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Maestros Distinguidos 1980 – 2014 – XII

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XII

VICTOR MANUEL MARTÍNEZ HERRERA

(1896-1970)

Maestro Distinguido 1990

Escribir sobre la vida y obra del distinguido profesor Martínez Herrera implica adentrarnos en la época de oro de la canción yucateca, de los músicos, las cantilenas, los géneros musicales y las musas que inspiraban a los jóvenes trovadores. En esos tiempos los poemas eran inmortalizados por grandes músicos yucatecos.

Víctor Manuel Martínez Herrera nació en la villa de Cansahcab, Yucatán, el 13 de agosto de 1896. Sus padres fueron Manuel Jesús Martínez Herrera y Manuela Herrera Loría. Cursó la primaria elemental en su tierra natal y luego se trasladó a la ciudad de Mérida para continuar sus estudios en el Instituto Literario del Estado, donde mostró su vocación para la enseñanza. Sus maestros Manuel Alcalá Martín y Mauro López Sosa lo orientaron a incorporarse a las actividades educativas (1).

En 1913 se graduó de dicho Instituto, aprobando el examen de Profesor de Enseñanza Elemental y Superior. A partir de entonces inició la labor docente que con el paso de los años le hizo recibir numerosos reconocimientos. No obstante, años después también estudió en la Escuela Normal Rodolfo Menéndez de la Peña (1933), donde también se tituló. Combinó las actividades pedagógicas y magistrales con su vocación de poeta, periodista, autor musical y teatral.

En 1918, con la colaboración del músico Pepe Domínguez, organizó estudiantinas y grupos teatrales en su querida villa natal y comunidades cercanas, alentando a niños, jóvenes y adultos a participar, conocer, cantar, bailar y aprender. En 1919, en el Teatro Olimpia de la ciudad de Mérida, estrenó su obra regional Pancha Pinto, y dos años después, en compañía de Pepe Domínguez y Candelario Lezama, organizó estudiantinas para el Carnaval de Mérida, siendo designado para escribir los bandos y testamentos de Juan Carnaval. Años después escribió Xhotil, obra en tres cuadros, de temática mayense, presentada en el Teatro Felipe Carrillo Puerto de la Casa del Pueblo el 15 de mayo de 1930. La obra, musicalizada por Carlos Marrufo Cetina, contó con la orquestación y dirección musical del maestro Efraín Pérez Cámara; los roles principales fueron interpretados por Alina Mireya Martínez, Felipe Castillo Vega y Pepe Domínguez (2).

Gerónimo Baqueiro Foster comenta:

Sus primeras letras las escribió para Pepe Domínguez en la culta Cansahcab, en un entusiasta coro integrado por Rubén Darío Herrera, Felipe Castillo Vega, Gregorio e Isauro Méndez, Fernando Castillo V. y Santiago Santana, entre otros. Este grupo acudía con frecuencia al pintoresco puertecillo de Chabihau en busca del hechicero ambiente de la temporada veraniega y en respuesta a la cordial invitación del caballero Nazario Campos Palma y la gentil dama Isabel Méndez. Desde entonces su obra artística ha sido bellamente multifacética. En algunas ocasiones, embrujado por las leyendas y tradiciones del Mayab, escribió basado en el folclore; otras, fue en las serenatas amorosas donde su lira vibró emocionada (3).

Impulsó la publicación anual del magazín carnavalesco Confetti, el cual apareció de 1933 hasta los años sesenta. Fue autor de la zarzuela Eméritas hispanas, con música de Pepe Domínguez. Esta obra musical, presentada en el Teatro José Peón Contreras el 30 de enero de 1934, consta de un prólogo y tres cuadros: Mérida la española, Mérida de Venezuela y Mérida la mexicana.

A partir de 1933, graduado como profesor normalista, impartió clases en las escuelas Santiago Meneses y Eligio Ancona, fue inspector escolar en Maxcanú y Tixkokob, y dirigió las escuelas Melchor Ocampo y nocturna José María Pino Suárez. Ese mismo año escribió Geografía moderna de Yucatán, libro de texto para tercer año que cuenta en su haber con 16 ediciones. Otras de sus importantes aportaciones didácticas fueron Cuadros históricos del pueblo maya y Cantos escolares, este último para primer grado de primaria, con canciones como Los caballitos del Carrusel, La canción de las vocales y Jicaritas de Ticul, con el propósito de enseñar a los niños a través de la música y el juego. Su labor de profesor lo llevó a recorrer muchas poblaciones del sureste del país, lo que representó para él una oportunidad para inspirarse y crear, con ello despertó el interés por las artes entre los habitantes de las comunidades que visitaba.

Su devoción por la cultura maya hizo que en 1934 escribiera las letras de 13 danzas mayenses que integran el magnífico álbum Canto de la tierra del Mayab, musicalizadas por Carlos Marrufo Cetina, con excepción de El romance de Hunaccel, que fue musicalizada por Pepe Domínguez. Publicado por Editorial Cultura Obrera en la Feria de Mérida, el álbum contiene las partituras de piano de La danza de fuego, La muerte del rey Chacmol, El humpictok, La visión del Kukulkán, El tunkul, La leyenda de xtacumbil xunaan, El sac-bé, Diálogo de dulce, El sabucancito, El calabacito, Sac-Nicté, Kabul y El romance de Hunaccel. La portada fue elaborada por Aurelio Juárez y el prólogo por el profesor Guillermo Gamboa. También incluye un vocabulario de términos mayas. En 1966 la editorial Tohil hizo una segunda edición bilingüe español-inglés. Para la conservación de esta gran obra varios ejemplares fueron restaurados en el Fondo Reservado de Centro Regional de Investigación, Documentación y Difusión Musicales Gerónimo Baqueiro Foster (4).

En 1937 fundó la Escuela Federal Tipo Belisario Domínguez en Chetumal, Quintana Roo, y fue inspector escolar y jefe de las misiones culturales de la Secretaría de Educación Pública, recorriendo diversas poblaciones rurales de los estados de Campeche y Tabasco. Eras misiones consistían en alfabetizar a los habitantes, asesorar y capacitar a los profesores organizados y fomentar entre la población la mejoría de sus capacidades productivas, ello mediante actividades sociales, culturales y recreativas en las que el profesor Víctor recurría a la música.

Fue autor de las letras de las canciones Abanicos (1929), Beso asesino (clave, 1930), Aquel beso (1930), Mérida noble (1931) Fantasía morisca, Por ese beso, Beso palpitante, Reclamo, La canción del ranchero, Flores muertas, y Dime amada mía, musicalizadas por Pepe Domíguez (5), así como de Mi guitarra vuelve, Mi olvido, Promesas, Retorno y Dulce esperanza de amor. Reminiscencias y Frivolité fueron realizadas con el compositor Manuel López Barbeito, y Margarita Rosa, con el “Chel” Cáceres. Estas creaciones poéticas convertidas en canciones estaban inspiradas en la mujer, la tradición yucateca y la cultura maya.

Como cantilenista asoció su creatividad con la de compositores como Rubén Darío Herrera, con quien hizo la letra de la canción Tú estarás en la reja y también escribió Avecita, del mismo Rubén, pero con Pepe Domínguez. La canción Mérida noble fue estrenada en el marco de la fundación de la ciudad el 6 de enero de 1934. Asimismo, participó en revistas musicales como Estampas del Sureste, musicalizada por el maestro José López e interpretada por la compañía teatral de Daniel “Chino” Herrera, realizando 106 representaciones; Guitarras de mi tierra, con música del bambuquista yucateco Ernesto Paredes; y Lo que no saben los gringos, Rayito de Sol y Torcacitas, basadas en las canciones de Guty Cárdenas y Pepe Domínguez.

Fue periodista del Diario del Sureste y del Diario de Yucatán, medios donde publicó artículos pedagógicos, geográficos e históricos. En su revista Confetti dio a conocer trabajos como la historia de Carnaval de Mérida, de las estudiantinas y de la vida bohemia en la ciudad. También colaboró en las revistas Campana –de los hermanos del Río–, La Cucaracha, La Caricatura, y El Panteón Cómico. Fundó y dirigió las revistas Musas Latinas, Labor Social y Clamor Obrero. Editó Tábano y La Nauyaca. En sus escritos de crítica a la sociedad yucateca y en general utilizó seudónimos como Titonel, Aquiles Enchilo, Ruy Tostón y Juan Xool, aunque el maestro Víctor tenía apodo y era bien conocido como El Chaleco.

El 31 de octubre de 1949 fue funfada la Sociedad Artística Ricardo Palmerín, en casa del compositor Fausto R. Cámara Zavala, con el objetivo de exaltar la memoria de los compositores y poetas de la época de oro de la trova yucateca e impulsar a sus asociados a componer nuevas canciones de alta calidad. El profesor Víctor fue miembro fundador y comisionado de prensa de esta asociación.

A mediados de la década de los 50, el profesor Víctor Martínez asistía al Café El Fililí, ubicado en la planta baja del antiguo Olimpo. A las puertas se reunían grupos de trovadores en espera de ser contratados para llevar serenatas. Ahí se encontraba con otros poetas como Ermilo Padrón López, Manuel Díaz Massa y Manuel Montes de Oca, quienes llegaban con sus composiciones recientes para compartirlas con sus compañeros de trova, o bien improvisaban epigramas festivos para el regocijo de todos (6).

En 1966 publicó el folleto Antología de las estudiantinas de Yucatán con coplas carnavalescas de varios autores, tales como Los tecolines, Amor gatuno, (1933) y The bell boys (1936), musicalizadas por Pepe Domínguez. En 1967compiló Canciones de Yucatán con 30 partituras para voz y piano de canciones de diversas épocas (7).

En 1968 solicitó su jubilación magisterial, siendo profesor de sexto grado en la Escuela Federal Melitón Salazar de la ciudad de Mérida, después de una larga trayectoria en la enseñanza: 55 años de servicio recorriendo varios estados de la República, promoviendo la herencia milenaria de la cultura maya y alfabetizando a las comunidades más necesitadas. Obtuvo las medallas “Ignacio Manuel Altamirano” y “Pablo Moreno Triay” (8). En 1969, con el apoyo del Club Rotario publicó el folleto Carnaval de Mérida a través del tiempo. El 14 de mayo de 1970 recibió un merecido homenaje del mencionado club por su destacada labor docente y valiosa aportación al folclore de la cultura maya.

El profesor Víctor M. Martínez Herrera falleció en Mérida el 29de diciembre de 1970. Hombre prolífico, infatigable y versátil; fue enterrado en el Cementerio General ante la presencia de familiares amigos y público en general que fue a despedirse de este gran músico y poeta. En su memoria una escuela secundaria de Cansahcab lleva su nombre. Desde 2004 un retrato al óleo con su imagen forma parte de la galería de poetas del Museo de la Canción Yucateca.

Al cumplirse 116 años de su natalicio, sus restos fueron trasladados al Monumento de los Creadores de la Canción Yucateca, ubicado en el mismo Cementerio General y construido por la Sociedad Artística Ricardo Palmerín. La urna fue llevada por Víctor Manuel Martínez Ortega, nieto del profesor, mientras era interpretada la canción de su autoría Mi tierra. A la ceremonia asistieron también sus hijas María Martínez Novelo viuda de Alcocer y Adda Minué Martínez viuda deLoría, el titular de la Secretaría de la Cultura y las Artes (SECAY) y miembros de la Asociación Ricardo Palmerín representada por el Prof. Luis Pérez Sabido, entre otras personas que lo conocieron, quisieron y admiraron.

El 15 de mayo de 1990 la Secretaría de Educación del Gobierno del Estado de Yucatán le otorgó el reconocimiento de Maestro Distinguido y develó una placa en su honor.

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(1) Homenaje rendido por el Club Rotario de Mérida al Profr. Víctor M. Martínez Herrera el 14 de mayo de 1970. Invitación, Club Rotario de Mérida, Yucatán, 1970.

(2) Pérez Sabido, Luis, “Las cenizas del poeta Víctor M. Martínez serán depositadas en el Monumento a los Creadores de la Canción Yucateca”, en www.poresto.net, revisado el 19 de junio de 2013.

(3) Baqueiro Foster, Gerónimo. La canción popular de Yucatán (1850 – 1950), Editorial del Magisterio 1979, p. 104.

(4) Pérez Sabido, Luis. “Cantos de la tierra del Mayab”, en Diccionario de la canción popular de Yucatán, Instituto de Cultura de Yucatán, 2010, p. 94.

(5) Pérez Sabido, Luis, “Las cenizas del poeta Víctor M. Martínez serán depositadas en el Monumento a los Creadores de la Canción Yucateca”, en www.poresto.net, revisado el 19 de junio de 2013.

(6) Pérez Sabido, Luis. “Cafés bohemios de Mérida”, en Diccionario de la canción popular de Yucatán, Instituto de Cultura de Yucatán, 2010, p. 79.

(7) Pérez Sabido, Luis, “Las cenizas del poeta Víctor M. Martínez serán depositadas en el Monumento a los Creadores de la Canción Yucateca”, en www.poresto.net, revisado el 19 de junio de 2013.

(8) Homenaje rendido por el Club Rotario de Mérida al Profr. Víctor M. Martínez Herrera el 14 de mayo de 1970. Invitación, Club Rotario de Mérida, Yucatán, 1970.

MARION GUADALUPE GARRIDO MAY

Continuará la próxima semana…

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