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Poesía
Félix Martínez Torres*
no se lleva,
porque nacen vivas, tienen peso específico,
medida en longitud
altitud, y duración:
retroceden y
avanzan y
reptan y
aparecen en papel.
Están en las estrellas y
en una bola de cristal.
Algunas palabras con afecto llegan al oído,
cantan en el aire,
tienen un sonido cálido
entran por los ojos.
Algunas hacen gestos,
o con su sola mirada ¡hablan!
Su mensaje se pega en alguna parte
de la frente; de una boca torcida los vocablos
lastiman.
Otras son como pesadilla;
con el paso de los años horadan el cerebro,
entran lentas
se escabullen y agazapan.
Con el tiempo surgen de una música lejana,
con ese mensaje antiguo de guitarras y versos
convirtiéndolo en un cadalso
sin horca.
Algunas palabras emergen como cucarachas
brotan de la herida amarillenta,
salpican;
se vuelven puñal, piedra, balas.
¿Cómo llamarlas olvido?
Se tragan las palabras como vómito,
nunca debieron expresarse
son como las casas
sin cimiento,
destinadas a no dar refugio
¡harán eco en los manicomios!
En las cárceles e iglesias,
en cancillerías y escuelas,
las palabras bajan suben,
se posan en la parte
más delicada
para matar
o dar la vida.
(*) Félix Martínez Torres (Minatitlán, 1962). Poeta y narrador mexicano. Algunos de sus poemas aparecen en varias antologías. Participa en el Taller de Apreciación y Creación Literaria del Dr. Adán Echeverría-García.