Los felinos son criaturas naturalmente limpias. A ellos les gusta que todo esté pulcro y en orden, incluyendo a sus amigos felinos. Una de las razones por la que los gatos se lamen unos a otros es para limpiarse.
El cuidado del pelaje es algo muy importante para el gato, no solo para mantenerlo limpio, sino para mejorar su función. Los lametones ayudan a que el pelo del gato esté más suave y que actúe mejor como capa aislante. Al limpiar el pelo se estimulan las glándulas de la piel, algo vital para conseguir la impermeabilización del pelaje del gato. Un pelo poco cuidado y erizado es una pobre protección contra los elementos externos.
Los gatos solo poseen glándulas sudoríparas en las almohadillas plantares, y tampoco tienen la capacidad de jadear, como sucede en otros animales. El mecanismo de transpiración de los gatos es a través de la evaporación de la saliva depositada sobre su piel cuando se lamen. Es una forma de regulación térmica.
Una de las razones por las que el gato mamá lame a su gatito es para poner su perfume sobre ellos. Cada vez que regresan de una sesión de juego, ella va a volver a cubrirlos con su olor, como una forma de reclamar a su camada.
Los gatitos hacen lo mismo que los adultos, lamen para esparcir sus aromas y marcar su territorio. De esta manera, los gatos en la misma casa todos huelen igual. Si un felino que tiene un aroma diferente viene, el aroma alerta al resto del grupo que un extraño está entre ellos.
A los gatos no les gustan los enfrentamientos; un gato siempre evitará, de todas las formas posibles, tener que oponerse a otro gato. Cuando un gato se encuentra frente a otro gato que no conoce, y no puede evitar no hacerlo, le hará saber que no quiere problemas. Se colocará en una posición discreta, girando su cuerpo y ofreciendo su flanco al otro gato, comenzando su ritual de acicalamiento. De esta forma le dirá al gato que no busca problemas, que él está tranquilo e invita al otro ser a que haga lo mismo. En las presentaciones felinas es fácil ver esta actitud, y siempre es un buen presagio, pues significa que el gato que lo hace no va a buscar enfrentamientos.
Cuando un gato se siente intranquilo, una de las formas que emplea para tranquilizarse es acicalarse. Es una manera de reducir el estrés al que están siendo sometidos en un momento dado, y se denomina “acicalamiento por desplazamiento”. Sirve para reducir la tensión en momentos críticos del gato: el felino se acicala sus flancos y su dorso cuando está desconcertado, después de pequeños trastornos, o ante amenazas que no puede eludir.
También podemos comprobar que nuestro gato se limpia el hocico y el pelo de alrededor de la boca con lametones cortos y bruscos. Esta es una de las señales más claras de que un gato comienza a sentirse nervioso y a la vez intrigado por algo, se encuentra en medio de un conflicto interno. Para romper ese estado de indecisión comienza a realizar este ritual, es una forma de acabar con su paralización momentánea.
Muchas veces hemos visto que acicalan a otro gato, esto es una forma de buscar un vínculo social. Este lamido es una clara muestra de que existe una buena relación entre gatos que han crecido juntos. Su objetivo no es higienizarse mutuamente, ni tiene por qué significar un ritual “amoroso” sino más bien afianzar unos lazos ya existentes, creando un olor común que una a todos los seres del grupo social. Este tipo de acicalamiento se suele desarrollar en cara y dorso y, aunque puede verse en ambos sexos, es mucho más frecuente en hembras. Este tipo de comportamiento es similar al de besos entre los seres humanos. Puesto que los gatos no pueden abrazar y besar, van a chocar entre sí y lamerse.
Muchas veces los humanos somos incluidos dentro de ese grupo y también recibimos una buena dosis de lametones. Tu amigo peludo incluso podría lamerte cada vez que te da la bienvenida. Ya sea que te lama los pies o salte sobre el brazo del sofá y te lama la mano, te está tratando como a un miembro de su familia de los felinos. Cuando tu compañero te lame, te limpia y te cubre con su olor. Está haciendo que huelas como él, de modo que cuando otros gatitos vengan alrededor, ellos sepan que “perteneces” a la familia felina.
Dra. Carmen Báez Ruiz
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