XLII
EL ESPEJO ROTO
Sin darse cuenta, se volvió invisible con el tiempo.
Cuando llegaba a las reuniones, nadie la notaba.
En su casa, a la hora de la cena, parecía no existir.
Aun al entrar en su habitación, todo quedaba en silencio.
Parecía un fantasma.
Un día, parada frente al espejo, no se pudo contener y quebró su propia imagen.
Desde entonces, se volvió tan popular…
JORGE PACHECO ZAVALA