Ranas
Las ranas arlequines (Atelopus) son un género de anfibios anuros de la familia Bufonidae. Sus especies están distribuidas de Costa Rica a Bolivia y a la Guayana Francesa. Atelopus posee en general colores brillantes y es diurno. La mayoría de las especies están asociadas con cursos de agua de elevaciones medias o altas. Este género ha sido muy afectado por el declive en las poblaciones de anfibios, y muchas especies ahora se cree que están extintas.
Nombre científico: Atelopus
Clasificación superior: Bufónidos
Categoría: Género
Familia: Bufonidae
Clase: Amphibia
Filo: Chordata
Habita en zonas de baja montaña en la cordilleras de Costa Rica y el oeste de Panamá, tanto en la vertiente del Atlántico como en la del Pacífico. Las ranas arlequín tienen una impresionante paleta de colores: naranja, verde, dorado, azul, negro, marrón e incluso morado. Debido a sus vistosos y vibrantes combinaciones de colores, a veces se les llama “ranas payaso”.
Son anfibios. Se consideran animales carnívoros insectívoros. Su alimentación es principalmente de grillos, moscas, larvas y otros invertebrados. Las ranas adultas comen grandes cantidades de insectos, incluidos vectores de enfermedades que pueden transmitir enfermedades mortales a los humanos como los mosquitos transmisores de la malaria. Suelen preferir los ecosistemas húmedos, aunque puedes encontrarlas a lo largo de todo el globo terráqueo con algunas excepciones como los desiertos o las áreas con climas gélidos.
Las especies más pequeñas de ranas arlequín miden aproximadamente una pulgada de largo, aunque en general, este grupo de ranas varia en tamaño, desde el pulgar de un bebe humano hasta el de un pulgar adulto.
Muchas especies son difíciles de ver porque los individuos están dispersos en bosques densos. Sin embargo, son bastante conspicuos durante la temporada de reproducción, cuando todos bajan a los arroyos en busca de posibles parejas.
Las parejas pueden estar en amplexo (el abrazo de apareamiento de la rana) por algunas semanas, durante las cuales los machos a menudo renuncian a la comida en su compromiso de reproducirse, perdiendo hasta el 30 por ciento de su peso corporal.
Algunas especies realizan lo que parece un saludo de “mano” al sexo opuesto, al otro lado de la corriente del rio, tal vez porque el rugido del agua no les permite escuchar las llamadas.
Debido a que las ranas respiran a través de su piel (además de usar los pulmones) son particularmente sensibles a los cambios en el entorno que las rodea.
Como resultado, la salud y la presencia de ranas arlequín y otras ranas en los arroyos nos dan una idea de la calidad del agua donde viven. Las ranas nos dirán si hay un problema en el medio ambiente antes de que nos afecte directamente.
Las diferentes especies de ranas arlequín distribuidas en Centro y Sur América tienen al menos una cosa en común: muchas poblaciones han sufrido declives repentinos y catastróficos desde principios de los años 80 como resultado de una serie de amenazas, siendo la enfermedad mortal llamada quitridiomicosis la más importante. No hay duda de que las ranas arlequín están en peligro crítico.
La creación de áreas protegidas y una mejor gestión de las que ya existen, ayudarán a conservar a las ranas arlequín y a otras especies con las que comparten sus hogares, preservando la riqueza biológica en algunas de las áreas con mayor biodiversidad en el mundo.
Debido a este preocupante panorama nació la Iniciativa de Supervivencia Atelopus (ASI, por sus siglas en inglés), una alianza de más de 40 organizaciones de 13 países que buscan salvar de la extinción a este género de anfibios.
Dra. Carmen Báez Ruiz
drabaez1@hotmail.es
Fuentes:
Wikipedia y Global Wildlife Conservation.