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Razones y Sinrazones del Homenajismo

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Serapio Rendón en la Revolución Mexicana (1867 – 1913)

Razones y Sinrazones del Homenajismo

La intensa emoción social que la lucha revolucionara encendió en México fue determinante de una metamorfosis en la ideología y el espíritu de muchos intelectuales y políticos. Al iniciarse la lucha armada, Venustiano Carranza era un senador porfirista, y José Natividad Macías –autor del “Proyecto de Reformas a la Constitución de 1857” en el Congreso Constituyente de 1917– un diputado porfirista. El abogado José Inés Novelo fungió como director del Instituto Literario de Yucatán a lo largo y lo ancho del régimen Molinista, y cantó las glorias de Porfirio Díaz antes de ser diputado maderista. Varios diputados renovadores entraron a la política por la puerta del Corralismo, y don Francisco Bulnes – tan frecuentemente calificado como “historiador reaccionario” – tuvo el valor civil de censurarle a Huerta la disolución de la Cámara de Diputados.

El reverso de la moneda está en los apóstatas a la manera del Dip. Francisco Escudero – el mismo que votó contra las renuncias de Madero y Pino Suárez –, sirviendo luego los intereses de Huerta en la Cámara.

Los restos de don Serapio fueron re inhumados en el Panteón Francés el 13 de octubre de 1914, luego de ser velados en el salón de Cabildos del Ayuntamiento Constitucional de la ciudad de México el día anterior, habiendo pronunciado discursos el concejal Carlos Herrera y el licenciado Luis Manuel Rojas.

En memoria del mártir, el Ayuntamiento de la ciudad de México impuso el nombre de Serapio Rendón a la calle de la colonia San Rafael, paralela a la avenida Insurgentes Norte, en el tramo comprendido entre las calles de San Cosme y Sullivan, el 30 de julio de 1922. El propio día fueron descubiertas las placas relativas a cambio de nombre que tuvieron las antiguas “Calles de la Industria”, y el Dr. Miguel Alonzo Romero, a nombre de la ciudad y en su calidad de Presidente Municipal, hizo la solemne declaración de la nueva nomenclatura.

En 1981 se inscribió en letras de oro, sobre las blancas columnas de mármol que flanquean la tribuna de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, el texto que dice: “A los legisladores mártires de 1913”. Así se homenajeó a personajes que escribieron páginas de dignidad heroica en la conducta política, al estilo de Gustavo A. Madero, Rendón, Gurrión, Monroy, y Pastelín, con el senador Domínguez.

Y allí refulge Rendón, caudaloso y limpio, junto a otros yucatecos ilustres y de relieve histórico: Andrés Quintana Roo y Felipe Carrillo Puerto.

Pero el homenajismo solo es válido cuando rebasa el sentimentalismo circunstancial y los intereses personales; porque hay también homenajismo miope, sin perspectiva, y homenajismo parasitario y oportunista. Tiene sentido el homenaje a la memoria y a la obra de Serapio Rendón en la medida en que compartimos sus ideales, su emoción y los objetivos de su lucha.

Arturo Menéndez Paz

[Continuará la próxima semana]

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