Oswaldo Baqueiro Brito
“Cuando hables, procura que tus palabras
sean mejores que el silencio”
Proverbio hindú
Las palabras son poderosas. Son capaces de sintetizar estados de ánimo, de alentarnos, de cambiar mentalidades, expandir horizontes, causarnos placer y sufrimientos. También son capaces de llenarnos de vergüenza cuando somos el objetivo de un agravio; pero resulta mucho mayor el oprobio cuando dichas palabras surgen de nuestra propia boca. La única cura para ello es renunciar al orgullo y conducirse con humildad.
Todos hemos sido víctimas de nuestra propia boca. Incluso ha habido casos que extrañan a propios y extraños cuando se trata de palabras dichas por personas con una trayectoria y renombre venerable.
Este año 2019 inicia con la desconcertante noticia del despojo de todos los títulos acumulados a lo largo de la vida del premio Nobel James Watson. El científico de 90 años de edad recibió junto a Francis Crick y Maurice Wilkins el Premio Nobel de Medicina en 1962 «por sus descubrimientos concernientes a la estructura molecular de los ácidos desoxirribonucleicos (ADN) y su importancia para la transferencia de información en la materia viva«. Tristemente Watson será recordado también por sus reiterados comentarios acerca de que los blancos son superiores a los negros en cuestiones de inteligencia debido a sus genes.
Basta con que haya alguien con una libreta a la mano o un celular para inmortalizar las palabras que surgen sin ser pensadas.
Algunas de las mejores frases de nuestra clase política fueron recopiladas en un libro de la editorial Planeta titulado 100 frases «memorables» (deplorables) de los políticos mexicanos, de la autoría de José Luis Guzmán «Miyagi». Por sus páginas desfilan toda clase de expresiones que pintan de cuerpo y alma la tragicomedia humana con todo y sus miserias, pero también está presente la idiosincracia típica del mexicano, dicharachero, ocurrente, pícaro, desvergonzado y cantinflesco, en frases que ya son del imaginario cultural como aquella de José López Portillo: Pasamos del milagro, al malogro mexicano; o la casi poética Antes estábamos a un paso del precipicio, ahora hemos dado un paso al frente, de Luis Echeverria. Otro político que fue formidablemente inepto para gobernar, pero pródigo en la creación de frases dignas de ser recordadas es Vicente Fox, a quien debemos frases como Comes y te vas, dirigida a Fidel Castro durante la Cumbre de la ONU en Monterrey con el fin de evitar molestias a su entonces homólogo estadounidense George W. Bush, o la también ocurrente: El 75% de los hogares de México tienen una lavadora, y no de dos patas o de dos piernas, una lavadora metálica.
Lo bueno de la clase política mexicana es que es una fuente inagotable de perspicacia e idiotez a partes iguales. Hará bien «Miyagi» en recopilar algunas nuevas frases para actualizar una posible segunda edición. Por mi parte propongo algunos desatinos de reciente factura:
«Se las metimos doblada, camarada«, dicha por el escritor Paco Ignacio Taibo II durante la FIL de Guadalajara mientras esperaba ocupar el cargo de director del Fondo de Cultura Económica.
«Si México no tuviera que cargar con Guerrero, Oaxaca y Chiapas, sería un país de desarrollo medio y potencia emergente…”, frase que escribió el frustrado candidato a la presidencia de México en las elecciones de 2012 Gabriel Quadri, y que lo volvieron persona non grata en Guerrero y Oaxaca.
«…está muy complicado, es más fácil borrarlo del mapa y volverlo a construir«, dicha por la secretaria de Fomento Turístico de Yucatán Michelle Fridman Hirsch cuando ésta se refería a la necesidad de convertir a Yucatán en destino turístico, refiriéndose específicamente a los trabajos a realizarse en el municipio de Progreso. Sobra decir que las opiniones de la estrafalaria funcionaria levantaron la ira de los progreseños.
“¿Y luego?, ¿por qué no se lo compraste tú? Con esa cadenita le compras esa madre,” dicha por otro creador de frases célebres y malogrado candidato a la presidencia de México: Jaime Rodríguez Calderón «El Bronco». El contexto de la frase tiene lugar cuando una mujer se le acerca al Bronco, en su calidad de gobernador de Nuevo León, para pedirle un apoyo para comprarle un aparato auditivo a una persona de la tercera edad a la que venían prometiéndoselo presuntamente desde hace 3 años el Sector Salud de dicho Estado.
Frases como la del Bronco desnudan la falta de empatía, insensibilidad y soberbia de los políticos mexicanos.
Frases como las dichas por Fridman y Quadri evidencian la ineptitud y el desconocimiento.
Lo que todas tienen en común es que serán la bandera con la que serán recordados en la Historia de México, para vergüenza de ellos y de nosotros.
Adenda
El exgobernador de Sonora, Guillermo Padrés, quien estuvo preso desde el 10 de noviembre de 2016, por presuntos delitos de defraudación fiscal y «lavado» de dinero ha sido puesto en libertad recientemente. En una nota de audio que dirigió a sus amistades cercanas advirtió: ¡Ya estoy libre, cabrones… Agárrense, hijos de la chingada!, chulada de frase.