En Abalá, municipio que fue cuna de uno de los más gloriosos músicos mexicanos, Don Daniel Ayala Pérez, persiste el gusto por el arte, y en la comisaría de Cacao, desde hace algunos años, un grupo de infantes, de los siete a los catorce años, han ido creciendo con el gusto por el arte, en este caso, por la escultura, el labrado en madera, el dibujo, el canto en maya, etc.
Durante el gobierno anterior, los pequeños tuvieron la oportunidad de expresar sus primeros trabajos y les fue asignado el Centro Cultural ubicado en el barrio de Santa Ana, en Mérida.
Ahora, con mayor experiencia y obras de más calidad, así como grado de dificultad en su realización, están iniciando gestiones para llevar sus obras de pequeño formato al Centro Histórico de Mérida, a los Bajos del Edificio del Ayuntamiento los días domingo, donde podrían exhibir sus nuevas producciones y, quizá ante el interés público y el turismo nacional, poder atraer de nuevo el interés y lograr algunas ventas cuyo producto servirá a sus familias, todas ellas campesinas, para aliviar las carencias económicas que impone la pobreza a estos sectores de nuestra población, especialmente en el campo yucateco.
No existen programas oficiales por ahora para atender estas muestras culturales infantiles.
Ello no es impedimento para que cada día, en sus tiempos libres, continúen manteniendo firme su creatividad en las difíciles condiciones en que les ha tocado vivir y crear.
Los niños creadores de la comunidad municipal de Cacao dejan la huella de su espíritu ancestral en cada pieza y obra que realizan individualmente. Todos ellos son dignos de recibir respaldo de las autoridades locales, porque su actitud ejemplar merece replicarse en otros espacios donde los niños y sus familias mantienen firme su esperanza de tiempos mejores.
El Corresponsal Viajero
