“Tan solo estoy sentado observando las ruedas girar; me encanta observar cómo giran…”
Watching the Wheels, John Lennon
Los “maestros” que no enseñan en aula frente a alumnos, pero vaya que enseñan violencia en las calles, convirtiéndose en adalides de la protesta, en maestros de las rimas descalificadoras, en expertos pirómanos que arrasan con propiedad pública, federal, local, y todo aquello que les represente a aquel que los pretende meter en cintura.
Los “alumnos” que desean triunfar en la vida… a través del chantaje a las autoridades, jamás educándose a través de la asistencia a las aulas, a través del aprendizaje de aquello que los hará mejores, “alumnos” que no conocen más ley que la del puño y la imposición que promueven.
Los “levantadedos” en las cámaras municipales, estatales y federales que se autorizan vacaciones, gastos, viajes, comidas, viandas, bebidas, seguros de vida y de gastos médicos, regalos, presupuestos para “comisiones”, y que se han convertido en expertos en succionar de la ubre presupuestaria que ellos mismos proponen, revisan y autorizan, perfectos zánganos que además abanican a sus hijos zanganitos hacia las alturas de las que ellos mismos no desean bajar.
Los “gobernantes” que dispendian en su beneficio y en el de sus compinches carretadas de dinero del que “nadie” los obliga a dar cuentas, que no piensan en el origen de los problemas y que, por lo tanto, no tienen (o sus funcionarios) la menor idea acerca de cómo solucionar aquello que nos aqueja, que son expertos en prepararse una mullida cama de dinero en la que puedan descansar cuando dejen de “gobernar”.
Los “políticos quemados” que pretenden resucitar y acaso volverse nuevamente gobernantes, con tufos de grandeza, totalmente engañados por sus “triunfos” pasados y su “excelente” desempeño, aquellos que no hemos podido meter a la cárcel porque los “levantadedos” se niegan a legislar para castigar esos abusos.
Los “funcionarios” que no funcionan porque nunca aprendieron más que a decir “Sí, Señor”, “Como usted diga, Señor”, “Cuánto les pedimos, Señor”, que están en esos puestos como resultado de padrinazgos o de deudas contraídas en campaña, no por méritos o por saber cómo hacer las cosas con el fin beneficiar a aquellos a quienes debieran servir.
Los “vivos” que buscan gratificación y “bisnes” por todos lados, corrompiendo, manchando, coludiéndose, abusando, torciendo y, en general, jodiéndonos la vida.
Los “políticos en campaña” que ofrecen, ofrecen, siguen ofreciendo, y nunca cumplen.
Los “partidos políticos” que son las colmenas de donde salen estos bichos que se han mencionado anteriormente, expertos en vivir a expensas de nosotros.
De estos especímenes está llena nuestra vida en estos días, ¿no les parece?
No sé ustedes, pero a mí me tienen “óptudimóder” (Dehesa dixit).
Desde esta perspectiva, no será gracias a ellos que llegaremos a buen puerto.
Será gracias a lo que nosotros hagamos, la “sociedad” que ellos menosprecian, que se levantará este país, que podremos dejar un futuro halagüeño a nuestros hijos.
Esto me queda clarísimo.
Espero que a ustedes también.
Gerardo Saviola