, Iztapalapa, y Chapultepec y que testimoniaron en sus crónicas Tezozómoc, Durán, Hernán Cortés, Bernal Díaz del Castillo, Torquemada, el doctor Francisco Hernández , Clavijero y, el más reciente, el arqueólogo Enrique Juan Palacios.
Las necesidades de la creciente población descompensan la riqueza, transformándola en escasez, por eso la importancia de capitalizar y adecuar en el presente una canalización del esfuerzo y la explotación de los recursos a través de un desempeño empresarial y de gobierno en la filosofía de conservación y moderación, en pos del bienestar de los habitantes no solo de México sino del mundo.