Atisbando la Memoria
ALFONSO HIRAM GARCÍA ACOSTA
La fotografía en blanco y negro de las cámaras de cajón nos lleva a escudriñar en la nostalgia maravillosa de los inicios del siglo XX.
Nací a mediados del año 30 del siglo anterior; mis padres nacieron en 1907 y 1912, con otra concepción de vida a la mía; aunque me inculcaron mirar al pasado para comprender mejor el camino al futuro y, aunque en muchas ocasiones no somos conscientes, la Vida se transforma y cambia muchísimo a lo largo de los años.
Echemos una vista rápida al pasado a través de unas cuantas fotografías antiguas en blanco y negro.
Hay muchas cosas buenas en el mundo de hoy, pero no se podrá negar que las imágenes que acompañan esta colaboración encierran un gran encanto. Con ellas, la memoria temporal puede retroceder para trasportarnos míticamente a una época anterior, la que ha dado pie al avance tecnológico actual.
La imagen al inicio del escrito nos muestra las motos Harley Davison de 1914, difieren de las del Escuadrón Acrobático del Moto Club “Mérida” de los años 60. Va un saludo para los compañeros de época que convivimos con la Harley de 1200cc.
En este 2020, la moto de Jorge “Pichi” Fitzmaurice es más costosa que un BMW. Mis saludos a Pichi, a Edwin y Alfredo Sandoval, al “Chel” Marcial, “Dzol” Peraza, “Satanás” Cervera y demás compañeros que, invitados por Pedro Infante, formaron parte de su película ATM.
Mi recuerdo de la Francia de otras épocas, como decía mi primer libro de francés del bachillerato, es que era la Galia, y sus habitantes los galos (Godard, 1952). En mi inicio escolar en 1941 en el Colegio Francés Hidalgo, en la Ciudad de México, aprendí La Marsellesa a la par del Himno Nacional Mexicano. Hasta el año 76 del siglo anterior pude realizar mi primer viaje a Francia y a la Europa Central, por lo cual mis vivencias tenían mucho de ficción y anhelo de vivir por otros lares.
En esta ilustración más moderna. pero no actual, se puede ver la torre terminada en los jardines de Trocadero. Francia es un país maravillosamente hermoso y con muchas cosas que ofrecer. Es un país lleno de cultura y de asombrosos paisajes naturales, aunque en este momento, en las calles de París, los chalecos amarillos de sus habitantes han roto la estabilidad política que existía, perdiéndose el respeto a sus monumentos históricos, sus museos y barrios con un sabor único, contagiando países cercanos a estas comunidades europeas, tal cual está sucediendo en nuestra América Latina.
Sabemos que el sueño de muchos es viajar un día a Francia, por lo que queremos que quedes inmerso en la cultura mediante la imagen que ilustra estas líneas: su emblemática torre, y una expresión.
Esta es una fotografía de los años 80 del Siglo XIX, de la ciudad de Nueva York que no conoció mi madre, pues ella llegó en el año 20 del siglo 20 a cursar estudios de bachillerato y algunos años de medicina. Ella arribó a la Gran Manzana de finales del siglo XX, con la evolución y la sobrepoblación actual, con estrés perenne.
Mi madre me narraba su vida posterior a la escuela y sus visitas a Coney Island, para disfrutar de la playa y los juegos mecánicos de la misma.
Abur.
Fuentes
https://www.todo-mail.com/content.aspx?emailid=18448
Archivo AHGA