LXXXI
LOS NIÑOS PASAN
Los niños pasan con sus libros bajo el brazo,
blancos de pensamientos, blancos en sus aliños,
llenando de gorjeos la avenida a su paso…
¡No hay música más bella que la voz de los niños!
Transeúnte que pasas distraído por la calle,
descúbrete y detente; tal vez se halle
en ese grupo anónimo,
incógnita que cruza tu camino
con ritmo sibilino,
de la Patria el panida epónimo que cante
su epopeya gigante.
O algún hijo de Marte,
el belicoso olímpida,
que transforme los planos de la tierra
de parte a parte
al trote del corcel de guerra.
Aquella frente límpida,
tal vez encierra la divina crisálida del Arte.
Aquel de frente pálida
como una flor de lis…
¿No puede ser acaso un Francisco de Asís?
¡Oh, los niños que pasan como un sueño veloz,
corderitos sin mácula, pajaritos de Dios!
La frase más hermosa de Jesús dice así:
“Dejad que los pequeños se aproximen a mí”.
México, D.F. 1924.
Alfredo Aguilar Alfaro
Continuará la próxima semana…