Editorial
La semana y las acciones a nivel mundial en el agitado mundo político han sido propicios para el comentario que las enlaza, no obstante los continentes, las diferencias, los personajes y las maneras en que se hacen notar los protagonistas.
En América, la controversial figura del Presidente Trump mueve los comentarios por su acendrado rechazo a las migraciones con las que, dicho sea de paso, nunca podrá acabar porque están en los orígenes del territorio que pisa. Los Estados Unidos, desde sus inicios como nación, fueron vistos como baluarte de los derechos a vivir y convivir, crecer, progresar en ese espacio territorial. Aun cuando eventualmente escupa al cielo, la Ley de la Gravedad le retornará su envío.
Europa continúa convulsionada por sus partidos políticos y la cambiante respuesta plural y diversificada a la aceptación de inmigrantes cuando sus sistemas económicos andan en crisis periódicas.
Asia, con los movimientos de drones enviados por los Estados Unidos, derribados por la artillería iraní, moviliza a la zona de influencia más cercana a los conflictos árabe-israelíes que por el momento duermen, pero en cualquier momento pueden despertar. Rusia prudentemente maniobra y se sitúa como árbitro en los conflictos que eventualmente van surgiendo.
Asia, con la gigante China dolida por la injerencia norteamericana en su área de influencia política, promueve acercamientos con países vecinos e inicia una guerra económica, paralela a la que le fue declarada por USA con la agresión económica contra la firma Huawei. Las amenazas entre países vecinos se afirman y agrupan para defender sus intereses propios en esta guerra económica promovida desde los trusts de América.
De nuestro México y Yucatán hay noticias que registrar y comentar. La sobresaliente es la reciente visita al Estado y la península del Presidente de la República, quien en sus días de recorrido anunció millonarias inversiones en el Tren Maya y otros proyectos. En Yucatán, con gobierno de raíces panistas, el presidente tuvo la delicadeza de vestir guayabera blanca con azul, colores del partido en el poder estatal.
En la capital del país, en su peregrinar para servir al pueblo, una exgobernadora de este naciente siglo, de origen dzemuleño, que logró ascender a varias candidaturas por influencias de un gobernador de su parentesco, siente que ya puede volar sola y su aspiración es nada menos que obtener la Presidencia Nacional de un partido que ella, como beneficiaria, sabe bien cómo funciona y que en lo estatal ha servido como ejemplificante de su devenir político. Solo que, en este caso, los vaticinios y voluntades no se orientan a su favor.
En los movimientos políticos yucatecos locales, nuestra tesis de que hay agotamiento en el antiguo sistema imperante quedó a la vista con el reciente enfrentamiento interno en una histórica agrupación de hondas raíces partidistas tricolores cuando dos grupos antagónicos llegaron a un cisma que impidió una elección de líder, propuesta a mano alzada por la aclamación simple, en tanto un numeroso grupo opositor, impulsor de la nueva democracia representativa(?), solicitaba e impulsaba el voto secreto. Los intereses creados motivaron la suspensión del evento y una crisis más en el sindicalismo yucateco.
Semana agitada, estimables lectores, que nos motiva a la reflexión de que el mundo, como la política, “e por si muove”, o sea que, sin embargo, se mueve.