Editorial
Yucatán no es hábitat para la fauna de las regiones de nuestro planeta acostumbrada a convivir y reproducirse en climas fríos. No obstante, la compartición de costumbres de otras partes del mundo, sus creencias, religiones y maneras de ser y pensar, se han generalizado a nivel mundial.
Elementos valiosísimos han sido las creencias religiosas y la fe que han actuado como catalizador de las formas de ser y actuar de los pueblos alojados en los cinco continentes de nuestro globo terráqueo.
Ha sido así que la imagen de los renos y el personaje bonachón de una jocosa figura vestida de rojo sacuden las conciencias y vierten los pensamientos hacia buenas vibras colectivas y las encauza hacia la figura del alegre Santa Claus que anualmente por estas fechas nos trae un mensaje de esperanza de que siempre habrá tiempos mejores, para nosotros y el resto del mundo, claro.
Dejar atrás las penas y quebrantos a escasos días del año por concluir es despertar en nosotros la esperanza de tiempos mejores en nuestro futuro cercano.
Los días de la última semana de este 2023 que se agota fungen como anuncio de esos tiempos mejores que continúan siendo el deseo supremo de la humanidad.
Preparémonos, pues, para acopiar las malas vibras del año que culmina y los momentos duros de nuestras vidas individuales, con el fin de hacer un oportuno envío de ellos a las enormes bodegas de depósito de angustias superadas.
Que una sonrisa de esperanza sea la que, con la imagen histórica de un humilde pesebre en el poblado de Belén, proclame de nuevo nuestra vocación y deseo renovado de vivir y convivir en este mundo que es el receptáculo de nuestras esperanzas y deseos.
¡Feliz Navidad 2023 a nuestros lectores!
Así sea…
