Visitas: 0
XVI
MORAL
XVII
Mucha gente dice que piensa en los demás,
otra gente dice que no piensa en los demás,
pero los que piensan en los demás no piensan más que en sí mismos,
y los que piensan en sí mismos aún no conocen la humildad.
El ser humano nació para estar acompañado,
con una tendencia natural hacia la felicidad,
pero sus atavismos y sus falsos conceptos de moral
lo alejan de su fin primordial.
Y la paz que acompaña a la felicidad
es ahogada en el odio,
y en la lucha por imponerse,
cuando nuestra necesidad básica radica en el amar;
pero el amor no se puede dar si no se siente,
y la gente no entiende
–aún no–
que en la medida en que demos amor,
en esa medida lo sentiremos,
y eso nos hará cantar y bailar.
El amor será entonces una droga maravillosa,
será un pozo sin fin al cual daremos parte nuestra,
para recibir de la misma manera,
y siempre buscaremos sentirnos mejor haciendo mejores a los demás.
Busquemos hacer siempre felices a nuestros hermanos,
y es seguro que ellos lo harán por nosotros de igual manera.
Y la principal forma, posiblemente, fuera no juzgar,
que ya las cosas se desarrollarán de la mejor manera posible
siempre y cuando busquemos la paz.
Decir “perdóname” no es igual a decir “humíllame”,
pero la gente, aquella que está ciega, no piensa;
y cuando se desea lo mejor a alguien así
será interpretado como amenaza o,
peor aún, como burla,
cuando sólo deseamos la paz.
La paz sea contigo……
y conmigo será la paz.
Sergio Alvarado Díaz
Continuará la próxima semana…