ATISBANDO EL ARTE
LUCY PROVEDO EN CLAVE DE SOL
Hoy estuve seleccionando algunos poemas para el libro “Las Calles”. Cuando ordené el poema “Las Calles No Terminan” que escribí sobre Marianao en La Habana, Cuba, mis recuerdos me llevaron a dos personas que me dieron amistad y conocimientos culturales: Xiomara Villarreal, encargada del protocolo del Ministerio de Educación y Cultura de Cuba, y Lucy Provedo, artista nata en la tesitura de soprano clásica y ligera.
Lucy se graduó en los Conservatorios Alejandro García Xartula y Amadeo Roldán, iniciando su carrera como concertista en 1970. En 1973 alcanza el premio UNIÓN, de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, donde nos conocimos cuando era titular el escritor Abel Prieto.
Nuestra amistad se estrechó cuando conocí a su esposo Félix Guerrero (+), uno de los grandes directores cubanos de orquesta, quien fuera director de la Orquesta Sinfónica del Gran Teatro de La Habana, arreglista y compositor en Nueva York con la Orquesta de Adré Kostelanetz, además de admirable amigo. Las descargas musicales en su domicilio de Marianao eran frecuentes, con lo más granado de cantantes y pianistas de la Antilla Mayor. Lucy estudió en el Instituto Superior de Arte de Cuba, titulándose en 1980 e inicia sus estudios superiores de interpretación con la prestigiosa mezzo Giulietta Simionato en “La Scala” de Milán.
Desde 1979 inicia su carrera como concertista vocal en salas y teatros de Cuba, alcanzando un espectro interpretativo que va desde la Ópera Clásica y Romántica, hasta las más audaces obras de repertorio contemporáneo Universal.
Como solista de la Ópera Nacional de Cuba ha interpretado como figura prima en numerosos escenarios internacionales: Hungría, Polonia, Bulgaria, Argelia, URSS, Alemania, Corea, China, y Checoeslovaquia entre otros.
Por su conocido prestigio interpretativo han delegado en ella el estreno mundial de sus obras figuras como Leo Brower, Félix Guerrero, Harold Gramatges, Agustín Hioch, y otros compositores.
Ha recibido numerosos premios y distinciones, entre los que se encuentran el Premio Nacional de Canto – que otorga la Unión de Escritores y Artistas de Cuba – y el Premio de Interpretación en el Festival de Primavera en Corea. Le fue otorgada también la Orden Meritoria por la Cultura Nacional de Cuba.
Su afabilidad y simpatía la trasmite siempre y sin poses. He tenido la suerte de participar con ella en muchos de sus eventos: Conciertos en la Sinagoga de El Vedado; Veladas musicales los domingos en la tarde en el Museo de las Artes Figurativas – donde hice algo de mi poesía escrita en Cuba; Boleros de oro, el festival más importante de América Latina en este género; en la Sala Villena de la UNEAC – donde le dio el espaldarazo al trío “Los Ángeles”, de José y Cesar Marrufo, con Wilbert Bates, cuando tenían 17 años de edad, y los dos primeros son parte de “Los Juglares” – el mejor grupo musical de trova de México – que ilustraron mi conferencia sobre “Guty” Cárdenas en la Sala Villena de la UNEAC; en el Museo de la Música de Cuba, cuando compartimos lugar con Esther Borja, y cerró su recital con la obra de Lecuona, “Noche Azul”, como hace en todos sus eventos; la noche maravillosa a la que me invitaron ella y Félix al homenaje a Rosita Fornés y a Cholito Soler –consagrados del teatro en Cuba – donde ambos actuamos y me permití hacer un poema a esta cupletista y genial actriz que fue mi compañera de asiento en el teatro “El Sótano”, en Vedado; las descargas en su domicilio donde Milanés y Ruiz Elcoro eran los pianistas acompañantes, y alguna vez con Nelson Camacho, que le dieron su sitio a mis compañeros de trova Ileana Cortés, Maricarmen Pérez y Filiberto Aguilar, con la presencia de Félix Guerrero, Israel Martínez, sin faltar sus padres, con quienes compartimos el pan y la sal en su mesa.
Mantengo comunicación con Lucy un par de veces por mes. Conservo sus envíos de sus actuaciones y recitales ahora en Miami, acompañada del piano de José Ruiz Elcoro, donde con sus conferencias siguen sosteniendo el prestigio de la cultura musical cubana.
Como dijera mi padre: Sic Semper.
ALFONSO HIRAM GARCÍA ACOSTA