XVIII
NIDIA ESTHER ROSADO BACELIS
(1918 – 2005)
Maestra Distinguida 1996
“Los cuentos pertenecen al mundo legítimo y artístico de las concepciones humanas ennoblecidas por el espíritu que las anima. Por todo esto constituyen, sin la menor duda, un paso firme en el campo de las letras regionales. La obra no sólo merece elogio por sus méritos sino también estímulo porque su ejemplo favorece el progreso de nuestro arte literario. El alma de su autora se transparenta en sus páginas. De ahí la emoción de bondad, de claridad y de elevada fantasía que vive en esta verdadera antología de su producción.»(1)
Este es un fragmento del prólogo de Cuando la feria acabe, escrito por el poeta Ermilo Abreu Gómez, en el que apoya el inicio de la vida literaria de su amiga escritora, docente y gran promotora de la literatura yucateca. Nidia Esther Rosado Bacelis nació el 28 de mayo de 1918 en la ciudad de Mérida, Yucatán, hija de doña Eladia Bacelis viuda de Rosado. Creció en el barrio de Santa Ana con su madre y sus hermanos Carlos, Leopoldina y Haydeé, quienes le llevaban más de 10 años y le decían de cariño Teté.
Inició sus estudios en la Escuela Primaria Andrés Quintana Roo. En 1931 se matriculó en la Escuela Secundaria Adolfo Cisneros Cámara que se encontraba en el exconvento de las Madres Concepcionistas. Ávida de conocimiento, fue una muchacha inquieta que participaba en la política de la escuela y se unía a organizaciones de adolescentes dispuestos a alzar la voz en contra de la desigualdad social.
En 1935 concluyó la secundaria. De condición humilde, no tenía los recursos para estudiar la carrera de abogada que tanto le hubiera gustado, ya que se trataba de mínimo siete años para poder titularse. Entonces se propuso estudiar para profesora y con ello complacer a su madre, pero debido a problemas relacionados con las modificaciones del plan de estudios se vio en la necesidad de inscribirse en la preparatoria del Instituto Literario de la Universidad Nacional del Sureste. En diciembre de 1937, después de permanecer sólo un semestre, decidió dejar la preparatoria, toda vez que ya había podido incorporarse a la Escuela Normal de Profesores, entonces ubicada en la calle 62 por 45. Al iniciar con sus prácticas profesionales, a principios del segundo año de la carrera, fundó junto con otros compañeros la Escuela Nocturna para Obreros Máximo Gorki (2) en el mismo local de la Normal.
En 1938 obtuvo el título de Profesora de Educación Primaria Elemental y Superior. A partir de ese año y hasta 1948 impartió clases en diversas escuelas, principalmente rurales, como la Guillermo Palomino de la villa de Tecoh, la Albino J. Lope de la villa de Acanceh, la David Vivas Romero de la ciudad de Mérida y la Candelaria Ruz Patrón del puerto de Progreso. De 1951 a 1978 fue catedrática de la Escuela Normal Rodolfo Menéndez de la Peña. En sus primeros años ofreció la cátedra de paidología en sustitución del maestro Luis Álvarez Barret; luego continuó con las cátedras de lengua castellana, psicología general, escritura y técnica de la enseñanza audiovisual y teatro. De 1973 a 1978, año en que se jubiló, fue directora de la Benemérita y Centenaria Normal de Educación Primaria Rodolfo Menéndez de la Peña.
En 1953 recibió el nombramiento de dibujante auxiliar del taller de material didáctico en sustitución del maestro Armando García Franchi. De 1949 a 1973 fue secretaria de la Oficina de Audiovisual del Departamento de Educación Pública del Estado. De 1957 a 1973 impartió clases en la Secundaria Dr. Eduardo Urzaiz Rodríguez. A finales de los años 50 viajó a la ciudad de México para tomar un curso intensivo de técnica audiovisual. En 1960 fue becada por el Gobierno del Estado para estudiar el posgrado de Técnica de la enseñanza audiovisual en el Instituto Politécnico Nacional (IPN). En 1961, al transformarse la Oficina de Enseñanza Audiovisual en Dirección, impartió cursos sabatinos a los docentes de la entidad.
Mujer activa, en 1963 fue integrante de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, miembro correspondiente del Seminario de Cultura Mexicana desde 1979 y miembro del Consejo Consultivo de Educación Normal a nivel nacional.
En 1981 fundó con varios escritores el Grupo Literario Clemente López Trujillo y en 1982 el Taller de Literatura Carlos Moreno Medina y el Círculo de Estudios Históricos Alfredo Barrera Vásquez, integrado por estudiosos de la cultura y la historia. También fundó y coordinó la biblioteca circundante Alberto Cervera Espejo y se desempeñó como directora del Taller de Teatro Virgilio Mariel del Grupo Literario. Formó parte del Consejo Consultivo del Instituto de Cultura del Estado y, en 1986, fue jefa del Departamento de Comunicación Educativa de la Dirección General de Educación.
Al jubilarse en 1978 se dedicó a escribir para el Diario del Sureste e incrementar su producción literaria. En los talleres de lectura alentaba a los futuros escritores a compartir sus experiencias de vida y no abandonar su vocación de escribir y luchar por sus sueños.
En su vasta producción literaria se encuentran Cuando la feria acabe (1959), antología de cuentos reeditada en 1984, con prólogo de Ermilo Abreu Gómez: Cuentos de caballete y mural (1977); En morado y azul (poesía, 1978), con prólogo de Humberto Lara y Lara; Cuentos y anécdotas de Yucatán. Antología (1981); Introducción de la enseñanza Normal en Yucatán (1987); Suyunché. Los descendientes del padre Bruno (1989); Congreso Femenil 1957 (1990), coautora junto con Fidelia Sánchez Mendiburu; Gotero del buen humor (1992); Huellas del umbral, autobiografía; Registrando cajones (1998); Notas periodísticas, crónicas y críticas literarias (1999); Cápsulas noticiosas: nostalgia en imágenes 1980-2000 a la memoria de Clemente López Trujillo (2000); Cardos en la ruta, autobiografía, segunda parte (2002); y El mucbilpollo de don Pancho, obra teatral costumbrista. Entre sus obras inéditas se encuentran la pastorela El nacimiento de Jesús (1993) y la comedia El compadre Fermín Mota, así como Vida y obra de don Ermilo Abreu Gómez, 1894-1971: ensayo conmemorativo en el CX aniversario de su nacimiento (2004), y En la última frontera (2005).
Desde 1948 colaboró con artículos en medios impresos como el Diario del Sureste, Novedades de Yucatán, Mayab (órgano informativo de los henequeneros), Por esto! y Orbe (revista de la Universidad Nacional del Sureste).
Entre los logros y reconocimientos a los que se hizo acreedora destacan el primer lugar del concurso de cuento de la Dirección de Educación Pública (1975); la presea de la Sociedad Nacional de Geografía y Estadística (1981); el premio único del certamen de composición poética «A la reina mestiza de Yucatán»; la Medalla Yucatán 1987 junto con el profesor e historiador Fidelio Quintal Martin y el actor Héctor Herrera «Cholo», entre otros; la Medalla Humberto Lara y Lara 1994; el reconocimiento de Maestra Distinguida en 1996 por parte de la Secretaria de Educación del Gobierno del Estado de Yucatán (SEGEY) y la placa correspondiente en la Plaza del Maestro, el Premio de Literatura Antonio Mediz Bolio 1998; y mención honorifica en el concurso «Los cuentos de los abuelos» en 1991.
En 1994 fue jefa de promoción cultural y directora de la Biblioteca del Instituto de Seguridad Social de los Trabajadores del Estado de Yucatán (ISSTEY), responsabilidades que adquirió de manera sorpresiva: al realizar cambios en su casa y preocupada por el destino de sus libros decidió donarlos a la recién inaugurada biblioteca; su solicitud fue aceptada y así fue que comenzó a asistir todos los días a ese lugar para fomentar la lectura y el cuidado de los libros. Pasada una quincena le comunicaron del cobro de un sueldo y le ofrecieron que se quedara a trabajar ahí, lo cual hizo hasta su fallecimiento. Actualmente la Biblioteca del ISSTEY lleva su nombre y está ubicada en la calle 43 por 60, en contraesquina del parque de Santa Ana. En 2009 las autoridades del ISSTEY y la SEGEY colocaron la placa alusiva a tan distinguida docente.
Admirada maestra, novelista, cuentista, ensayista e investigadora, luchó para ganarse un lugar en las letras yucatecas en tiempos en los que las mujeres no tenían permitido participar en las tertulias de los escritores. Sin importarle los estigmas sociales, ella comenzó a asistir a las reuniones, rodeándose poco a poco de varias personalidades que marcaron el contexto de la literatura yucateca: Antonio Betancourt Pérez, Artemio Alpizar, Eduardo Urzaiz Rodríguez, Leopoldo Peniche Vallado y Ermilo Abreu Gómez, entre otros.
En enero de 2005, acompañada de sus seres queridos, la profesora Nidia Esther Rosado Bacelis de Figueredo falleció en la ciudad de Mérida a la edad de 86 años. Sus objetos, reconocimientos, preseas y publicaciones fueron donados al Patronato Pro Historia Peninsular (Prohispen) para su conservación. De igual manera, la Biblioteca del Maestro de la Casa de la Historia de la Educación de Yucatán, perteneciente a la SEGEY, recibió por conducto de su sobrino Carlos Díaz Rosado parte de su producción literaria, la cual está a disposición del público interesado.
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1 Abreu Gómez, Ermilo, «Prólogo», en Rosado Bacelis, Nidia Esther. Cuando la feria acabe, (antología), Ediciones de la Universidad de Yucatán, 1959.
2 Máximo Gorki fue el seudónimo utilizado por Alekséi Maksímovich Peshkov, nacido el 28 de marzo de 1868 en Moscú y fallecido el 8 de junio de 1936. Fue escritor y político ruso identificado con el movimiento revolucionario soviético.
Marion Guadalupe Garrido May
Continuará la próxima semana…