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Ofrendas, Antes y Ahora

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Editorial

Como herencia recibida de nuestros ancestros mayas, muchas de las costumbres antiguas aún perduran entre nosotros, los yucatecos peninsulares.

Una de ellas es nuestro respeto, gratitud y recuerdo de su presencia física entre nosotros.

Ya han pasado muchos siglos dese la llamada “conquista” y nuestros supuestos vencedores, hasta ahora, no han podido arrancar esas firmes raíces, que continúan profundas después de muchas generaciones. Una de ellas, en nuestros genes heredados, es la de rendir culto y respeto a nuestros antepasados.

La religión cristiana, impuesta violentamente en el Mayab, impuso normas que con el paso de los siglos están vigentes, bien adaptadas o en simbiosis con las antiguas creencias de las raíces mayas.

Nuestras fiestas de Hanal Pixán son de convivencias, remembranzas, así como de rezos, ceremonias y alimentos especiales para la ocasión, compartidos con la memoria de los ancestros, recordando año con año su ausencia física, aunque reafirmando su presencia espiritual.

Eso sin duda son los “mucbipollos”, mezcla de masa de maíz como aquella con la que se formó al primer ser humano maya, quien vivió, fue un personaje útil, compartió una vida colectiva, y retornó a la madre generosa que es la tierra. De ahí renace como planta generosa, para ser útil y alimentar a los seres que amó y con los que convivió.

La creencia de que el hombre maya fue creado por los dioses con masa de maíz continúa firme en las mentes yucatecas cuando nos sirve como alimento espiritual y físico.

Nuestra sociedad moderna aún desconoce los orígenes e historia de los ancestros, mistifica absurdamente los orígenes y distorsiona su uso con ingredientes modernos varios, ignorando lo que es una costumbre que no debe apartarse de la reflexión, la remembranza y un retorno mental, reflexivo a los orígenes. La masa del maíz sagrado y el calor de la tierra, que es madre amorosa, se combinan en este alimento cocinado bajo tierra.

En nuestras ofrendas y rezos, cumplamos con recordar a nuestros difuntos como ellos desearían que lo hiciésemos.

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