Mascotas
Existen muchas variedades de plantas que pueden resultar tóxicas o venenosas para tu gato; pueden ocasionarle daños oculares, dermatitis, trastornos digestivos, renales, e incluso alteraciones del sistema nervioso.
Los gatos domésticos suelen acercarse a las plantas, tanto por curiosidad como porque su organismo lo requiere para purgar, depurar y adquirir determinadas vitaminas que su dieta común no le proporciona. Debemos tener en cuenta que los gatos necesitan comer plantas como ayuda digestiva, para equilibrar su dieta (posible carencia de fibra), y para eliminar bolas de pelo que acumulan por su constante acicalado.
Por ello es imprescindible poner siempre a su disposición hierba especial para gatos, la precisan, aunque también debemos darles malta. Es posible que si tienen a disposición esta hierba para gatos se fijen menos en otras plantas menos seguras que haya en la vivienda, pero nunca es una garantía de seguridad. Esta hierba se debe comprar siempre en centros especializados para animales, se trata de semillas que debes plantar en tierra de exterior lo más natural posible, sin fertilizantes.
Las plantas tóxicas más peligrosas para los gatos son:
- Acebo (Ilex aquifolium) – Tanto las hojas como los frutos y semillas de acebo son venenosos. Los síntomas tras ingerir una dosis mínima de frutos (dos serían suficientes), son: trastornos gastrointestinales con fuertes diarreas y vómitos, dolor abdominal, somnolencia y malestar general. Una dosis superior, y siempre dependiendo del tamaño del animal y de la cantidad ingerida, podría llegar a provocar deshidratación como consecuencia de la pérdida de líquidos, shock y muerte.
- Estrella de Caballero (Amaryllis belladona) – Al igual que la mayoría de plantas bulbosas, los bulbos de amarilis son altamente tóxicos. Los síntomas tras la ingestión de bulbos de amarilis son: trastornos gastrointestinales con vómitos, fuertes diarreas, dolor abdominal y malestar general, falta de coordinación, trastornos cardíacos y en casos extremos y debido a una sobredosis, muerte del gato.
- Alas de ángel (Caladium hortulanum) – Existen varias especies que pertenecen al género Caladium, todas ellas y todas sus partes son tóxicas. Los síntomas tras la ingestión de caladio son: ardor bucal, salivación abundante, dolor intenso, irritación, edema o hinchazón de lengua, cuello, esófago, estomago e intestinos, trastornos gastrointestinales con vómitos, fuertes diarreas y dolor abdominal, y disnea o dificultad para respirar.
- (Cyclamen) – Entre sus principales contenidos activos se encuentra una sustancia denominada ciclamina (de mayor concentración en la raíz), un violento purgante de gran toxicidad para los animales. Los síntomas tras la ingestión de ciclamen son: trastornos gastrointestinales con vómitos, fuertes diarreas, malestar general y dolor abdominal, convulsiones, insuficiencia renal y parálisis.
- Clivia miniata (Clivia miniata) – Todas las partes de la Clivia Minata resultan tóxicas debido a la presencia de oxalato de calcio. Los síntomas tras la ingestión de esta planta son: vómitos, diarreas e irritación de aquellas partes a las que llegan las porciones ingeridas.
- Costilla de Adán (Monstera deliciosa) – Excepto los frutos, el resto de la planta resulta tóxica (entre sus principios activos se encuentra oxalato de calcio). Los síntomas tras la ingestión de la comúnmente llamada costilla de Adán son: alteraciones gastrointestinales con posibles vómitos, irritación e inflamación bucal, de cuello, de esófago, etc.
- Crotón (Codiaeum variegatum) – El crotón contiene un látex tóxico que circula por su interior. El contacto directo con el látex de la planta puede provocar dermatitis con irritación, enrojecimiento y posible aparición de vesículas o ampollas. Los síntomas tras la ingestión de crotón son: ardor bucal, salivación excesiva, dificultad para deglutir, inflamación de lengua, esófago y estómago, trastornos gastrointestinales con fuertes diarreas, vómitos y dolor abdominal, midriasis o dilatación de las pupilas, convulsiones, alteraciones renales y hepáticas y, en casos extremos y debido a una sobredosis, muerte del gato.
- Difenbaquia (Dieffenbachia) – Todas las partes de la planta son tóxicas (el látex blanco que circula por su interior es nocivo e irritante), en especial las hojas y el tallo. El contacto directo con la planta puede provocar dermatitis con irritación, enrojecimiento, inflamación y en ocasiones aparición de vesículas o ampollas. Los síntomas tras la ingestión de Dieffenbachia son inmediatos y por tal motivo, lo más frecuente es que el animal deje de ingerirla. De todos modos, los síntomas que puede sufrir son: ardor bucal, inflamación, dolor intenso, salivación excesiva, dificultad para deglutir, edema o hinchazón de cuello, esófago, estómago e intestinos, vómitos, disnea o dificultad para respirar y, en casos excepcionales, dependiendo de la cantidad ingerida y del peso del animal, muerte por asfixia.
- Lirio de la paz (Spathiphyllum) – Al igual que alguna de las plantas tóxicas con efectos irritantes inmediatos, como la anteriormente citada Difenbaquia, lo más normal es que el animal deje de ingerir la planta al notar los síntomas.
- Filodendro (Philodendron) – Existen varias especies que pertenecen al género Philodendron, siendo todas y en todas sus partes, tóxicas. Los síntomas después de masticar el filodendro son inmediatos: ardor bucal, dolor agudo, salivación excesiva y edema o hinchazón de lengua y faringe con dificultad para respirar. Si se llegase a producir su ingestión, los síntomas se pueden agravar con edema de esófago, estómago e intestinos, vómitos, asfixia y en casos extremos, muerte. Tras la ingestión del filodendro, los gatos presentan un cuadro clínico bastante preocupante con trastornos renales, agresividad, convulsiones y en algunas ocasiones encefalitis o inflamación del encéfalo con debilidad muscular y parálisis.
- Flor de Pascua (Euphorbia pulcherrima) – Todas las partes de la planta son tóxicas, en especial el látex que circula por su interior. El contacto directo con el látex de la planta puede provocar dermatitis con irritaciones, prurito o picor, edema e incluso aparición de vesículas o ampollas. Los síntomas tras su ingestión son: trastornos gastrointestinales con vómitos, diarreas, dolor abdominal, irritación de las mucosas y salivación abundante. El contacto directo del látex de la planta con los ojos de la víctima puede provocar trastornos oculares más o menos graves según sea la dosis.
- Hiedra (Hedera hélix) – Todas las partes de la planta son ligeramente tóxicas a excepción de los frutos, los cuales son de una toxicidad extrema. El contacto directo con la hiedra, debido a los pelos que recubren la planta y al jugo que se encuentra en su interior, puede provocar: dermatitis con irritaciones, erupciones cutáneas e incluso aparición de ampollas y úlceras. Los síntomas tras la ingestión de la hiedra son: trastornos gastrointestinales con vómitos, diarreas y malestar general, fiebre, espasmos musculares, excitabilidad, bradicardia o disminución de la frecuencia cardíaca y, dependiendo de la dosis ingerida y del tamaño del animal, coma. En casos extremos, se puede dar la muerte por asfixia con parada respiratoria.
- Hortensia (Hydrangea macrophylla) – Tanto las hojas como las flores de la hortensia son nocivas y peligrosas. Los síntomas tras la ingestión de las hojas o las flores son: trastornos gastrointestinales con diarreas, vómitos y dolor abdominal, malestar general y falta de coordinación.
- Campanilla ( Convolulus arvensis) – Existen varias especies que pertenecen a este género y en la mayoría de ellas las semillas y las raíces con altamente tóxicas; el resto de la planta es purgante. Los síntomas por ingerir Ipomea provocan una acción alucinógena acompañada de malestar general, trastornos gastrointestinales con graves irritaciones de tubo digestivo, violentas diarreas y dolor abdominal.
- Junquillo (Hyacinthus orientalis) – La parte tóxica de la planta es el bulbo y los síntomas tras su ingestión son: irritación gastrointestinal, vómitos, diarreas y en algunas ocasiones, incluso la muerte.
- Lirio (Iris foetidissima) – Los síntomas tras la ingestión de iris son: trastornos gastrointestinales con vómitos, abundantes diarreas, dolor abdominal, irritación y malestar general, junto a hipertensión o aumento de la presión arterial.
- Muérdago (Viscum album) – Los frutos del muérdago son relativamente tóxicos, es necesario ingerir dosis muy elevadas para provocar trastornos importantes. Los síntomas tras ingestión de frutos de muérdago son: trastornos gastrointestinales con vómitos, diarreas, irritación y dolor abdominal, junto a midriasis o dilatación de las pupilas, salivación abundante y sed excesiva. Los síntomas más preocupantes son los cardiocirculatorios o neurológicos con asfixia, dificultad respiratoria, taquicardia o aumento de la frecuencia cardíaca, falta de coordinación, convulsiones, parálisis, coma y, en casos extremos debidos a una sobredosis, muerte por parada cardíaca.
- Narciso (Narcissus pseudonarcissus) – Existen varias especies de narcisos y todas ellas son tóxicas en todas sus partes (en especial los bulbos). El contacto directo con el jugo de la planta podría provocar dermatitis e irritaciones. Los síntomas tras la ingestión de la planta son: trastornos gastrointestinales con violentos vómitos, diarreas, dolor abdominal e inflamación, salivación excesiva, convulsiones, trastornos cardíacos y en casos extremos, muerte.
- Potos (Epipremnum aureum/Rhaphidophora) – Sólo el masticarla puede provocar irritaciones varias, tanto en el paladar, lengua, etc., como en todas aquellas zonas donde llegue a establecer contacto. Los síntomas tras la ingestión de la planta son: graves trastornos del aparato digestivo, produciendo fuertes y frecuentes vómitos.
- Azalea (Rhododendron ferrugineum) – Las flores y hojas del Rhododendron las dos partes más tóxicas de la planta. Tras la ingestión de pequeñas dosis el animal puede padecer falta de coordinación con efectos alucinógenos. Los síntomas tras la abundante ingestión de rododendro son: ardor bucal con salivación excesiva y dificultad para deglutir, alteraciones del sistema nervioso central con falta de coordinación, decaimiento y debilidad muscular, trastornos gastrointestinales con vómitos, diarreas y dolor abdominal, alteraciones cardíacas con disnea o dificultad para respirar, hipotensión y bradicardia o disminución de la frecuencia cardíaca, convulsiones, coma y muerte por asfixia o parada respiratoria.
- Tejo (Taxus baccata) – Toda la planta, excepto el aro rojizo que envuelve las semillas, es altamente tóxica. Los síntomas tras la ingestión son inmediatos: conducta agresiva del afectado seguido de una somnolencia absoluta, trastornos gastrointestinales con dolor abdominal, irritación, vómitos y diarreas, midriasis o dilatación de las pupilas, falta de coordinación, disnea o dificultad para respirar, inflamación renal y hepática, bradicardia o disminución de la frecuencia cardíaca, debilidad muscular, parálisis, temblores, convulsiones, coma y muerte por parada cardiocirculatoria.
- Tulipán (Tulipa) – El bulbo del tulipán es altamente tóxico, los síntomas tras su ingestión son: irritación gastrointestinal, vómitos y diarreas.
- Manzano (Malus Domestica) – La semilla de la manzana resulta altamente toxica para los felinos, causando problemas en la vista, alteración en la respiración y dilatación de las pupilas.
- Albaricoquero (Prunus Armeniaca) – Al igual que el manzano, su semilla es altamente toxica para los felinos. Los síntomas son similares: dificultades para respirar, dilatación de las pupilas y daños en la vista.
- Eucalipto (Eucalyptus melliodora) – Su ingesta produce vómito, diarrea, debilidad y exceso de salivación.
- Palmera sagú (Cycadaceae) – Tras su ingesta el animas presenta vómitos, diarrea, gastroenteritis con sangrado y, en los casos de intoxicaciones severas, daño al hígado y muerte.
- Begonia (Begonia aconitifolia) – El animal experimentará una sensación de ardor e irritación en la boca y lengua, dificultad para tragar y vómitos.
Cada planta puede ocasionar una reacción distinta en el gato, pero las intoxicaciones más comunes producen los siguientes trastornos:
Trastorno digestivo: desde problemas gastrointestinales (diarrea, vómitos, gastroenteritis hemorrágica, etc.), a problemas en el hígado (insuficiencia hepática). Los síntomas más evidentes de este tipo de trastorno son los vómitos y la diarrea, que además suelen ir acompañados de pérdida del apetito, pérdida de peso, deshidratación, decaimiento del ánimo, mal estar del gato, etc.
Trastorno cardíaco: es decir, problemas vinculados al corazón tales como un aumento del ritmo cardíaco del gato, arritmias, paro cardíaco, etc. Uno de los síntomas más fácil de detectar en estos casos es la dificultad que tiene el minino al respirar.
Trastorno neurológico: afectaciones en el sistema nervioso del gato. Los síntomas más comunes en este tipo de trastorno son convulsiones, espasmos, alucinaciones, etc. También puede ocurrir que el gato presente una salivación excesiva, que sea errático en su coordinación, e incluso problemas oculares y dilatación de pupilas.
Trastorno en la piel y/u ojos: una afectación común es la dermatitis alérgica, así como el prurito (picor) en los ojos. Esto muchas veces ocurre por el simple contacto con la planta, y los síntomas que aparecen son irritación y enrojecimiento de la zona afectada, inflamación, picor y dolor intenso, escozor, etc. También se puede presentar una pérdida de pelo en la zona que haya estado en contacto con la planta.
Los síntomas más visibles que pueden apuntar a una intoxicación por culpa de plantas son:
- Cambio del ritmo cardíaco
- Babeo o dificultad para tragar
- Vómitos severos y diarrea
- Inflamación, enrojecimiento y escozor de la piel
Cabe decir que no todos los gatos reaccionan de la misma manera y con la misma intensidad ante una intoxicación por ingesta de plantas tóxicas.
La mejor manera de prevenirla es no disponer de plantas tóxicas al alcance de los gatos, es decir, no tenerlas en casa ni en el jardín, porque ya se sabe que ellos llegan a cualquier parte si se lo proponen.
Dra. Carmen Báez
drabaez1@hotmail.es