Inicio Recomendaciones Reflexiones al amanecer – XV

Reflexiones al amanecer – XV

1
0

XV

AMOR

 

XVI

 

La madurez se alcanza pagando un precio,

el precio del sacrificio,

de algo… de alguien.

Me asombra leer y reconocer mi constante búsqueda

y, sin embargo, creo que esa misma búsqueda me ha hecho más consciente,

más reservado,

pero contigo… contigo no puedo ser reservado… mucho menos sumiso

no lo deseo… quiero ser yo mismo…

me asombra leer la amargura contenida en mi interior,

y que apenas se descubre entre las letras.

He cambiado…

 

Es muy difícil ser feliz,

y también tiene su precio,

alto… pero justo.

La felicidad es lo que siempre se desea

y rara vez se alcanza,

pero si está ahí… necios somos si la dejamos ir,

necios si nos preocupa el precio social, o el material,

¿deseas perder entonces tu alma?

 

Ningún temor nos debe vencer

si la felicidad nos llama,

si el amor nos topa en la nariz,

necios si lo dejamos ir.

El amor es sacrificio,

el amor es la guía

es la única manera de ser mejores,

y de ser realmente agradecidos.

 

Ese mismo amor que nos ensalza

es el mismo amor que nos doblega,

y nos fortifica,

y nos moldea.

 

Pero el amor no es irreflexivo,

y mucho menos lo es con el paso de los años;

no, el verdadero amor implica análisis de conciencia,

implica diálogo y, sobre todo, madurez.

De otro modo, no es amor.

 

“Quien quiera salvar su alma, la perderá…”,

así se expresó el pescador,

y tontamente buscamos nuestra salvación en la penitencia,

en la purificación de nuestros pecados,

olvidando que el pescador está en cada uno de nosotros

diciéndonos qué hacer y qué no hacer.

Y lo llamamos de mil maneras,

Y cuando le prestamos atención y seguimos sus consejos

–suspirados a nuestro corazón–

no existe la culpa,

ni los remordimientos,

sino la paz y la tranquilidad por haber obrado bien.

 

Tú me inspiras paz y tranquilidad,

tú me haces diferente

–me haces ser como yo quiero–

tú me impulsas a ser mejor,

tú me llenas…

 

Y mi vida y tu vida no lo son más…

Tu vida y mi vida son la nuestra,

es la comunión de dos seres, de dos entes,

para conformar uno solo…

Tú eres ahora mi vida y yo seré la tuya

y de nuestra unión nacerá… un ejemplo… un constructo…

Tu vida y la mía, juntas, forman un vínculo tal

que solo podrá crecer y crecer

hasta ser más grande que nosotros.

Sergio Alvarado Díaz

Continuará la próxima semana…

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.