XXXII
RAFAEL OSORIO HURTADO
(1936)
Maestro Distinguido 2010
Maestro, supervisor en los tres estados de la Península de Yucatán, misionero cultural, funcionario del Instituto Nacional Indigenista (INI) en Peto, formador de maestros, músicos, electricistas, costureras, reposteras y carpinteros, Rafael Osorio Hurtado nació el 29 de agosto de 1936 en Tenabo, Campeche. Su educación básica la llevó a cabo en su pueblo natal. Desde muy joven floreció en él la vocación de la enseñanza.
En 1952 se trasladó a la comunidad de San Diego, Tekax, para estudiar la secundaria y la carrera profesional en la Escuela Normal Rural. Durante sus años de estudiante visitó varias escuelas rurales como deportista, asistiendo a los intercambios deportivos que se celebraban entre las normales. De la Normal de Tekax se dirigió a la Escuela Normal Rural Ricardo Flores Magón de Saucillo, Chihuahua. Ávido deportista, perteneció a los equipos de basquetbol, atletismo en la modalidad de 400 metros planos y lanzamiento de disco y bala.
Miembro activo de la Asociación de Estudiantes Socialistas de México, trabajó para el mejoramiento de su propia escuela, solicitó mejores servicios para los estudiantes y mejores edificios e instalaciones deportivas. Desde aquellos años de estudiante tuvo el deseo de promover la educación. En 1958, con base en el esfuerzo y la dedicación, finalizó la carrera, titulándose en abril de 1965 como Profesor de Educación Primaria. Su examen de grado consistió en una prueba práctica que realizó en el segundo grado de la Escuela Primaria Rural Federal Arturo Escalante Galera de Ticum, Yucatán. El tema que desarrolló para la clase fue el de higiene personal, siendo aprobado por unanimidad. Al día siguiente el jurado procedió a la discusión de su tesis “La recreación como una necesidad en el medio rural”, siendo interrogado por los sinodales que juzgaron, dilucidaron y finalmente votaron a favor del sustentante. Más tarde cursó el plan de seis años de la Escuela Normal Superior de Yucatán (ENSY), donde obtuvo la especialidad de Maestro en Psicología Educativa y Orientación Vocacional, en diciembre de 1976.
Inició como profesor de educación primaria en la comunidad de Xcocmil, en el municipio de Tekom, y en Yokdzonot, en el municipio de Yaxcabá, de septiembre de 1958 a junio de 1959. La comisaría de Xcocmil se encontraba al oriente del estado y para llegar a la escuela tenía que montar una mula de carga que lo llevaba a través de una pequeña vereda. Ahí fue donde, por primera vez, encontró una misión cultural, misma que le llamó mucho la atención por tratarse de una manera de servir a los campesinos olvidados. Entonces creció en él la idea de ser misionero de grupo.
Durante un año laboró en dicha zona hasta que en septiembre de 1959 fue transferido a la comisaría de Yokdzonot, perteneciente al municipio de Yaxcabá. Ahí el maestro Rafael Osorio dio clases en la Escuela Primaria Rural Ramiro Carrillo Solís y en la Escuela Primaria Rural Cuauhtémoc.
En enero de 1960 se integró a las misiones culturales con base en sus relaciones laborales y amistosas con las autoridades correspondientes, creando la Misión Cultural Motorizada Núm. 6 que abarcó las comunidades de Suma de Hidalgo, Temax, Buctzotz y sus comisarías, así como Muxupip y Motul. El profesor Osorio se encargó de las actividades recreativas y después de dos años fue asignado a la enseñanza del deporte para luego desempeñarse como jefe de la Misión Cultural de enero de 1962 a septiembre de 1973. Durante ese tiempo también promovió la construcción de caminos, carreteras, escuelas y redes de electricidad en comunidades apartadas del estado.
De igual manera, durante ese periodo realizó trabajos intensivos de desarrollo rural integrado en las comunidades de Opichén, Muna y Santa Elena, donde contó con la participación activa de los habitantes. Consolidó la construcción de un local prefabricado para la instalación de una clínica de salud rural. Trabajó en la reparación y restauración del palacio municipal, de arquitectura colonial (labor conjunta entre la misión cultural, autoridades municipales y ejidales y el Gobierno del Estado presidido por el C. Agustín Franco Aguilar). Promovió la instalación y fundación de dos escuelas primarias: la Felipe Carrillo Puerto, en la colonia del mismo nombre en el municipio de Muna, y la José María Morelos y Pavón, en Opichén. En la comunidad de Calcehtok, municipio de Opichén, realizó trabajos de desarrollo rural y promovió turísticamente sus grutas, al igual que a la ciudad maya de Oxkintok.
De mayo de 1965 a junio de 1966, en compañía de los misioneros culturales, instaló la Misión Cultural Motorizada Núm. 6 en la población de Ucú, desde donde se atendía a las siguientes comisarías de Mérida: Caucel, Dzityá, Chablekal, Komchen. Sierra Papacal, Santa Cruz Palomeque, Dzununcán, San José Tzal, Molas, Tzacalá, San Pedro Chimay, San Ignacio Tesip y Tahdzibichén, lugares donde se realizó una intensa campaña de alfabetización encabezada por el presidente de México, Lic. Gustavo Díaz Ordaz.
En 1965 participó activamente en la campaña de alfabetización por todo el estado de Yucatán. Al llegar a las comisarías invitaba a la población y, por las noches, a través de instructores comunitarios que él mismo organizaba en las misiones, impartía clases a los adultos. Luego las acciones alfabetizadoras se concentraron en Mérida, Ucú, Yaxcabá, Tixkankal y muchos lugares más hasta cubrir la mayor parte del estado. Gracias a su trabajo constante, el maestro Osorio conoció la mayoría de los municipios y comunidades de Yucatán, principalmente los que se encuentran alrededor de Tizimín, donde a raíz de la promoción que realizó se fueron creando centros colectivos de enseñanza.
Para el siguiente ciclo laboral (septiembre de 1966-junio de 1967) la misión cultural estuvo en Yaxcabá y Sotuta y las comisarías de Zavala y Tixcacal Quintero, desarrollando acciones de desarrollo integral y una campaña intensiva de alfabetización. De septiembre de 1967 a junio de 1968 la misión cultural se instaló en Tixcancal, municipio de Tizimín, y en las comisarías de Chancenote, Dzonot, San Luis Tuc-tuc, San Pedro Juárez, Kabichén, Dzonot Aké, Chun Corral, Santa Elena, San Antonio y Dzonot Carretero, lugares donde también se instrumentó la campaña intensiva de alfabetización. Vigiló y promovió la construcción de más de 90 casas en el municipio de Tizimín, las cuales lamentablemente fueron destruidas por el ciclón Beulah. En compañía de sus compañeros ahí reunidos, unos 21 elementos, trabajó a marchas forzadas en la zona de desastre.
En el siguiente ciclo escolar (septiembre de 1968-junio de 1969) el maestro Osorio estuvo con la misión cultural en Dzoncahuich, donde encabezó una campaña de alfabetización y desarrollo rural y promovió la carretera Temax-Dzoncahuich. De septiembre de 1969 a junio de 1970 laboró como misionero cultural en Maxcanú y Halachó, también con campañas de alfabetización y desarrollo rural, incluyendo a las comisarías de Chancholoch, San Bernardo, Granada, Paraíso, Cepeda, Acú, Sihó y Cuch’Holoch.
Por necesidades de los servicios requeridos, la Misión Cultural Motorizada Núm. 6 se transformó en la Misión Cultural Rural Núm. 96. Durante la permanencia de la misión en esta región recibió en dos ocasiones al Lic. Luis Echeverría Álvarez, la segunda de ellas como parte de una gira de trabajo en su calidad de presidente constitucional de México, quien se sumó a la campaña y asistió a una magnífica exposición de trabajos misioneros. Como jefe de la Misión Cultural el maestro Rafael fue el encargado de conducir los eventos y explicar el funcionamiento y la estructura de las misiones culturales.
A principios de la década de los 70 trabajó intensamente en Tzucacab en la campaña de alfabetización y en el desarrollo integral, brindando apoyo a las comunidades marginadas como Catmis, Sak Becán, Noh Bec, Blanca Flor, El Escondido y Corral. Con el personal de la misión cultural impulsó obras de introducción de energía eléctrica y la construcción de pozos profundos en comunidades marginadas, así como de 80 kilómetros de carreteras rurales o caminos de obra de mano.
De esta manera el maestro Rafael Osorio Hurtado trabajó durante 12 años con la Misión Cultural. A finales de septiembre de 1973 se desempeñó como supervisor de las misiones culturales rurales en Yucatán: la Núm. 96, ubicada en Tzucacab; la Núm. 36, en Quintana Roo; la Núm. 56, en Nohbec; la Núm. 103, en Ucum; la Núm. 125, en Sabán; la Núm. 126, en Tihosuco; la Núm. 139, en Nuevo Xcan; y la Núm. 181, en Kantunilkín. A su cargo estaban cinco profesores rurales de aulas móviles y dos salas populares de lectura. Atendió a las comunidades de Cacao, Sabidos, Botes, Rovirosa, Sergio Butrón Casa, Obregón, Dzulá y Laguna Kaná, entre otras.
En el estado de Quintana Roo las misiones culturales que le fueron asignadas tuvieron una participación muy activa en la conformación de dicha entidad, capacitando y orientando a los alumnos y habitantes de las comunidades en torno a los cambios socioculturales, educativos y políticos que ocurrían en aquel entonces. En el estado de Campeche, en septiembre de 1977, fue nombrado representante estatal de educación en grupos marginados. Al año siguiente se desempeñó como jefe del Departamento de Educación para Adultos de dicha entidad.
En octubre de 1980 regresó a Quintana Roo como subjefe del Departamento de Educación Indígena de la Delegación de la SEP, donde permaneció hasta abril de 1983, toda vez que en mayo del mismo año fue nombrado jefe del Departamento de Educación para Adultos de la Unidad de Servicios Educativos a Descentralizar de la SEP-Quintana Roo.
Avecindado en Yucatán en marzo de 1984, fue nombrado director del Centro Coordinador Indigenista del INI en el municipio de Peto. En febrero de 1985 regresó por más de tres años al campo de las misiones culturales como analista técnico. De 1988 a 2010 se desempeñó como supervisor de la 01 Zona de las misiones culturales rurales números 5, 8, 96, 147 y 187, mismas que prestaron sus servicios en los municipios de Tecoh, Bokobá, Cacalchén, Muxupip, Chicxulub, Ixil, Chichimilá, Chemax, Buctzotz, Mama, Sudzal, Sacalum, Teabo, Chumayel, Sitilpech, Izamal, Tekal de Venegas, Sotuta, Tunkás, Dzitás, Tepakán, Teya, Halachó, Cenotillo y Tixkokob.
Supervisó las salas de lectura números 48 y 49 de Caucel y Chablekal del municipio de Mérida. Durante su vida laboral ha desarrollado investigaciones en pro de la cultura y el desarrollo rural. Ha colaborado con reportajes y artículos de prensa en el diario Por esto!, donde publicó «De las misiones culturales en varios municipios, del 16 al 20 de junio», «Gabriela Mistral y el 75 Aniversario de las misiones culturales», «El ameritado maestro Luis Álvarez Barret», «Tren turístico Mérida-Izamal», «Solicitaron a Gastón Barbachano que pinte el convento franciscano», «Sisal», «La Siempreviva, urge su rescate» y «La Guelaguetza oaxaqueña en Chicxulub Pueblo y las misiones culturales», entre otros. En el Diario del Sureste publicó notas como «Importancia de las misiones culturales en la República» y «Las grutas de Calcehtok».
El maestro Rafael Osorio Hurtado recibió la Medalla “Rafael Ramírez Castañeda” por sus 30 años de servicio educativo (1989). Diez años después le fue conferida la Medalla “Ignacio Manuel Altamirano” (1999) por sus 40 años de servicio. Y, por último, la Medalla “Pablo Moreno y Triay” (2009) por sus 50 años de maestro activo.
En junio de 2009 participó en los ciclos de conferencias y talleres especializados del Primer Encuentro Estatal de Misiones Culturales realizado en la comunidad de Balantún, Tinum, Yucatán, por la Dirección de Programas Estratégicos de la Coordinación Estatal de Educación Extraescolar.
En marzo de 2010 fue presentado como candidato para obtener el reconocimiento de Maestro Distinguido del año, propuesta realizada por el Colectivo de Pensadores Mayas Felipa Poot Tzuc, siendo su representante el Mtro. Carlos E. Gómez Sosa. Con una destacada trayectoria académica y laboral desarrollada durante 52 años en regiones rurales de Yucatan, Campeche y Quintana Roo, el profesor Rafael Osorio Hurtado fue seleccionado para recibir dicho reconocimiento en el marco de las celebraciones del Día del Maestro en 2010 por parte de las autoridades educativas. En el evento, llevado a cabo en la Plaza del Maestro de la Unidad Habitacional Cordemex, el representante del Colectivo leyó la semblanza del homenajeado. Por su parte, el maestro Osorio señaló que durante sus años de servicio emprendió acciones educativas y de desarrollo rural en beneficio de los pueblos indígenas y las comunidades rurales, sembrando siempre la semilla del saber.
Actualmente se dedica a supervisar misiones culturales como la Núm. 1, en Tixkokob; la Núm. 9, en Dzidzantún; la Núm. 3, en Hunucmá; y dos salas de lectura en Chablekal y Caucel. Los alumnos de las misiones son muy importantes para el honorable profesor Rafael Osorio porque ellos, tal como él ha señalado, «aprenden trabajos necesarios para defenderse en la vida; aprenden a hacer una silla, una mesa, y pueden mejorar sus condiciones de vida».
De igual manera, con determinación ha expresado:
Necesitamos más misiones culturales en México, que se dupliquen las ya existentes, que son cerca de 265, para que podamos atender más y mejor a los pueblos olvidados, a los campesinos más pobres; que el dinero que tienen destinado los gobiernos llegue a esas comunidades apartadas porque muchas veces no llega, se queda la mayor parte en las cabeceras municipales. Son pueblos que de verdad necesitan ser atendidos mediante una coordinación efectiva de los tres niveles de gobierno, olvidándose todos de partidismos, poniéndose todos en las horas de crisis a favor de la gente más pobre. Este es el rezago que tenemos en todos los campos, tanto en salud como en educación y empleo.
En junio de 2014 cumplió 55 años ininterrumpidos de labor educativa, ante lo cual él insistió: «Y no me arrepiento; si muero y vuelvo a nacer, vuelvo a ser maestro».
Marion Guadalupe Garrido May
Continuará la próxima semana…