Mis Propios Símbolos v
Negritud
tengo negra la carne la tengo roja la tengo amarillita
bien chinita la tengo esta mi negra carne
esta negrita carne mía
que sangra
que sabe bien sangrar
tengo la carne morada
la carne atabacada
tengo la carne
la piel
dura es mi piel
y el latigazo
esta sangre mía
esta yerba mía
esta cuadratura cara mía
estas lágrimas en punta
hay una golondrina de la paz
un flamenco del honor
un armadillo que se hace pasar por dios
pero mi negra carne infecta permanece intacta
eviscerada pero intacta
despellejada pero intacta
de vientre abierto pero intacta
esta carne negra mía
hay una garrapata fija en el sol que despunta
hay una iguana prendida de los labios
un conejo que salta por mi pecho
por mis brazos
por mis piernas
por los muslos
hay esta carne mía
tengo la carne negra y la distancia hacia tus labios
es el camino amarillo
el camino verde
el camino azul
el camino púrpura
y la carne tuya
blanca carne de vidrio
blanca carne diluvio
blanca carne
en el pantano la flor abre sus compuertas
el cocodrilo ha vuelto a pasearse entre los matorrales
tírales mi carne
mi negra carne
acá están los zopilotes
sobre mi carne abierta
sobre mi carne intacta
sobre mi negra carne
y el armadillo se ha metido en el círculo de sus escamas
la golondrina hizo nido en las cornisas del aire
sólo quedan los flamencos aseñorados
esta es mi negra carne
esta es tu carne blanca
este es el pantano
y habremos de hundirnos
dichosos
Puede ser que esta indecisión te parezca inmadurez
yo quiero llamarle escena bifrontal de mis esfuerzos personales
porque sabrás que la niñez es una maravilla que creo que nunca tuve…
porque creo que el esfuerzo es una cantimplora irredimible
y la falta de agua pueden ser tus piernas.
no estoy seguro de qué animal me habita,
pero sé que no es la serpiente y mucho menos el búho
sé que tengo mucha luz en cada ceja y que tus piernas y tu sexo
son una necesidad pero, ¿qué cosa no lo es?
en estos tiempos te lo he dicho mi ser es esta oscuridad
y con todo lo luz que una vez fui me he vuelto calvo
sé que quizá mi voz es una enredadera mental
pero habrá carbones suficientes para sanarnos las heridas
son mis libros mis libros amargos mis libros amigos
mis tiernos hijos y mis versos el arrebato de todos los días
y quedas tú en el horizonte… he amado supongo la verdad
y la verdad tiene nombre de mujer… yo lo sé
Puede ser que estos huesos míos estos huecos
estas opacidades te trasnochen pero es innecesario…
no tengo ánimos para la palabra abismo
ni tengo la palabra sabia
y quiero ser sabio
son mis libros aquellos fantasmas
y son mi aquelarre bestial en que disuelvo
Podría ser muy fácil morir entre tus piernas
desgarrarme la piel sobre tus sueños y ¿qué esperanza? la ruina
la voz ardiente de nuevos lloros y nuevas culpas escalando
sé que no tienes edad en la era del fuego
y son mis pasos esta magia de resquebrajarme
tus ideales niña tus ideales de mujer fantasma corriendo por la habitación
tan llenos de utopías de intentémoslo
hay una pinza de amor en mi alma
un cable sobre mi cerebro que me tortura
quizá es ella
la que desgañitó la cordura la pena la ansiedad la honra
mi orgullo no está en el espejo
mi dignidad se encuentra jugando en mi apellido
en esos niños que son mi vida
y que no puedo ser esa falla
ese renacuajo ardiente de reclamos
sé de mis adicciones sexuales
de mis demonios abiertos y cárnicos en que tropiezo
pero te diré esto: necesito encontrarme y saber quién soy
qué cosa árida he sido
porque hoy no sé qué nombre tiene Adán
no sé qué nombre tiene esa imagen devastada de mi sombra
son mis años los que me invitan a redescubrirme
sin ti mujer sin ti y esos tus labios
sin ti y esos tus años sin ti y esos tus olores que me trastornan
Vas a volver con ella han dicho… puede ser
pero puede ser que no pueda conseguir amar de nuevo
puede ser que mi vida se haya resuelto en ese amor
o que esta indecisión te parezca inmadurez
porque no tengo el cartapacio abierto no tengo la carta magna escrita
no tengo el mapa para mis celebraciones
tengo abrojos eso sí
destiempos intranquilidades que roen y roen
y esto que soy es un pan sin levadura
lo sé
tú no puedes saberlo porque mis labios apenas te han rozado las orejas
pero estás acá y el tiempo se abre
se abre el tiempo y te nombra
olvídame habrías de decir pero no quiero
porque no querer es insultar al destino y las quimeras
alguna vez dijiste: escríbeme un poema y me negaba
hoy estas son tus letras los versos que hoy puedo mandarte
sin risas y sin lloros sin besos y sin falos humedeciéndonos la dicha
esto es
la voluntad del grito
el grito del escape el túnel para el topo que soy
para el ciego que soy para el abandonado yo en que quiero convertirme
II
Será el trabajo
será
pero lo cierto es que tú estás linda y yo estoy viejo
y alguna vez mi luz se apagará y seré feliz
porque me habré apagado por voluntad propia
para dejar este ser equilibrista dejar de ser
el trapecista que brinca de una cama a otra
de tu cama a mi cama seré silencio
y tú la adrenalina
puede ser que un día me odies
puede ser pero aclárate en las fuentes
este gusano que soy que siempre he sido
hoy quiere esconderse en su madriguera
a leerse la mano a leerse la vida
III
caminábamos siempre de la mano
porque de la mano se camina encima de los automóviles
nada de lo antiguo hoy puede volverse contra nosotros
no puedo devolverme lo que tengo dentro
en este espinazo que no puede recuperarse
abotargado quedo en el sitio inadecuado para mi propia evolución
que la noche es la boca del juego y que la simiente es escasa
para estos apocalipsis que se compraron en las plazas abiertas
era yo el tipo sentado en la reja mientras los amigos me desvestían
la monstruosidad y esas tus lágrimas
derramados grupos de cadáveres por las escaleras en que siempre huíamos
no lo olvides
somos libres de decirnos adiós y hasta pronto
somos capaces de abandonarnos o patearnos sobre el lodo
porque las indecisiones siempre están presentes y sangran despacito
porque es posible que tanta inmadurez sea el signo de este tiempo
el signo de sentirnos innecesarios
IV
respirar es volverse un poco viento
un poco sonrisa
respirar es volverse parte del enfisema diario que todos compartimos
déjame fumar por favor
déjame en paz
el día pasa y pasa la noche también
y pasarán los aeroplanos sobre tus cejas
y yo me quedaré cantando canciones viejas
sobre las hojas en blanco
porque no quiero recuperarme de ti
Adán Echeverría
2011