MAESTROS DISTINGUIDOS
1980 – 2014
INTRODUCCIÓN
Lo difícil no es recordar, sino encontrar un cierto
orden para el gozoso fluir de la memoria.
JUAN GARCÍA PONCE.
Destacados profesores y profesoras han recibido el reconocimiento Maestro Distinguido del Año, otorgado cada 15 de mayo por la Secretaría de Educación del Gobierno de Yucatán (SEGEY) como parte de las diversas actividades instituidas en conmemoración del Día del Maestro.
El 15 de mayo de 1980 dio inicio la entrega de este reconocimiento a los maestros que a lo largo de su trayectoria se han preocupado por crear, compartir y dedicar a la sociedad sus pensamientos, aportaciones, inquietudes y acciones de mejoría en el ámbito educativo. Todo ello ha sido compilado en las 35 semblanzas reunidas en este libro, las cuales contribuyen a la explicación y comprensión del proceso educativo en la región, desde finales del siglo XIX hasta la actualidad, toda vez que algunos maestros distinguidos continúan compartiendo sus conocimientos en diversos niveles educativos.
Aquel Día del Maestro de 1980 fue ofrecido un gran repertorio de actividades, convirtiéndose en una conmemoración distinta a las que se habían llevado a cabo anteriormente. Un año atrás, el 27 de septiembre de 1979, en el Diario Oficial del Gobierno del Estado de Yucatán, se había decretado este homenaje anual a los maestros, instituyéndose una ceremonia en la que se proveyó un espacio ubicado en la Unidad Habitacional Revolución Cordemex, en la ciudad de Mérida, destinado a ser la sede oficial de estos reconocimientos.
Este decreto fue aprobado en sesión de cabildo, siendo presidente municipal de Mérida, el Lic. Gaspar Gómez Chacón, y gobernador el Dr. Francisco Luna Kan. Para el Ayuntamiento era importante contar con espacios de convivencia sana, generadores de cultura para el desarrollo de la ciudad, por lo que constituyó un acierto el acuerdo permanente de honrar a los maestros con la denominación de Avenida del Maestro a la vía de acceso principal a la Escuela Normal Urbana Rodolfo Menéndez de la Peña, así como la construcción de una plaza cívica en la que se levantaría un monumento dedicado a los maestros y un parque para los vecinos de Cordemex, frente a la Normal.
Si bien se contaba con un lugar para la entrega de tan importante reconocimiento, la elección del maestro laureado implicaba una mayor responsabilidad. Para tal efecto fue creada una comisión coordinada por el Ayuntamiento de Mérida y compuesta por representantes del Gobierno del Estado, la Universidad de Yucatán, el Tecnológico Regional de Mérida, la Escuela Normal Superior de Yucatán, la Escuela Normal Urbana Rodolfo Menéndez de la Peña y la Escuela Normal de Educación Preescolar.
De enero a marzo se llevó a cabo la recepción de candidaturas provenientes de todas las instituciones educativas y culturales de la entidad que quisieran participar. Una vez cerrada la convocatoria, la comisión emitiría el laudo a mediados de abril y organizaría la ceremonia de entrega en el marco de las celebraciones del Día del Maestro.
Así dieron inicio los nuevos actos cívicos en honor a los maestros, a quienes la noche anterior se les ofreció una serenata en la Ermita de Santa Isabel, en el centro de la ciudad. El 15 de mayo de 1980, desde muy temprano, las radiodifusoras locales transmitieron Las mañanitas dedicadas a los maestros en su día. En punto de las ocho de la mañana, en la Plaza Cívica, fue develada la primera placa conmemorativa, en este caso, a la ceremonia de la maestra Raquel Dzib Cicero. Posteriormente fue entonado el Himno de Yucatán, se colocó una ofrenda floral y se abanderó a las escuelas secundarias Raquel Dzib Cicero de Umán Adolfo Cisneros Cámara y Federal núm. 5 de Mérida, Ermilo Abreu Gómez de Acanceh, y Emiliano Zapata de Hunucmá. La Banda del Estado interpretó una pieza musical, dando pie a las palabras alusivas a cargo del Prof. Marcial Novelo Briceño. Las autoridades ahí presentes otorgaron el documento que amparaba la donación de un terreno a la Sección 57 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) para la ampliación de su local. La ceremonia concluyó con la entonación del Himno Nacional Mexicano.
Las celebraciones continuaron a la seis de la tarde en el Palacio Cantón con la ceremonia de entrega de la Medalla “Raquel Dzib Cicero”, reconocimiento a los profesores del estado con 30 años de labor magisterial. En el acto fue impartida la conferencia magistral La obra educativa del General Salvador Alvarado en Yucatán, a cargo del Prof. Humberto Lara y Lara, realizándose posteriormente la lectura del Decreto de creación de la Medalla y la entrega de preseas a los maestros. La ceremonia concluyó con un discurso del gobernador del Estado, Dr. Francisco Luna Kan.
En mayo de 1983 fue inaugurada la Plaza Cívica por el gobernador del Estado, Gral. Graciliano Alpuche Pinzón, y el presidente municipal de Mérida, C. Guido Espadas Cantón, quienes entregaron un parque de tres plazas visualmente integradas y unidas por andadores: la Plaza del Maestro, con estrado y elementos para fijar las placas conmemorativas; un espacio con arriates y bancas de conversación y un área con juegos infantiles.
El 18 de febrero de 1987 fue publicado en el Diario Oficial el Acuerdo núm. 50 que estableció un cambio de nombre al homenaje del maestro, llamándolo así Reconocimiento Maestro Distinguido del Año, dirigido a los profesores destacados por su labor educativa y sus aportaciones en el campo de la cultura, ocho años después de haberse llevado a cabo anualmente el homenaje a los maestros bajo ese mismo concepto.
Dicho acuerdo incluyó al igual un cambio relacionado con la selección de los profesores recipiendarios: en el Artículo Primero se hizo expresa la posibilidad de entrega tanto a profesores en vida como de manera póstuma. De igual manera, en al Artículo Segundo, en relación con el jurado, fue la representación de los Servicios Coordinados de Educación Pública en el Estado, el Instituto de Cultura de Yucatán, la Academia Yucatanense de Ciencias y Artes y las secciones 33 y 57 del SNTE. Y en el Artículo Tercero fue patentizada la develación de la placa alusiva en la Plaza del Maestro, nombre con el que se designó a la Plaza Cívica.
En 2003, en el Acuerdo núm. 28 del Diario Oficial, firmado el 25 de febrero por el Gobierno del Estado, fue incluida la participación de otras instituciones educativas con el objetivo de brindarle al reconocimiento mecanismos que confirieran transparencia a la selección de candidatos, así como determinar las normas para su entrega.
De 1980 a la actualidad han sido reconocidos 35 maestros –13 mujeres y 22 hombres– que han trabajado incansablemente por el desarrollo de la educación en la entidad. Cada año son propuestos candidatos en servicio, jubilados, pensionados y/o activos que han sobresalido por su conducta, trayectoria, servicios o acciones docentes. La convocatoria está basada en cuatro importantes ejes para evaluar y dictaminar las candidaturas: formación docente, trayectoria laboral en el ámbito educativo, actividades extraescolares con proyección social y aportaciones valiosas y productivas a la educación.
La SEGEY, a través de la Casa de la Historia de la Educación de Yucatán, como parte de sus proyectos de investigación, estableció la elaboración de las semblanzas de cada maestro que ha recibido el reconocimiento, en este caso docentes nacidos entre 1867 y 1949. El proyecto inició en 2011 con entrevistas personales y la producción de videos con algunos de los maestros distinguidos, trabajo que continuó con una exhaustiva investigación bibliográfica, hemerográfica y fotográfica, así como con otra serie de entrevistas.
Con la consulta bibliográfica fue contextualizado históricamente el ambiente educativo, laboral y social de cada maestro distinguido y fueron incluidas citas de algunos libros escritos por ellos. La consulta hemerográfica abarcó notas periodísticas de su autoría en diversos periódicos y revistas de la ciudad, así como información de las actividades conmemorativas del Día del Maestro. De igual manera, se tuvo acceso a documentos del Fondo de Maestros Distinguidos del Archivo de la Casa de la Historia de Yucatán (ACHEY) y de los archivos de escuelas en las que algunos profesores trabajaron, tales como las secundarias Agustín Vadillo Cicero y Adolfo Cisneros Cámara.
Parte fundamental de este trabajo fue la participación de los propios maestros que dieron acceso a sus archivos personales de documentos y fotografías, que ayudaron al mismo tiempo, a la elaboración de sus semblanzas, externando anécdotas, alegrías, tristezas y su espiritualidad en cada entrevista realizada.
Agradezco a los maestros Fidelio Quintal Martín, Elly Marby Yerves Ceballos, Yolanda Noemí Carrillo Piña, Rafael Osorio Hurtado, Janitzio Enrique Durán Castillo, Amelga María Moguel Aguilar, María Asunción Valle Carrillo, Bartolomé Alonzo Caamal, Effy Luz Vázquez López, Russell Ramón Vallejo Sánchez, Alba Isela Aguilar Montalvo y Nidia Magdalena Góngora López por haberme contado sus experiencias de vida en los ámbitos educativo y familiar, su crecimiento como personas al ser profesores de aula, directores, inspectores, misioneros culturales y capacitadores. Vidas que han quedado plasmadas en el presente libro.
De igual forma agradezco al Ing. Emiliano Canto Quintal, a la Mtra. Alma Yol-Itzma Pérez Elorreaga, a la Sra. Genny Liduvina Espinosa Durán e hijos, a la Mtra. Dalia Concepción Jiménez García y al Dr. Óscar Manuel González Cuevas por haberme aportado valiosa información de sus familiares, maestros distinguidos.
Este libro está dedicado a los docentes, alumnos, administrativos y población en general involucrados en el ámbito educativo. Espero que su lectura ayude a conocer y analizar el gran legado de los maestros en pro del desarrollo de la educación y que, con su ejemplo, construyamos mejores espacios educativos dentro y fuera de las aulas.
MARION GUADALUPE GARRIDO MAY
Continuará la próxima semana…