Radio
ALFONSO HIRAM GARCÍA ACOSTA
Inicio estas líneas recordando a un amigo de mi padre, González Beytia. En la Ciudad de México compartieron con Don Neguib Simón, en el café Sanborns de Madero y, en esa época, San Juan de Letrán, en lo que hasta la fecha es la casa emblemática de Los Azulejos y los Tres Búhos. Mi padre dejó Monterrey para volver al terruño yucateco, mientras yo me quedé en la capital neolonesa de Monterrey a terminar mis estudios primarios y dos años después venir a mi suelo natal que desconocía, pues me llevaron al Distrito Federal con 26 días de nacido, según me contó el Dr. Narváez, que me recibió en la Casa Morisca de la 56 X 51.
Un 1° de febrero, con el beneplácito de todo el pueblo yucateco, había tomado posesión de su cargo de Gobernador Constitucional del Estado el Prof. José González Beytia, un ciudadano de reconocidas dotes como: amable, de finas y buenas costumbres, de una educación extraordinaria y, además, un político honesto, lo que le propiciaba ser apreciado por todas las clases sociales; fue electo para el sexenio 1946-1952, pero no terminó su mandato debido a divergencias con el entonces Presidente de la República, Lic. Miguel Alemán Valdés, quien se entercó en que el próximo Gobernador de Yucatán fuera el señor Tomás Marentes Miranda, originario de Campeche y director de la Lotería Nacional, emigrando el gobernador a Cuba.
La radiodifusión por aquellos tiempos continuaba cada día más interesante y con mayor auditorio. Sus productos artísticos y técnicos ya figuraban en el eco de las principales difusoras de la capital de la República: Nicolás Urcelay, Rosa María Alam, Beatriz Eugenia, Carlos Lico, Luis Demetrio, Imelda Miller, Ofelia Medina, Wello Rivas, Guty Cárdenas, y más adelante, Los Montejo, Los Caminantes, Los Yucas, Los Aragón, María Medina, Los Dinners y las orquestas de José Gamboa Ceballos y Rubén Darío Herrera Martínez, ya triunfaban como figuras de primera, lo mismo que los locutores Luis Cáceres Novelo, Ricardo López Méndez, Arturo de Córdova, Emilio Esquivel Puerto, Alfonso García, Ramiro Gamboa Pérez, Humberto G. Tamayo, Rubén Zepeda Novelo y, más para acá, Rubén Marín y Kall, Raúl Escamilla Ramírez, Emilio Valencia Zavala, Federico Iván González Menéndez, Enrique Rodríguez Cirerol, Jorge Alberto Riacho y quizá uno que otros más.
[Cabe decir que los yucatecos tenían magnífica dicción y cultura, y coparon los micrófonos de Yucatán y de la Ciudad de México.]
Aunque la radio yucateca ya había rendido positivas figuras, su cobertura seguía siendo pequeña debido a la potencia de sus transmisiones, de acuerdo con las concesiones federales. Por esta razón don Perfecto Villamil Cicero, propietario en sociedad con los señores Fernando Ponce y Ramiro Gamboa, padre del locutor del mismo nombre, de la radiodifusora X.E.M.H., propuso disolver esa sociedad, desapareciendo la emisora citada anteriormente.
Don Perfecto, ya que tenía muy buenas relaciones con Don Emilio Azcárraga Vidaurreta, llamado el Zar de la Radio de México, se asoció con él y juntos solicitaron y obtuvieron una nueva concesión para la ciudad de Mérida de una emisora con potencia suficiente para abarcar toda la península de Yucatán.
Terminaba así la era de los transmisores construidos totalmente en Yucatán, muestra indiscutible de la capacidad y vastos conocimientos que, en la materia de radiodifusión, poseían nuestros modestos pero valiosos ingenieros locales que los habían construido, repito, empleando elementos rudimentarios, pero, al propio tiempo, con una enorme creatividad. Ellos fueron, y los hemos mencionado en páginas anteriores, Julio Molina Font, Gonzalo Marín Rivero, Arturo Piña Pérez, Eduardo Maldonado Brito, Lázaro Achurra Suárez, Hernán Padrón Mangas, Álvaro Barquet Lugo, Manuel Arias Luján, Salvador de Garay, Manuel Zapata Espinosa, Juan Montalvo y algunos más que seguramente olvido. No he mencionado a los anteriores en riguroso orden cronológico, que conste eso, y también que todos y cada uno de ellos tiene un sitio de honor en la historia de la Radio en Yucatán, por su contribución al desarrollo de la misma.
Pues bien, formalizada la sociedad entre don Perfecto Villamil Cicero y don Emilio Azcárraga éste, representado por su organización denominada Radio Programas de México cuyo director general era un caballero regiomontano, don Clemente Sorna Martínez, obtuvo la concesión para operar una radiodifusora con las siglas X.E.Q.W., letras que, por cierto, le habían concedido a la Cadena Radio Continental y que el señor Azcárraga, con sus influencias, logró le quitaran pues eran ni más ni menos las iniciales de sus famosas y muy queridas X.E.W y X.E.Q., su hermana menor.
[A esta radiodifusora estaba inscrito en 1940 en su programa de la “Legión de Madrugadores”. Asistí a su estudio de José María Marroquí 11, frente al Hemiciclo a Juárez, en la Alameda Central, acompañado de mi madre, para despertar a los dormilones que no querían llegar temprano a la escuela.]
Los locutores locales que nos llenaron con su voz fueron: Alonso López Méndez, Isidro González Sarmiento, Raúl Castillo Cecías, Luis Torres Montes de Oca, Jorge Castillo Medina, Raúl Escamilla Medina, Miguel Sánchez Pérez, José Valerio Ek Canul, y el también inolvidable amigo y compañero Raúl Gutiérrez Muñoz, que a más de locutor tenía su programa de noticias sociales con el seudónimo de Mr. Chips. En esta emisora, también comenzó el comentarista crítico de cine Enrique Rosado que, con el tiempo, en la capital mexicana, llegó a destacar en esta rama. Los Comentaristas deportivos: Hugo León Garma y, comenzando, Jorge Blanco Martínez. El juego inaugural del Carta Clara, entre “Alas Rojas” de Rochester y la Selección Napoleón Guerra, fue transmitido por la Q.W.
[Tuve la oportunidad de ser entrevistado por Eduardo Amer en su programa “Cita en el Ring” para la televisión local en muchas ocasiones, cuando era presidente de la Comisión de Box y Lucha Libre del Estado de Yucatán.]
Nos quedamos con la parte menor de la Península de Yucatán, la zona calcárea. Perdimos las mejores tierras, la ahora Riviera maya y la parte caribeña de México.
Acabamos de tener elecciones presidenciales y los partidos antiguos, acostumbrados al fraude electoral, nos dieron muestra de la negrura de su alma política y soberbia.
Abur.
Fuentes
https://www.meridadeyucatan.com/historia-de-la-radio-en-yucatan/
https://www.meridadeyucatan.com/mapa-de-yucatan-de-1884/