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Quintana Roo en mi memoria

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Remembranza

ALFONSO HIRAM GARCÍA ACOSTA

Recordar es volver a vivir… como dice la canción. Recuerdos de Quintana Roo vienen a mi mente. Conocí y trabajé en su capital después de Janet, ciclón que devastó Chetumal, la capital de Quintana Roo, cuando era territorio. Primero le quitaron a la península yucateca lo que ahora es Campeche, posteriormente se le quitó lo que fue primero el territorio de Quintana Roo y luego estado, siendo, el más importante territorio Turístico de México en el Caribe Mexicano, con un crecimiento importante de población de los que son más yucatecos que quintanarroenses, junto a una población con migrantes de todos los estados de la República Mexicana.

En 1960 me establecí en Chetumal. Trabajé primero como ingeniero en Obras Públicas y al año me designaron para trabajar con el Arq. Leopoldo del Portillo, cuando llegó del Distrito Federal para hacerse cargo del Catastro del Territorio de Quintana Roo. Recibí la dirección del Catastro de Othón P. Blanco, con su capital Chetumal, para iniciar trabajos de valuación y catastro del territorio.

En lo privado, cuando la capital no llegaba a los 15,000 habitantes, al no haber ninguna escuela de artes, le solicité a Don Alfonso Padrón nos cediera dos locales frente al malecón de su hotel Bahía, lo que nos concedió. Con el maestro Ernesto Castillo abrimos el taller de literatura; el bajista de la banda de Chetumal, José Barrera, se encargó de las clases de música; Edda Miné, recién llegada de Mérida, aceptó abrir el taller de danza, y el que escribe fungió como maestro de pintura y director de esa inicial Escuela de Artes de Chetumal, sin salario alguno.

También me inicié en la Logia Masónica Andrés Quintana Roo, y al año siguiente se me nombró Venerable Maestro. En el campo de los deportes, con la ayuda del Ing. Benito Alpizar, entonces Jefe de la Junta Local de Caminos, y algunos de sus colaboradores, como el Ing. Fernando Escamilla, Don Alfonso Vera Gahona, Rafael Can, Bardales Edmundo Cuellar, formamos primero la Asociación de Frontenis de Chetumal (jugábamos en la Micro, junto al río Hondo, en la frontera con Belice), la Asociación de Ciclismo, el Club de Ajedrez “Capablanca” (su primer presidente fue Don Alfonso Vera), la Comisión de Boxeo y Lucha Libre.

En Chetumal nació mi segunda hija Patricia, en una época de mercado libre sin impuestos, para ayudar al comercio organizado de la zona.

Mis trabajos catastrales me permitieron conocer todo el territorio quintanarroense. En Cozumel construí la tienda del ISSSTE y participé como exponente de obra pictórica en la Galería “Chamberlain”. Dos de mis familiares tenían comercios en la Av. Melgar -el malecón de Cozumel-, mis primos Hernán Buenfil y Rosa Sansores, por lo cual tenía hospedaje gratuito en la Isla. En Isla Mujeres construí en lo que primero fue la salina, y después basurero, 26 departamentos frente a la parte de mar abierto al centro de la isla. Aunque fui el constructor y con relaciones de trabajo con el ISSSTE, por no ser habitante y empleado federal de la localidad no pude tener un patrimonio permanente en esa isla, que tiene en su playa Norte y en el Garrafón los lugares más hermosos del mundo

Ahora recuerdo otro momento en el que conocí Isla Mujeres. Eran finales de los años 50, era estudiante de la facultad de ingeniería de la Universidad de Yucatán. A otro compañero de estudios más adelantado, Gonzalo Cáceres Ortiz, le pidieron un levantamiento topográfico en la Punta Norte de la Isla. Fuimos Gonzalo, Roberto Peniche Aguilar, Edgardo Salazar y el que escribe Hiram García; hicimos el levantamiento topográfico de los terrenos propiedad de Esteban Lima Zuno. Aprovechando que teníamos el equipo, Don Esteban nos mostró el plano del proyecto del hotel Zazil Ha que quería construir y también hicimos el trazo de la cimentación del hotel. Fue nuestro primer trabajo de ingeniería en Quintana Roo.

Hace más de 15 años que no visito ese lugar donde también participé con dos compañeros ingenieros Roger Ríos y Raúl Cetina, ellos como propietarios y yo como apoyo profesional. Existe hasta la fecha la “Marina Isla Mujeres”, donde pasé maravillosas vacaciones y mejor comida, pues era terminal del crucero turístico Cancún-Isla Mujeres, crucero que conocí como adulto mayor de la Clínica 59 del Seguro Social.

Cancún (del mayaKaan kuum ,‘olla o nido de serpientes’) es una ciudad turística mexicana ubicada en el estado de Quintana Roo, cabecera del municipio de Benito Juárez. Es la ciudad más poblada del estado, con 888 797 habitantes, según el censo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía en 2020. Considerada un destino turístico de talla mundial, con certificación de la Organización Mundial del Turismo, el proyecto de su desarrollo inició operaciones en 1974 como Centro Integralmente Planeado, pionero de Fonatur (Fondo Nacional de Fomento al Turismo), antes conocido como Infratur.

En pocos años, tuvo una notable transformación, ya que, de ser una isla de pescadores rodeada de selva virgen y playas desconocidas, en la actualidad es el centro turístico mexicano más reconocido en el mundo. La Organización Mundial del Turismo (OMT), a través de la – Fundación OMT Themis concedió el premio Lo Mejor de lo Mejor a la excelencia y la gobernanza al Fideicomiso de Promoción Turística de Cancún el 3 de febrero de 2007. Cancún se convirtió de esta forma en un organismo avalado por el Departamento de Educación y Gestión del Conocimiento de la OMT. Actualmente Cancún es el destino que recibe más turistas internacionales de México, junto con la Ciudad de México y la Riviera Maya. Además, el Aeropuerto Internacional de Cancún es el segundo con más movimiento de pasajeros, lo que convierte a Cancún en el principal destino turístico de México.

Cancún se encuentra dividido en cinco zonas, Isla Cancún es la primera y más importante Zona Hotelera, donde se concentra la mayor parte de las playas y actividades turísticas; la Zona Urbana donde habita el grueso de la población; Puerto Juárez es la tercera zona, encontramos dos muelles principales para embarcarse y cruzar a Isla Mujeres, ubicada a tan solo 7 km frente al puerto; Franja Ejidal es una zona de asentamientos distribuidos de forma irregular en la parte norte de la ciudad, en los límites municipales de Isla Mujeres y Alfredo V. Bonfil.

Estos chispazos de vida me dan permiso de escribir sobre el desarrollo de Cancún en la Riviera Maya. También fui parte del proyecto del crucero turístico Cancún-Cienfuegos-Cancún, proyecto que se desarrolló casi 7 meses, cumpliendo las normas entre los dos países turísticos. Fui designado para representar a México en Cuba, participando en la remodelación del Castillo de Jagua y su iluminación a la entrada de la bahía de Cienfuegos, el proyecto del acuario y delfinario, la ampliación de su muelle para atracar el crucero, y la ampliación de la Aduana. Todo se cumplió por parte de Cuba, y la UNEAC, a través de su vicepresidente primero Dr. José Loyola, preparó la orquesta y personal artístico, todo supervisado por Osmani Cienfuegos de la Dirección de Turismo. El crucero se compró en Nueva York y se acondicionó en Miami. El proyecto se canceló por el embargo americano hacia la isla cubana.

Delfinario de Cienfuegos en la actualidad, un remanso de paz donde se puede nadar con los delfines.

Para hablar de Cancún hay que haberlo visto nacer y crecer. Tuve el privilegio de ser contratado por la empresa supervisora de obras para Cancún, desde la Ciudad de México. Había terminado mi contrato con el ISSSTE en la Asesoría General de Proyectos y Construcciones del ISSSTE (trabajé con ellos algo más de 18 años).  Don Marcos Rueck formó la constructora y directora de Obras “Rual” y, con sus relaciones a nivel gerencial con Infratur, nos dieron la dirección y supervisión del primer hotel que se construiría en Isla Cancún: el Hotel Hyatt Cancún Caribe. Hay quien dice que el primer hotel fuel el Bojórquez, y es cierto, pero en la parte continental, no en Isla Cancún. Se le agregaron cinco villas y, después de su inauguración, construí la cimentación y estructura del Hotel Presidente; los acabados e instalaciones los efectuó otra empresa.

Entre la zona continental e Isla Cancún había un canal con un puente de polines y tablones que había que cruzar para entrar a la Berma de servicios. En una junta de Infratur en la zona se presentó el proyecto del puente aún sin nombre; en ese entonces, el director de Infratur (luego Fonatur) era el Ing. Rafael Lara y Lara, compañero de estudios en Mérida desde la secundaria hasta la Facultad de Ingeniería, quien me dio muchas facilidades para desarrollar mi trabajo. Pondré un ejemplo: los constructores de Cancún tenían que moverse por carretera hasta el poblado de Leona Vicario, donde había una cabina telefónica para pedir el depósito de los dineros necesarios para sueldos. Había que esperar el turno de cada uno en la caseta. Rafael Lara me dijo: “No lo comuniques, pero el único teléfono que hay en Cancún es el de mi despacho y lo puedes usar. Mi secretaria tiene orden que puedes pasar a hablar en forma directa.” Estaba con nosotros el meteorólogo Sigfrido Paz Paredes y se le ocurrió a Rafael que el canal se llamaría Sigfrido en honor al primer meteorólogo llegado a Cancún, Sigfrido Paz Paredes. Ese es el nombre del canal entre el Mar Caribe y la laguna.

En Cancún, en esa época, 250.000 personas, es decir casi el 30% de la población de la ciudad, vivían sin agua corriente ni sistema de tratamiento de aguas residuales, y a veces sin electricidad, lo que se arregló paulatinamente.

Algo que recuerdo vivir en Cancún es haber conocido al escultor y pintor cubano José de Larra, quien hizo el monumento a José Martí en la Avenida que va a la zona hotelera y playas en Cuba. En el Ayuntamiento de Benito Juárez montó su taller de trabajo y las tardes las pasaba con él. Me enseñó a trabajar el relieve para el monumento de Cancún en la av. Tulum. Me mostró su cálculo de cimentación para las agujas gigantes que ahora tiene como símbolo patrio. Al revisarlo, le comenté: “Este cálculo lo hicieron en la Ciudad de México y está calculado para temblores, no para ciclones, que es lo que nos azota en este medio.” Se lo llevamos al Ing. Rafael Lara que lo revisó y me dio la razón. Cambiamos la cimentación y reforzamos las salientes contra ciclones y vientos de 200 Km por hora. Cenábamos en un restaurante que hizo Fonatur, el Playa Chaac Mool, que administraba mi hermano masón italiano Humberto Roma, quien nunca nos cobró por esas exquisitas cenas. De Larra, agradecido, me dijo: “¿Qué te parece si le pintamos un mural en el muro del fondo? Tengo algunos galones de pintura y antes de cenar pintamos un par de horas diarias.” Me agradó la idea de compartir pincel y brocha con ese prestigioso artista. De Larra trazó 9 cabezas de caballo flotando en el azul turquesa del mar que se pintaron con tonos azul, verdes y azules directos, con los colores del mar que nos circundaba. Lo hicimos en 14 días y creo que aún existe en Playa Chac Mool, pues no he vuelto al lugar. De Larra me proporcionó conocimientos pictóricos y escultóricos para mejorar mi trabajo artístico. En uno de mis viajes a La Habana me dijeron que De Larra había fallecido. Fui a dejar en Santa Clara un ramo de flores, en uno de sus últimos trabajos: el monumento mortuorio de Ernesto «Che» Guevara, el argentino que combatió con Fidel en la última revolución cubana.

Mausoleo de Ernesto “Che” Guevara, una de las obras esculturales de José de Larra, autor de los monumentos majestuosos en el Av. Tulum y el de José Martí. Estuve con él, como mi maestro de bajorrelieves en concreto, en el Municipio de Benito Juárez en Cancún.

El monumento está ubicado frente a la oficina central provincial del Partido Comunista Cubano en Santa Clara. Guevara y sus seguidores utilizaron este lugar como base durante la Batalla de Santa Clara en 1958, que fue la última batalla de la Revolución Cubana.

Este próximo 20 de abril de 2025, esta ciudad de Cancún que vi nacer cumplirá 55 años de haber sido fundada. Gracias al trabajo y esfuerzo visionario de un grupo de gentes, junto con el Fondo Nacional de Fomento al Turismo, nació al gran proyecto turístico. No tengo ninguna propiedad en Quintana Roo. Para poblarlo, en una de sus principales avenidas, un lote con casa de 85 m2 me lo vendían en 67,000 pesos; no los tenía porque estaba construyendo mi casa en Mérida, en la García Ginerés, y la terminé con mi trabajo en el territorio quintanarroense.

Ese nido de serpientes, que eso significa Cancún en nuestra lengua Maya, era un espacio selvático ocupado originalmente por los Itzáes, el grupo maya que descubrió la belleza de toda esta zona. Ahí construyeron varios centros ceremoniales y de observación astrológicas. Tras la conquista española, la Isla Cancún, o Punta Kancune, fue registrada por vez primera en 1776 por el cartógrafo español Juan de Dios González.

Isla Cancún en la actualidad, el desarrollo turístico más importante de México.

Si nos transportamos a 1970, vivían en la ciudad unos cuantos residentes temporales. A partir de esos años, ha tenido un importante crecimiento, hasta llegar en estos momentos a más de un millón de habitantes. Si bien en el 72 se colocó la primera piedra del Hotel Bojórquez, actualmente se cuenta con una infraestructura de cuartos de hotel que sobrepasa de 36,000, y hay unos 70,000 m2 disponibles para congresos y convenciones.

En 1976 se inaugura el aeropuerto internacional de Cancún, en una pista en lo que hoy es la Av. Kabah de Cancún, con una torre de control hecha de palos y palmas. Ahí trabajaba el meteorólogo Sigfrido Paz Paredes, cuyo nombre lleva hoy el puente que une la isla y la laguna.

Con esta información doy por concluido mi paso por el otrora Territorio de Quintana Roo, hoy el estado con mayor movimiento turístico de Latinoamérica. Abur.

Tulum, el asentamiento Maya en el Canal de Yucatán en la nueva Riviera Maya.

Fuentes

Cancún – Wikiwand

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