Letras
José Rueda Ontiveros
¡Salve oh hermana, el valle vecino
se despierta en feliz algazara
y cadencias ignotas te lleva
en sus gláciles ondas el aura!
¡Qué apacible, que hermoso, es tu día,
la luz hiere el tapiz de esmeralda,
y el arroyo y los lirios semejan
la triunfal apoteosis del alma!
Y como esos espasmos de júbilo,
y como esa gentil alborada
que aparece con lluvia de flores,
que aparece alejando nostalgias…
¡son las flores del vivo cariño
que te ofrenda en tu día mi alma!
Espita, julio de 1912.
Arpa Eolia. Revista Mensual Literaria. Espita, Yucatán, año I, núm. 1, 1 de agosto de 1912. Imprenta de El Demócrata, p. 5.
[Compilación de José Juan Cervera Fernández]