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María Reneé Pérez, en total libertad creativa

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Artes Plásticas – Desde Nicaragua

María Reneé Pérez es una artista nicaragüense que deja al descubierto su amor por la naturaleza en todo su esplendor a través de sus obras, consideradas Ciudadelas Orgánicas: madera, vidrio, metal, piezas antiguas y otros materiales, a través de la gráfica (técnica) que le permite experimentar diferentes temáticas y procesos. Reconoce a Carolina Flores, como su principal orientadora. Además, se caracteriza en la pintura con la técnica abstracto figurativa, como resultado de su visión experimental y años de educación bajo tutoría de profesores nicaragüenses de alto nivel como Javier Sánchez, Mario A. García, Julio Vallejos y Julio Martínez.

Al adentrarnos en el espacio vital de María Reneé Pérez en su hogar, nos recibe con una sonrisa fresca y agradable que provoca sentimientos de hospitalidad y entusiasmo. Al iniciar la conversación para el Diario del Sureste de México, comenta sentirse feliz en su hogar, al lado de su esposo, Gerardo Peralta Mayorga, Ingeniero Químico y Administrador, graduado en el Tecnológico de Monterrey (México), su bastión en su proceso de ser artista.

En el interior de la estancia hay variedad y visualización de sus trabajos; su casa está decorada con el mimetismo y belleza que caracteriza cada una de sus obras, impregnadas del colorido y dinamismo del espíritu inquieto y sensible que envuelve a la Artista.

Es impactante el trabajo que ha realizado la artista nicaragüense, expresando lo más sensible de su ser y del ambiente que la envuelve. Mientras se conversa se admiran sus obras. Cualquier espectador es atraído por la virtud de emanan, cada una despierta la curiosidad y la imaginación para perseguir su significado, oculto muchas veces.

A continuación, María Reneé nos comparte el devenir de su vida artística y cómo ha logrado crear cuadros poderosos, de mundos extraordinarios e inquietantes.

Comienza con México…

Tuve la oportunidad de visitar la ciudad de Mérida, Patrimonio Cultural de la Humanidad. Me encanta México, en cada mexicano hay un artista, un artesano; las indígenas hacen trabajos preciosos de generación en generación, es bello. Los muralistas ¡por favor! Su música, sus cineastas, la pintura. Es un país riquísimo.

Me han dicho que lo del Arte lo traigo de adentro: es de puros sentimientos, sensibilidad. Como amante de lo bonito, apunto a preservar la naturaleza, que es lo más lindo que existe en la vida. La naturaleza dicta los diferentes colores, te dicta el clima; todo está en la naturaleza. Tenemos la mejor escuela contemplándola, buscando los colores, las texturas, el sonido de las aves. Todo está en tus manos. Puedes viajar a tu alrededor a un mundo maravilloso, siempre que te sepas ubicar, porque también puedes ver un mundo decepcionante como los basureros, lo que va dejando la guerra, los terremotos…

Durante su trayectoria, María Reneé Pérez, ha obtenido grandes premios y reconocimientos, como el premio de «Arte Contemporáneo» 2019 y ha participado en grandes exposiciones colectivas en Nicaragua.

La curiosidad me ha hecho incursionar en diversas técnicas. He sido curiosa, el arte es suma creatividad. No se puede estar en cinco cosas, por eso creo que la creatividad que se me da es por el tiempo que tengo ahora, porque me llegó mi tiempo, luego de pasar por  el mundo laboral, con mi trabajo, la crianza de mis hijos. Nada mejor que la etapa que  estoy viviendo ahorita, una etapa en libertad que demuestro en mi arte: la libertad de crear, de moverme de un lado a otro, sin ningún problema, sin ningún temor de que te encasillen en un estilo, porque lo hago con amor, lo hago principalmente para mí, me siento muy feliz  cuando alguien me dice «quiero tener una obra tuya en mi hogar» , pero primordialmente, me hace feliz.

Algunas de mis obras llevan un mensaje de reflexión, aunque no todas. Puede ser una obra divertida. Tengo una que es un dragón que representa fantasía, surrealismo, puede estar metido un sermón en cuestión de la naturaleza, abarca de todo, por lo general me gusta el mensaje directo, que impacte.

Lo mejor que me pudo haber pasado en la vida es tener mis hijos; sinceramente, no me veo sin mis hijos. Me encantó haber sido Madre, lo que me enseñó. Fue mi escuela y fue mi motor para salir adelante, porque me llenó de retos.

Plasmar lo que pienso es mi mayor reto al crear, porque podes pensar que te va a quedar así y no te queda; entonces es una lucha constante con la obra, la vuelves a ver, caminas, amanece, esto debe mejorar. No es aquella felicidad que hace decir ‘Soy Artista y esto me va a salir como yo quiero, exacto como lo pensé’. A veces la obra da tal giro a su término, nunca fue lo que empezó, luego de la primera idea te fuiste desviando y terminaste en otro.

La misma obra es rebelde, te va dictando. Es un fenómeno extraño, la obra se da, tiene su propia mecánica. Por lo general, por este temperamento mío, son experimentales, son seres acelerados. Vamos estudiando, vamos aplicando herramientas, incluso con los materiales, se ocupan diferentes pegamentos, grosores de alambres, las maderas, spray, la pintura y demás productos comerciales.

Me divierto más en una Ferretería que en una tienda de damas porque ahí ando feliz ante la posibilidad de encontrar algo que me pueda servir en la construcción de mis obras.

En mi obra abundan los movimientos, es algo muy curioso. En el arte ya todo está hecho; tuve que salir de Nicaragua para apreciarlo. Hay gente de México, de Perú, cantidades de personas que trabajan eso de construcción, de instalaciones. Incluso aquí en Nicaragua se da: la juventud está haciendo instalaciones de maravilla. Si das la vuelta, ves que algo ya está hecho, pero vos elegís la técnica. Es muy difícil ver un arte que no está hecho; lo que hay que hacer es apropiarse del estilo y ponerle color propio, textura y forma.

María Reneé Pérez es mujer, esposa, madre y artista feliz y satisfecha de seguir explorando el mundo de las Artes de la mano de su adorado esposo, Gerardo Peralta Mayorga, a quien profesa invaluable amor.

Mis obras han recibido de todo, incluyendo críticas. En mi caso, mi arte lo hago por satisfacción personal, no trato de competir con nadie; es una plena satisfacción vivir del agradecimiento hacia la persona que aprecia tu arte. Eso es lo que vale, si ello no se podría avanzar.

Comencé muy tarde, hace veintidós años. La juventud en Nicaraguano se expresaba tanto como ahora, los veo como lo mejor, un respiro a lo nuevo, a lo fresco. A mí siempre me va a gustar lo nuevo, las ideas. Tienen mejor acceso a la información, son muy libres, hay mucha actividad, hacen murales, cosas regionalistas. Estoy encantada con la juventud.

A los jóvenes que les gusta el Arte les recomiendo que sigan en su búsqueda, que sigan experimentando, que sigan avanzando, tiene que estudiar, evolucionar y no quedarse estancados y que sigan, porque el arte te llena, te nutre, te llena de vida.

La artista finalizó resaltando que siente por su esposo la máxima admiración. Agradece tenerlo a su lado, apoyándola en su aventura por las expresiones artísticas con las que va dejando huellas en Nicaragua. Según expresa, sin él no hubiese logrado tanto avance y reconocimiento artístico y, sobre todo, la felicidad plena de gozar con cada una de sus obras.

 

RAFAEL QUINTANA

Rafa3007quinta@gmail.com

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