XII
CAPÍTULO VI
UNIVERSIDAD DE YUCATÁN
(Segunda Época: 1938 a nuestros días)
CINCUENTENARIO DE LA UNIVERSIDAD
Especial mención merecen los festejos organizados para conmemorar el L Aniversario de la Universidad, que se celebraron del 25 de febrero al 4 de marzo de 1972.
En la Edición Especial que preparó la Universidad y que bajo el título de “Memoria de los Actos Realizados en el Quincuagésimo Aniversario de la Universidad de Yucatán” salió a la luz el mes de septiembre de 1973, leemos lo siguiente:
LAS FIESTAS CONMEMORATIVAS DEL CINCUENTENARIO DE NUESTRA CASA DE ESTUDIOS
Con una serie de actos culturales, deportivos y sociales, que se vieron concurridos por elementos representativos de los varios sectores de la sociedad yucateca y en los que participaron activamente intelectuales y artistas consagrados de la ciudad de México y de otras poblaciones del país, se celebraron los cincuenta años de la fundación de nuestra Casa de Altos Estudios, de tal suerte que –como señaló oportunamente la prensa diaria– Mérida se convirtió durante los últimos cinco días de febrero y los primeros cuatro de marzo del año de 1972 en la metrópoli cultural del Sureste de nuestra patria.
Es de mencionarse, con el adecuado relieve, la actuación enjundiosa, llena de prestancia, de Salvador Novo, el dilecto Cronista de la Ciudad de los Palacios; el destacado humanista Dr. Agustín Basave Fernández del Valle; del primero de nuestros críticos literarios, Lic. José Esquivel Pren; del ameritado historiador Jorge Ignacio Mañé, Director del Archivo de la Nación; del consagrado escritor y crítico teatral Antonio Magaña Esquivel, y del forjador de la carrera antropológica en Yucatán, investigador y ensayista consagrado, Prof. Alfredo Barrera Vázquez. Todos ellos dejaron un mensaje de cultura, de belleza y verdad en sus actuaciones, producidas en el Teatro de la Universidad de Yucatán.
Dejaron también una estela de belleza perdurable las estudiantinas visitantes: la de Guanajuato, pionera de esta forma exquisita del arte musical, la más cuajada, la más profesional de las existentes en nuestra patria y la femenil de la Universidad Nacional Autónoma de México, que está integrada por un florón de colegialas y jóvenes graduadas llenas de gracia y simpatía. En fraterna competencia con ellas actuó la rondalla universitaria, en el plan decoroso, de varias partes del país. Los dos festivales en que participaron tales estudiantinas, uno en la cancha universitaria y el otro en el Parque de Santa Lucía, se vieron henchidos de concurrencia y resultaron dos éxitos superlativos.
También coronó el éxito a los certámenes efectuados; en los Juegos Florales el renglón de poesía no se cubrió con el otorgamiento del Primer Premio y la Flor Natural por haberse declarado vacío el primer lugar, pero el segundo fue ocupado, merecidamente por un brillante poeta veinteañero, el estudiante de odontología Alonso Novelo Álvarez, autor de sensitivo poema dedicado a nuestra Casa de Estudios.
La joven periodista Elvia Rodríguez Cirerol obtuvo mención honorífica.
En la rama del ensayo obtuvo el primer premio el Prof. de la Escuela de Comercio Arturo Menéndez Paz, y correspondió el segundo al Abogado Federico Stein Sosa; ambos ensayos se refieren a la trayectoria cultural y creativa de la Universidad de Yucatán.
En el Certamen de Biografías de Felipe Carrillo Puerto –el ilustre fundador de la Universidad, a la que por razones políticas y sociales de carácter nacional en aquellos días de febrero de 1922 se denominó Nacional del Sureste– resultó triunfador el colegial preparatoriano Vicente Ayora Sarlat, alumno del Centro Universitario Montejo, y se confirió el segundo premio al estudiante de Jurisprudencia Abel Ávila Mena. En ambos casos se aprecia el esfuerzo de los autores por plasmar literalmente la entraña heroica, redentora del mundo maya, del gran motuleño que llegó al martirio, en aras de su amor a los humildes, el 3 de enero de 1924. El joven Ayora Sarlat produjo su trabajo en cooperación con su condiscípulo Alberto Cámara Patrón.
En el concurso para escoger un nuevo escudo para nuestra Casa de Estudios, el galardón fue otorgado al arquitecto Aercel Espadas Medina; se trata de un trabajo sobrio, de tenor mayista y de positiva belleza.
Muy animados resultaron los concursos de oratoria y de declamación, especialmente éste último, siendo de señalarse que las magníficas dotes de los concursantes hicieron especialmente difícil la labor selectiva de los Cuerpos Examinadores o Jurados. Se obtuvieron los resultados siguientes: en Oratoria se concedió el segundo premio –el primer premio se declaró desierto– al estudiante de la Escuela de Comercio Martín Cisneros Lara, y se adjudicó el tercero al colegial preparatoriano Luis Echeverría Navarro.
Ángel Peraza Cetina fue ganador en el concurso de Declamación; Fernando Villares Moreno se hizo acreedor al segundo lugar y Francisco Solís Rodríguez –campeón de la Escuela Preparatoria de la UDY– al tercero.
El renglón teatral fue cubierto adecuadamente con la puesta en escena del hermoso drama “El Verdugo”, original del consagrado escritor, altísimo poeta lírico y dramático, Lic. Antonio Mediz Bolio, que desempeñó decorosamente el grupo llamado Unidad Artística Universitaria, y con la representación de “Se Vende un Hombre”, celebrada obra teatral del Lic. Jaime Orosa Díaz, en que se escenifica el complot que se tradujo en la muerte trágica de Felipe Carrillo Puerto. Llevó esta obra a escena el Grupo Teatral denominado Foro Preparatoriano.
En el local de la Biblioteca Central Universitaria se ofrecieron al público tres interesantes exposiciones: la de todos los libros, folletos y revistas elaborados por la Universidad de Yucatán en cincuenta años de activa existencia al servicio de la comunidad yucateca, inclusive las obras de texto; la de grabados, que constituye una aportación de la Universidad de Guanajuato; y la pictórica denominada “El Hijo del Hombre”, que comprende una serie de inspiradas producciones relacionadas con la vida de Jesucristo –original del polifacético artista Fernando Marrufo–. Estas exposiciones se vieron muy concurridas.
El propio fecundo artista Marrufo –que prestó muy estimable colaboración material e intelectual a la Comisión Coordinadora de las fiestas que glosamos– dio a conocer al abundante y selecto público reunido en el Teatro de la UDY el martes 29 de febrero último, en una conferencia-concierto, la obra sensitiva y original del compositor francés George Brassens, cuyas canciones han alcanzado en Francia en los últimos años enorme popularidad. Acompañado de Jorge Cuevas Espinosa (segunda guitarra) y de Héctor Rodríguez Cuevas (contrabajo), Fernando Marrufo, pulsando con gran dominio la guitarra, entonó –en francés y en algunos casos en español, en traducciones bastante libres (de su cosecha)– las más conocidas producciones de Brassens, tales como La Gansa de Alfonso y El Ombligo de la Mujer del Policía.
Entre los mejores logros habidos, señalaremos un animado Torneo de Ajedrez efectuado en el local de la Asociación Universitaria del deporte-ciencia, que preside el Br. Wilbert Martínez Peraza.
Otro acto de importancia que formó parte de estos festejos fue la inauguración de la Biblioteca de la Facultad de Química, que cuenta con dos mil volúmenes cuidadosamente seleccionados, entre los que se encuentran varias modernísimas enciclopedias.
El renglón deportivo de estas fiestas fue cubierto en forma muy efectiva y brillante, con la cooperación de conjuntos representativos de las Universidades, Nacional Autónoma de México, de Puebla y de Michoacán, así como de varias escuelas superiores del Estado.
Los equipos de básquetbol y de fútbol representativos de dichas casas de estudio realizaron, en amistosa competencia con nuestra Universidad de Yucatán, sendos torneos cuadrangulares que se escenificaron, respectivamente, en la cancha del Edificio Central Universitario y en el campo de balompié del Estadio Salvador Alvarado.
El abundante público que colmó en cada ocasión las gradas de ambos centros de espectáculos tuvo la oportunidad de contemplar unos juegos movidos, disputados con despliegue de abundantes energías y de la técnica respectiva, en función del vivo entusiasmo juvenil de los protagonistas; se obtuvieron los resultados siguientes: en el cuadrangular de fútbol, triunfó el equipo de la Universidad Nicolaíta de Michoacán; obtuvo el segundo lugar el once representativo de la UNAM; quedó en tercer sitio el de la Universidad de Puebla y en cuarto y último el de la Universidad de Yucatán.
Por el contrario, en básquetbol nuestros muchachos se adjudicaron en tres muy reñidas batallas deportivas el lugar de honor; cupo el segundo al conjunto de la Universidad Autónoma de México; Puebla se situó en el tercero y Michoacán en el cuarto.
Es de señalar el ejemplar espíritu deportivo que prevaleció en todos los partidos, no obstante el vivo afán de triunfar de los conjuntos justadores, de modo que al concluir las competencias el Director de Difusión, en nombre del Sr. Rector, felicitó cordialmente a los deportistas visitantes, les agradeció efusivamente su cooperación y les anticipó que había de comunicar epistolarmente a sus respectivos Rectores las expresiones de reconocimiento de nuestra Casa de Estudios. Igualmente exitoso resultó el Torneo de Vólibol Femenil efectuado entre los equipos Universitario y de las Escuelas Normal, Secundaria Vadillo y Colegio Peninsular.
Con el mayor entusiasmo, con auténtica devoción, laboraron en la preparación acuciosa de estos festejos –realizando viajes a la metrópoli y a otros puntos del país para obtener la colaboración de las Casas de Estudios hermanas y de eminentes intelectuales y artistas, cuando se consideró necesario– los coordinadores generales, Jefes del Comité Pro-Celebración del 50 Aniversario de la Fundación de nuestra Casa de Cultura, Sres. Renán Irigoyen Rosado y Ermilo García Montalvo.
Margarita P. de Hernández
Continuará la próxima semana…
