Editorial
La prevención siempre será recomendable en los casos de epidemias. Adoptar medidas precautorias ante situaciones de potenciales amenazas será siempre una medida recomendable.
No es precisamente eso lo que ocurre en el caso del nuevo virus surgido en China, donde ya se cuenta con un cerco sanitario asiático, y en otros países europeos vinculados de alguna manera a los casos del Coronavirus.
Toda prevención es bienvenida. Lo reprobable es generalizar propaganda y dimensiones de una plaga viral que, como cualquier otra, es preocupante pero que no debiera ser, de ninguna manera, motivo para explotar el morbo público y las especulaciones.
Actitudes como estas, de agrandar las situaciones, pueden repercutir en daños a la estabilidad de países y familias. No se ha manejado, al parecer, una campaña bien organizada.
De ahí que los periódicos, las televisoras y la radio redimensionen la presencia de lo que, aún en estos momentos, es una enfermedad controlada, sujeta a investigaciones internacionales, para ubicarla, corregir sus alcances y curar a los enfermos por las vías más adecuadas y oportunas.
Llegar a extremos de publicitar el agotamiento de mascarillas, para luego explicar que no todas son efectivas, es crear confusión. Tomar como referencia a un enfermo internado para análisis de verificación como un caso definido y concreto de Coronavirus solo contribuye al escándalo, que no a la solución del problema médico que actualmente afronta la humanidad.
No toda persona a quien se hacen exámenes es un enfermo cierto, ni el hecho de su internamiento temporal es una confirmación.
Todo ciudadano responsable, ante la situación, debe actuar con prudencia y madurez, quitando espacios a las especulaciones y/o apreciaciones individuales, ajenas ambas a la realidad de los hechos.
Todos somos igualmente responsables de la información que generamos y que no debemos manipular o redimensionar. A nadie ayuda, y por el contrario perjudica, la circulación de datos especulativos, falsos o distorsionados, que solo crean casos públicos, cuando lo que se necesita es información firme, validada.
Plagas en la vida de la humanidad han existido muchas, algunas de ellas registradas en los libros bíblicos.
Serenidad y paciencia. Datos ciertos y confirmados. Eso es lo que las autoridades y los gobiernos propugnan. Apoyémoslos.
Cerremos el paso a las especulaciones y distorsiones. Dejemos que los especialistas médicos atiendan lo relativo a esta nueva plaga. Y hagamos oídos sordos a la especulación.